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Vista general del parque infantil ubicado entre varias urbanizaciones de Mies delPalacio, en Sierrapando, donde se produjo la agresión.
Un joven recibe seis puñaladas tras una pelea en un parque de Sierrapando

Un joven recibe seis puñaladas tras una pelea en un parque de Sierrapando

La víctima, cuyas heridas no revisten gravedad, participó en una trifulca la noche del sábado en una zona en la que los botellones son habituales

David Carrera

Martes, 16 de mayo 2017, 07:06

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Un joven de 18 años resultó herido la noche del sábado tras recibir varias puñaladas después de una pelea en un parque de Mies del Palacio, en Sierrapando. Pese a la aparatosidad de la agresión, la víctima, que recibió hasta seis pinchazos, se encuentra fuera de peligro, mientras efectivos de la Policía Nacional detuvieron e identificaron al presunto agresor. Según fuentes policiales, el detenido, de 17 años, participó en la trifulca cuyo origen está investigando la Brigada Judicial.

La agresión se produjo alrededor de las doce de la noche, en un parque infantil que se encuentra situado entre varias urbanizaciones en Mies del Palacio y en el que según los vecinos, los jóvenes se reúnen "sobre todo la noche de los sábados" para hacer botellón, "aprovechando que está más escondido que el otro parque "más grande" que da a la zona de la nueva residencia de la Fundación Asilo.

A pesar de que el pueblo de Sierrapando, y en concreto Mies del Palacio, es una zona residencial y aparentemente muy tranquila y segura, en los últimos meses los vecinos han llamado la atención del Ayuntamiento y de la Policía Local advirtiendo de la proliferación de fiestas y botellones durante los fines de semana, tanto junto a estas urbanizaciones y en torno al parque que hay junto a Pista Río, como en los alrededores de Los Ochos, junto al parking del Mc Donalds.

Eladio Gutiérrez, presidente de la Asociación de Vecinos Ara del Dobra, señala que "hasta ahora no teníamos constancia de peleas y altercados", aunque reconoce que "las fiestas y el botellón son habituales los viernes y sábados y los vecinos se quejan del ruido que hacen y de la suciedad que dejan cuando se marchan". "Además, el otro día también han derribado un par de señales de tráfico. Este es otro de los problemas y al Ayuntamiento le hemos trasladado los daños materiales que los chavales producen en los bancos y en los toboganes y columpios que hay en el parque para los niños", sostiene.

Fernando Gutiérrez es uno de los vecinos que reside en la zona, concretamente junto al parque infantil en el que el pasado sábado se produjo la pelea y explica que "los sábados el botellón es habitual. Entiende que los adolescentes "tienen derecho a divertirse" y prefiere pensar que se trata de un hecho puntual porque "hasta ahora el único problema que tenemos es el ruido que meten y que a menudo dejan por ahí todo tirado". Según Carlos García, también vecino del barrio, "se trata de chicos muy jóvenes, no más de veinte años, que vienen aquí con las botellas y el porro, y claro como la Policía no hace nada, el problema lo tenemos los vecinos que tenemos que padecer las consecuencias. No hay más que ver que se han cargado los columpios y han llenado el parque de pintadas".

Los residentes insisten en que Mies del Palacio es una zona tranquila y de hecho durante el día es un lugar de tránsito de numerosos niños y niñas que acuden al colegio Nuestra Señora de la Paz y que por las tardes, los más pequeños, juegan tanto en el parque infantil en el que se produjo la agresión como en el otro más grande. Así lo constata Carmen Escudero, que apunta que "cada tarde, cuando hace bueno, el parque está lleno de críos pero los fines de semana a partir de las diez de la noche es cuando vienen los jóvenes". Y es que los aledaños del parque situado junto a la nueva residencia de la Fundación Asilo se han convertido en un punto de encuentro para los jóvenes que practican botellón. Los vecinos denuncian que cada fin de semana el espacio, así como las parcelas cercanas, "aparecen llenas de basura, botellas y vasos de plástico". El lugar, apartado del centro urbano, según dicen los vecinos "cuenta con las condiciones perfectas para que los jóvenes, al caer la noche, puedan dar rienda suelta a una práctica prohibida como es el consumo de alcohol en la vía pública". A la vista de que la situación se reproduce cada fin de semana con "botellas en los bancos, toboganes y columpios, los vecinos han llamado a la Policía pero "les echan y al rato regresan".

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