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Con tan solo pulsar la pantalla, las menores pueden solicitar ayuda a través de la 'app'.
Una 'app' para perseguir a los violadores de menores en Kenia

Una 'app' para perseguir a los violadores de menores en Kenia

Una aplicación para móviles facilitará a las víctimas el acceso a la justicia y garantizará la persecución de su agresor en un país donde una de cada tres niñas sufre abusos sexuales

Jèssica Martorell (efe)

Miércoles, 1 de junio 2016, 16:27

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Una de cada tres niñas kenianas sufre abusos sexuales antes de cumplir los 18 años y muy pocas lo denuncian por miedo al estigma social, al atacante y a la propia Policía. Ahora, una aplicación móvil facilita a las víctimas el acceso a la justicia y garantiza la persecución de su agresor.

Sarah es una de estas niñas. Con tan sólo dos años fue violada en la ciudad de Meru, a unos 225 kilómetros al norte de Nairobi. En algunas zonas rurales, a cambio de unas cabras, las familias aceptan que una de sus hijas sea violada, lo que complica todavía más reparar el daño y hacer justicia.

El caso de Sarah podría haberse sumado a otros muchos que quedan impunes en Kenia pero, gracias al apoyo de la iniciativa '160 Girls', creadora de esta 'app', los agentes lo investigaron y el hombre que la violó fue juzgado y cumple cadena perpetua.

Ahora, quieren que la historia de Sarah no sea una excepción. "El objetivo de esta app es garantizar que el acceso a la justicia sea fácil para las víctimas y que se juzgue a los responsables", explica a Efe Fiona Sampson, directora ejecutiva de Equality Effect, organización canadiense que financia el proyecto.

La primera app del mundo

Con tan solo pulsar la pantalla, las menores pueden solicitar ayuda a través de esta app -la primera de estas características a nivel mundial- que comparte la información con la Policía para que se inicien los trámites necesarios para denunciar el caso.

Tras haber recibido la petición, los agentes empiezan con el procedimiento: acompañar a la víctima a recibir tratamiento médico, acudir a la escena del crimen y recabar pruebas o entrevistar a testigos y sospechosos, por ejemplo.

En Kenia, es habitual que las víctimas de violación sean acusadas de deshonor, ya que la violación conlleva un estigma social que en muchos casos provoca el rechazo de su comunidad e incluso de su propia familia.

Por eso, y a pesar de que este país cuenta con uno de los marcos legales y de políticas más progresistas para abordar la violencia sexual, se estima que 19 de cada 20 violaciones no son denunciadas y quedan impunes, según la ONG "Equality Now" (Igualdad ya).

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