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Los frailes dominicos han abandonado la parroquia del Barrio Covadonga después de casi cinco décadas de entrega a los vecinos, que los han despedido con ... un emotivo homenaje. Los residentes en este populoso distrito torrelaveguense evitaron en 2009 con sus movilizaciones la marcha de los religiosos, siempre solidarios con sus reivindicaciones, pero ahora no han podido impedir su adiós por falta de relevo generacional.
Los dos últimos frailes que quedaban, Fernando Serrano y Eugenio Martínez, ambos de edad avanzada, han sido sustituidos, de forma provisional, por Jesús Casanueva, párroco de la Virgen Grande, y Luis Manuel Álvarez, de los Sagrados Corazones. Los dominicos fueron despedidos con una misa de acción de gracias organizada por el Consejo Parroquial, siguiendo las normas establecidas para tratar de frenar la pandemia. En el acto, al que no se dio publicidad para evitar aglomeraciones, se cubrieron los 280 asientos disponibles en la iglesia.
«Yo tengo 78 años y ya no tengo capacidad para llevar la parroquia», admite Fernando Serrano, que ha pasado a ser superior de la comunidad de dominicos de Las Caldas del Besaya. «Los que estamos agradecidos somos nosotros por haber podido trabajar en consonancia con un barrio con ganas de luchar», afirma. «Fue una celebración sencilla pero muy especial, porque se pone fin a una etapa en la que hemos tenido la suerte de convivir con ellos», dice Nieves Hernando, una de las organizadoras del reconocimiento. «Aunque todas las despedidas son tristes –explica–, les dijimos adiós alegres y agradecidos por tantos años con nosotros y deseándoles que disfruten de un merecido descanso».
Fernando Serrano - Fraile dominico
Marián Cicero - Asociación de Vecinos
El acto, al que se sumaron feligreses de las parroquias de Covadonga y Campuzano, contó con la presencia de Jesús Fernández, párroco emérito de la Virgen Grande, y Fernando Vela, profesor de teología en Salamanca, que tomaron la palabra para agradecer la labor de los dominicos. También agradeció el compromiso de los frailes con la comunidad el Grupo Scout Covadonga y se leyó una carta de gratitud enviada a los 17 frailes que han pasado por la parroquia desde que llegaron los primeros en 1972. El homenaje concluyó con la proyección de las fotografías recopiladas por los organizadores para repasar la trayectoria de los dominicos en el Barrio Covadonga, imágenes que recordaron los campamentos, las convivencias, la lucha vecinal para mejorar los servicios, el medio ambiente...
«Ha sido casi medio siglo de labor religiosa, pero también social. Los frailes se involucraron desde el minuto uno en nuestras reivindicaciones. Les estamos muy agradecidos porque su trabajo ha quedado en la raíz del barrio para varias generaciones», afirma Marián Cicero, presidenta de la Asociación de Vecinos Besaya. Cicero recuerda especialmente la labor realizada en el movimiento vecinal por Juan González Maestro, que falleció de un ataque al corazón en 2010 a los 69 años. Juan 'El Cura', como se le conocía popularmente, recibió el reconocimiento póstumo de los vecinos, que le erigieron un monolito junto a la iglesia, y el de la Corporación de Torrelavega, que le nombró Hijo Adoptivo de la ciudad por su gran labor social.
La presidenta de la AA VV también recuerda cómo, hace una década, numerosos vecinos se desplazaron en autobuses hasta la basílica de Santa María del Camino, en León, para entrevistarse con los superiores de la Orden de los Dominicos, movilización que sirvió entonces para frenar el anunciado traslado de los frailes del Barrio Covadonga.
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