La construcción de la vía auxiliar del soterramiento se iniciará «en junio»
El Ayuntamiento asume los trabajos previos a la creación de la variante y desviará los servicios que interfieren con la nueva ruta, por 200.000 euros
El Ayuntamiento de Torrelavega se hará cargo de las labores previas a la vía auxiliar del soterramiento de aquí a toda la primera mitad ... de 2023. El acuerdo al que han llegado el equipo de gobierno (PRC-PSOE), la Consejería de Obras Públicas y el Ministerio de Transportes en la Comisión de Seguimiento celebrada ayer vía telemática obliga al municipio a asumir los costes relacionados con los trabajos de desviación y adecuación de todos los servicios afectados por la nueva ruta de convoyes, la que vendrá a sustituir al itinerario ferroviario tradicional durante el soterramiento de las vías de tren.
Ese dinero, 200.000 euros, será descontado de la aportación municipal acordada entre las tres administraciones para financiar la integración ferroviaria. De los cerca de 80 millones de euros que costará el soterramiento, Torrelavega pagará un 20%, el Gobierno de Cantabria un 30% y el Ministerio el 50% restante. Y hablando de Transportes, en Madrid ya se han comprometido a aprobar el proyecto de la vía auxiliar «en enero». Las palas llegarán «en junio» y estarán en la zona doce meses.
Para que eso sea posible, el Ayuntamiento primero tiene que 'hacer sitio' y desviar todo el esqueleto de tuberías allá donde no se interpongan en el camino de la vía auxiliar. Y hay bastante que hacer: red de abastecimiento, de saneamiento, iluminación viaria... El Consistorio ha propuesto encargarse de todas estas actuaciones de 'motu propio', responsabilizándose de adecuar todo el serpenteo de tuberías que surca el subsuelo. Sólo las suyas, ojo. Hay cables, como los de Viesgo, de los que se hará cargo la propia empresa junto con Adif (entidad pública encargada de la Administración de las Infraestructuras Ferroviarias).
Todo esto se llevará a cabo «entre enero y marzo», según avanzó la semana pasada el alcalde, Javier López Estrada, satisfecho con los pasos que, fundamentalmente desde el pasado 7 de junio -el día en que Adif presentó el proyecto definitivo de la variante-, viene dando el Ministerio para convertir una de las reivindicaciones históricas de Torrelavega en una realidad. «Tenemos la sensación de que esto va cogiendo velocidad de crucero», celebró entonces; «Ya no tiene vuelta atrás», recordó la semana pasada.
Torrelavega tiene por delante unos meses de ajetreo importante en el terreno y los despachos. Mientras el Ayuntamiento adecúa el subsuelo al recorrido de la vía auxiliar, la Administración se encargará de cocinar la licitación de la obra. Mayo, junio, julio, a más tardar... «Lo previsto es que los trabajos del nuevo recorrido ferroviario comiencen a mediados de 2023», explicaba López Estrada antes de avanzar dos cosas importantes: una, que «mientras se ejecuta esa obra será el momento de licitar el soterramiento de las vías actuales»; y dos, que «el proyecto de la nueva estación también está hecho y se sigue tramitando el de enterrar el aparcamiento».
La vía auxiliar costará 4,5 millones y se construirá entre el Instituto Besaya y el tanque de tormentas
Los ciudadanos pueden coger el móvil y hacerse una idea en el mapa de Torrelavega. La variante auxiliar, el itinerario llamado a encauzar el paso de los convoyes durante los cinco años que dure el soterramiento, discurrirá desde la zona del IES Besaya hasta el tanque de tormentas situado a la entrada de la capital del Besaya, junto a la rotonda de La Inmobiliaria. Paralela al río y a la ronda de circunvalación. Sin la construcción previa de esta vía sustituta, valorada en 4,5 millones, es imposible que los operarios puedan enterrar las vías.
Las redes de abastecimiento y saneamiento no son lo único que se interpone en el camino de la futura vía auxiliar. El Ayuntamiento sigue tratando de encontrar un hueco para las pistas de skate de La Lechera. Su ubicación junto al edificio multiusos tiene los días contados, pero al equipo de gobierno le está costando más de lo normal adosarlas a otro punto de la ciudad. Ya son tres las propuestas que se han quedado en el folio: La Viesca, El Patatal y, por último -tal y como público esta semana El Diario Montañés-, los jardines de La Lechera. El blindaje del recinto, Bien de Interés Cultural (BIC) desde 2020, obliga a buscar una cuarta opción antes de junio.
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