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Bien de Interés Local, pero a falta de mantenimiento
La parroquia de San Miguel, en Campuzano, carece de recursos para realizar las reparaciones que necesita la iglesia
Humedades, cristales rotos, grafitis... La iglesia de San Miguel, de Campuzano, declarada Bien de Interés Local por el Gobierno de Cantabria en 2010, necesita reparaciones, ... pero la parroquia carece de recursos económicos para afrontarlas. Pese a ser uno de los pueblos más grandes del municipio de Torrelavega (más de 2.000 habitantes), la comunidad de fieles es pequeña y ni siquiera tiene párroco, dado que Vicente Gutiérrez, cogió una baja médica indefinida el pasado mes de diciembre.
Así lo confirma su sustituto provisional, Jesús Casanueva, que lidera el Arciprestazgo de la Virgen Grande y también es párroco de San José Obrero, además de administrador de las iglesias de otros pueblos y barrios (La Montaña, Tanos y Barrio Covadonga). Casanueva reconoce que la iglesia de Campuzano es «especial», dado que fue construida en la década de los años sesenta del siglo pasado con un estilo «moderno y rupturista».
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Es obra del arquitecto torrelaveguense Ricardo Lorenzo, que realizó una reinterpretación de los espacios rituales, incorporando «innovaciones» como la iluminación natural que embellece el altar mayor o el baptisterio, que está situado en un jardín en el exterior del templo. Enrique Campuzano y Luis Alberto Alonso recuerdan en su libro 'Iglesias de Torrelavega' que la venida de un nuevo párroco, tras un grave conflicto en el pueblo, llamado entonces 'La pequeña Rusia', aceleró las gestiones para construir la nueva iglesia con un estilo «provocador». Lorenzo supo dar una respuesta nueva en el panorama arquitectónico de la región.
Pero según su actual responsable, algunos de aquellos cambios radicales plantean ahora «muchos problemas». Casanueva pone como ejemplo los de movilidad, como el peligro que tiene que afrontar el cura cada vez que sube al presbiterio por unas empinadas escaleras que «ni siquiera tienen barandilla». Él es partidario de adaptar el templo a «las necesidades actuales», pero para ello debe sortear a los que «velan» por el edificio, especialmente el Gobierno de Cantabria y el Colegio de Arquitectos.
Aún así, Casanueva cree que el mayor problema que debe afrontar la parroquia es la falta de fieles, una comunidad pequeña que genera unos ingresos «pobres», destinados en su mayor parte al «mantenimiento básico» del inmueble. Además, resalta el envejecimiento de la población y el de los propios sacerdotes, que «somos cada vez menos». Todo ello conduce a que la iglesia de Campuzano solo esté abierta al público para la misa semanal (los sábados, a las seis de la tarde).
La iglesia de Campuzano, en imágenesVer 9 fotos
Según el párroco provisional, a esta precaria situación se sumó también la desaparición del colegio del pueblo por la falta de niños, hace dos décadas, lo que impide que «tengamos catequesis». Confiesa también que si al pueblo le llamaban 'La pequeña Rusia', lo lógico es que el perfil de los vecinos sea «poco religioso».
Preguntado por si han solicitado ayuda al Obispado de Santander, el sacerdote recuerda que este tiene que atender numerosos templos repartidos por toda la región y que muchos de ellos tienen «más valor artístico» que la singular iglesia de San Miguel. «Lo ideal es que estuviese abierta todos los días, que hubiese más misas, más gente, pero es lo que hay. La comunidad es pobre en todos los sentidos», afirma.
Casanueva considera que habría que hacer una «adaptación» a la situación actual, tanto litúrgica como arquitectónica, pero enseguida le surgen preguntas: «¿Quién autoriza eso?, ¿cuánto cuesta?». Yva más allá: es partidario de «replantear» el estado de todo el Arciprestazgo de la Virgen Grande, al que pertenecen 14 parroquias de los municipios de Torrelavega y Cartes. «Hay que adaptarse a los tiempos. Pensar un poco cómo atender bien a la gente con menos sacerdotes; a lo mejor agrupando parroquias, dando protagonismo a los laicos en temas administrativos...». Una pequeña 'revolución' religiosa que sigue pendiente.
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