Torrelavega da una nueva vida a los locales que dejó Inditex en el centro
Los cinco espacios que en su día ocuparon marcas de Amancio Ortega tienen ya inquilino, símbolo de la progresiva recuperación del comercio en la ciudad
Torrelavega ha conseguido algo poco habitual: ninguno de los locales que un día ocuparon las marcas del grupo Inditex permanece vacío. Lo que hace apenas ... tres años parecía el símbolo de un declive comercial, hoy es una historia de reactivación. Zara, Bershka, Oysho, Pull&Bear y Stradivarius se marcharon, pero todos sus espacios tienen ya nuevo inquilino.
El caso más emblemático es el del antiguo Zara, en los soportales de la Plaza Mayor. Desde enero de 2022 permanecía cerrado, tapiado y cubierto por lonas de publicidad institucional. Ahora se está transformando por completo para acoger un gimnasio de la cadena Fitness Park, el primero que la firma francesa abre fuera del área metropolitana de Santander. El edificio, de cuatro plantas y 2.350 metros cuadrados, se convertirá en un centro deportivo de última generación. Contará con zonas de musculación, entrenamiento funcional, yoga, pilates y crossfit.
El centro de Torrelavega se ha redibujado con propuestas distintas, más diversas y adaptadas a los nuevos hábitos de consumo
El proyecto, según su propietario Jorge Tomás, director de Tomás y Tomás Inversiones, «va a suponer un impulso enorme para el centro urbano» y estará listo «en diciembre». Tras más de tres años buscando sustituto, el acuerdo se firmó con un contrato de larga duración. «Sustituir a Zara no era fácil, pero creemos que este proyecto encaja perfectamente con lo que necesita Torrelavega», explica.
En los soportales de enfrente, otro de los espacios que perteneció a Inditex también se reconvirtió hace tiempo. Donde antes estaba Oysho, desde 2020 funciona una tienda de Gaes, especializada en audífonos. A unos pasos, en la calle Martínez y Ramón, el local que durante años ocupó Bershka alberga desde ese mismo año una la perfumería y parafarmacia Arenal, que se ha consolidado como uno de los establecimientos más concurridos de la zona.
La calle Consolación también resistió el golpe. El espacio donde estuvo Pull&Bear fue ocupado por Central Óptica, que trasladó allí su establecimiento principal hace ya varios años. Su llegada contribuyó a mantener la actividad y el flujo de clientes en una de las vías más comerciales del centro de Torrelavega.
El último capítulo de esta historia lo firma Stradivarius, que cerró sus puertas en abril tras diecisiete años en la calle Serafín Escalante. Fue la última marca de Inditex en la ciudad y su despedida dejó un vacío sentimental. Sin embargo, el local no ha tardado en reactivarse. Según ha podido confirmar El Diario Montañés, ha sido alquilado por 9.000 euros mensuales a Perfumerías Avenida, que unificará allí sus dos tiendas actuales.
El movimiento implicará el cierre del local que Avenida tiene justo enfrente, que ya muestra el cartel de 'se alquila'. Fuentes del sector confirman que la marca de complementos Parfois está interesada en instalarse en ese espacio, lo que supondría otro relevo inmediato en una de las calles más comerciales de Torrelavega.
El local de Stradivarius cerrado en abril ha sido ya alquilado por Perfumerías Avenida, que unificará allí sus dos tiendas actuales
También hay novedades fuera del universo Inditex. Fuentes cercanas cuentan que el antiguo local de Intimissimi, en la plaza Ángel Menéndez, reabrirá próximamente como tienda de DIGI, la operadora de telefonía e internet que continuaría así su expansión en Cantabria.
Esperanza
Esta reactivación progresiva de los locales cerrados marca un punto de inflexión para el comercio local. Tras años de cierres, reformas y carteles de alquiler, el centro urbano vuelve a mostrar movimiento. Comerciantes y vecinos lo interpretan como una señal de esperanza: «Durante un tiempo parecía que todo se venía abajo, pero ahora se ve vida otra vez», resume una comerciante de la zona.
El caso de Zara y Fitness Park es el más simbólico, pero el resto de operaciones apuntan en la misma dirección. Los locales no se han quedado vacíos y el tejido comercial ha sabido reinventarse. La apuesta por nuevos formatos, como el deporte o la cosmética, convive con la moda y las marcas de siempre, creando un equilibrio que no existía hace unos años.
A falta de grandes cadenas textiles, el centro de Torrelavega se ha redibujado con propuestas distintas, más diversas y adaptadas a los nuevos hábitos de consumo. Los escaparates vuelven a encenderse y las calles recuperan parte del pulso que perdieron. Donde antes se compraba ropa, ahora se entrena, se escuchan conversaciones o se prueban perfumes.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión