Vecinos regresan a casa con sus plantas de tomate mientras otros hacen cola, ayer, en la finca de La Jurona (Campuzano).Juanjo Santamaría
Lluvia de tomates en Torrelavega
Todos a la huerta ·
Cientos de vecinos se acercaron ayer a Campuzano para irse con alguna de las 15.000 plantas repartidas por el Ayuntamiento, que reivindica sabores naturales frente a los industriales
Feliciano es vecino de Viérnoles y ayer no pudo aparcar la moto más cerca de los tomates. La dejó justo al lado de la valla ... del Ayuntamiento, que servía de cartel y puerta de entrada a la finca de La Jurona, un hervidero de personas que entraban con bolsas vacías de plástico y regresaba con ellas cargadas de plantas. Feliciano volvía a la moto cerca de las once menos cuarto, dejando la bolsita con cuidado en la guantera y encantado de la gran ofrenda de plantas que, un año más, ya van ocho, realiza el Ayuntamiento de Torrelavega. «Estos tienen mucho más sabor que los del supermercado», decía. Mientras hablaba, al fondo y más cerca del vivero municipal, una hilera de vecinos seguía haciendo cola para hacerse con alguna de las 15.000 plantas de tomate, un producto que, regalado y con decenas de variedades de todo el mundo casi a la carta, volvió a convocar a cientos de vecinos en esta zona de Campuzano.
La gran entrega se realiza en colaboración con Simientes Infinitas.
Juanjo Santamaría
Arancha Zabala y Claudia Gutiérrez, llegadas de Viérnoles y Barreda, fueron dos de esas vecinas. Volvían al coche pensando en cómo sacarle partido a los tomates cuando crezcan -allá por el otoño, quizá-. Hablaron de ensaladas, boloñesa y de salsa de tomate, aunque también del proceso. «Me viene muy bien porque hago un poco de huerto», decía la primera; «es una forma de cultivar producto y del bueno», añadía la segunda. Otra vecina de Viérnoles -muchos de la pedanía ayer en La Jurona-, Angélica Requejo, revelaba su experiencia de entregas pasadas. «Tienen que regalar más. Entre los pájaros y que alguno se seca...», bromeaba. Para ella, «donde estén estos tomate que se quiten los demás». Fernando Díaz, al lado, lo dejaba claro. «Ni punto de comparación» con lo del supermercado.
Los vecinos pudieron llevarse diferentes variedades de tomate.
Juanjo Santamaría
Eloisa Agüero y Ricardo Esteban también volvían a casa con su planta a esa hora. Tampoco es la primera vez que vienen. «El sabor se nota muchísimo. Es una gran iniciativa porque, además, fomento que la gente se mueva». Esto del sabor es precisamente lo que quiere transmitir el Consistorio con esta oferta, una especia de antesala al Festival Internacional del Tomate de Cantabria que se celebrará el 30 y 31 de agosto y en colaboración con la Asociación Simientes Infinitas.
Esta colaboración recibía críticas hace unas horas por parte de IU-Podemos, crítico con la consignación de 19.472 euros para el invernadero de esta entidad.
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