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El prototipo del kilogramo, el 'kilo original', protegido celosamente en París. BIPM
El futuro del kilogramo, una cuestión de peso

El futuro del kilogramo, una cuestión de peso

El Comité Internacional de Pesos y Medidas se reune a partir de este martes en Versalles para redefinir cuatro unidades básicas de medida: el kilo, el amperio, el mol y el kelvin

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Lunes, 12 de noviembre 2018, 17:23

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Bajo tres campanas de cristal, a las afueras de París, en el elegante pabellón de Luis XIV de la Oficina Internacional de Pesos y Medidas, se guarda bajo llave un cilindro especial compuesto por una aleación de iridio y platino (10% y 90% respectivamente). Se trata del kilogramo original, el que se ha usado de referencia desde 1875 para establecer el resto de mediciones de masas del mundo. O lo que es lo mismo: lo que pesan las personas, un coche o los ingredientes que componen una aspirina. Todos esos números dependen de tan singular pieza.

Y ahí viene el problema, porque el prototipo de kilogramo, irónicamente, no siempre pesa lo mismo. Los ciéntificos han notado alteraciones en su composición, que la han hecho variar hasta 50 microgramos más. Una cantidad que puede parecer rídicula en nuestro día a día pero que para industrias como la aeroespacial, las investigaciónes científicas o las farmacéuticas puede suponer un grave problema de descalibración.

Esta reliquia, conocida como 'le grand K' o 'el rey de los kilos', tiene docenas de réplicas alrededor del mundo, desde Londres a Nueva York, que a su vez varían algunos microgramos de peso respecto a la original. Por eso, un grupo de científicos de 57 países distintos se reunirá en Versalles del 13 al 16 de noviembre para crear una base de medición más estable y permitir el desarrollo de dispositivos de medición más precisos.

Entre ellos, se redefinirán el kilo, el mol (unidad con que se mide la cantidad de sustancia), el amperio (de intensidad de corriente eléctrica) y el kelvin (unidad de temperatura que parte del cero absoluto).

Equilibrio complejo

En el caso del peso, la herramienta utilizada para proporcionar la nueva unidad base, y que sustituiría al cilindro, es el equilibrio Kibble, que primero mide la cantidad de corriente eléctrica necesaria para crear una fuerza electromagnética que es igual a una fuerza que actúa sobre una masa determinada. Y que en una segunda etapa permitirá determinar la fuerza electromagnética en términos de una constante fundamental conocida como la constante de Planck que, en el futuro, se usará para definir un kilogramo. Estas máquinas proporcionarán el estándar para pesar objetos, y eso significa que ya no tendrá que desempolvar los viejos trozos de aleación para garantizar que estos sean puros y precisos.

No es la primera vez que esto sucede. En el caso del sistema métrico es, los esfuerzos para hacerlo más preciso han estado en marcha durante años. La velocidad de la luz, por ejemplo, se actualizó en 1983 y ahora se define como 299.792,458 metros por segundo.

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