El nuevo incendio en la sauna obliga a cerrar la piscina durante una semana
Cruz Viadero dice que el Ayuntamiento no va a «ahorrar esfuerzos» para que el suceso no se vuelva a repetir
La historia se repite en la piscina y el gimnasio de La Lechera, una de las instalaciones deportivas municipales más utilizadas en Torrelavega (tiene más ... de 2.000 socios). La sauna del vestuario masculino resultó calcinada en octubre de 2017 y algo similar volvió a ocurrir este miércoles. La causa también parece que fue la misma: fallo eléctrico en una resistencia. El complejo fue desalojado y volverá a abrir sus puertas dentro de una semana. En eso confían los responsables municipales, que están a la espera de la visita del perito de la empresa aseguradora para iniciar la reparación de los daños, algo menores que en el incendio anterior. Cuando se limpien las instalaciones y el aire sea de nuevo respirable, abrirán de nuevo la piscina y el gimnasio, pero el vestuario masculino tardará varias semanas más en abrir al público -la otra vez fueron dos meses-. Esta vez parece que no se instalarán módulos prefabricados.
La piscina de La Lechera se inauguró en 1987, convirtiéndose en la primera pública cubierta de Cantabria. Se encuentra saturada de usuarios desde hace más de una década por el retraso en la construcción de la segunda piscina de la ciudad, proyecto que se presentó en 2002 y que no se ha ejecutado por diferencias políticas. «Es algo muy importante para la ciudad y una prioridad para el equipo de gobierno», dijo ayer el alcalde, José Manuel Cruz Viadero, tras señalar que el Ayuntamiento no va a «ahorrar esfuerzos» para que el suceso de la sauna no se vuelva a repetir. «Afortunadamente -explicó el regidor-, sólo tenemos que lamentar daños materiales, que son menores que la vez anterior. En pocos días, la piscina volverá a estar abierta, prestando servicio a miles de usuarios. Hemos tenido reunión con los técnicos y haremos lo que sea necesario para que esto no vuelva a ocurrir».
El concejal de Deportes, Jesús Sánchez, precisó que el plazo de una semana para reabrir las instalaciones «empezará a contar cuando venga el perito, que le espero para esta tarde o mañana». Sánchez indicó que «todo apunta» a que las llamas fueron provocadas por «un problema eléctrico relacionado con una resistencia», algo similar a la que ocurrió en octubre de 2017. «Una vez que nos dejen entrar a limpiar y pintar, y que se recupere la calidad del aire, abrimos como la vez anterior, sin el vestuario masculino. Creo que esta vez no instalaremos los módulos prefabricados -la otra vez tuvieron poca aceptación-», concluyó.
En la mañana de ayer, algunos usuarios volvieron al complejo deportivo, unos para recoger pertenencias y otros, despistados, a utilizar la piscina o el gimnasio. Todos se toparon con la misma escena: una cinta municipal que cortaba el paso, mientras personal de la empresa adjudicataria del servicio informaba del cierre provisional de las instalaciones. Los restos de la sauna calcinada permanecían en el mismo lugar, apilados junto a la puerta y tapados con un plástico.
Quejas de los usuarios
José María Fernández es uno de los usuarios más madrugadores y dice que la situación no le sorprende: «Aquí llueve sobre mojado, es más de lo mismo. El abandono es generalizado y los usuarios estamos hartos. Hace poco estuvimos un mes sin calderas, en el vestuario masculino no hay perchas y, sobre todo, nos quejamos de que nos hagan esperar en la calle para entrar a las siete de la mañana, cuando antes nos podíamos quedar en el hall».
Otro madrugador, Manuel Escudero, protesta menos, aunque le molesta que «tarden tanto en reparar las máquinas que están rotas». «La sauna ya se quemó otra vez -recuerda- y ahora era nueva y funcionaba muy bien, calentaba más, pero tienen que modificar el sistema. Creo que echan agua en la resistencia y se produce el cortocircuito. Igual la quitan como hicieron con la jacuzzi, que también fallaba».
Lupe González también es una de las «fijas» a primera hora. Lo de la sauna no le parece «ni medio normal» y ve otros fallos en las instalaciones, como que los conserjes, que «son gente agradable», no suban al gimnasio a hacer cumplir las normas. «Algunos no dejan las pesas en su sitio y yo no puedo con ellas», lamenta. A otra usuaria, Keti García, no le sorprendió el nuevo incendio: «Se quemó hace poco. A mí me avisó el socorrista. Me mandó un mensaje y dos fotos en las que se veía salir el humo por las ventanas de los vestuarios. Espero que lo abran lo antes posible, igual lo que está de más es la sauna».
Esta vez los bomberos recibieron aviso del 112 a las tres y media de la tarde, cuando eran pocos los usuarios que se encontraban en el interior del complejo deportivo. Una hora después el fuego ya estaba controlado por los bomberos, que desplazaron hasta las inmediaciones cuatro vehículos -incluido el camión autoescala- y dos dotaciones, los efectivos que se encontraban de guardia y retén. Hasta el lugar también acudieron varias dotaciones de la Policía Local, que cortaron el tráfico. Una vez sofocado el fuego, se llevaron a cabo labores de inspección para asegurarse de que el foco no se pudiera reproducir mientras se retiraban los restos de madera abrasada de la sauna. Debido a la cantidad de humo se ordenó el desalojo, abriéndose todas las ventanas para facilitar la ventilación.
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