Torrelavega pone fin a las fugas de agua en la calle Julián Ceballos
El Ayuntamiento aprovecha las obras de urbanización del vial para sustituir las viejas válvulas
Aguas Torrelavega, la empresa municipal que se encarga del ciclo integral del agua en el Ayuntamiento de la capital del Besaya, está aprovechando las obras de urbanización de la calle Julián Ceballos para renovar las viajas válvulas de las redes de saneamiento y abastecimiento de agua, con el fin de evitar nuevas fugas y atascos. El concejal del área, Pedro Pérez Noriega, ha informado que se están instalando válvulas de compuerta, que no padecen problemas de perforación y disponen de recubrimientos contra la corrosión que «supondrán una importante mejora del servicio que se presta a los ciudadanos».
Según el edil regionalista, con esta actuación se pondrá fin a «los atascos y las fugas» que se venían registrando por el mal estado de unas válvulas que «se instalaron hace más de 70 años». Concretamente, Pérez Noriega ha explicado que se están renovando estos aparatos en la confluencia con la calle Consolación y se ha instalado un nuevo caudalímetro en el cruce con Pasaje de Saro para «controlar el abastecimiento en la zona del barrio El Zapatón».
El tramo más complicado
La polémica reforma integral de la calle Julián Ceballos, una de las arterias principales del centro de Torrelavega, llegaron a finales de mayo al tramo más estrecho y con mayor concentración de comercios, mientras parte de los vecinos seguían reclamando menos asfalto y más zonas verdes.
Los trabajos, iniciados en enero y cofinanciados con fondos europeos, fueron adjudicados a la empresa Rucecan con un presupuesto de 1,5 millones y un plazo de ejecución de seis meses. El objetivo de los mismos es dotar de más espacio al peatón, ampliando aceras a nivel de la calzada y dotando a esta de una capa de rodadura similar al adoquinado para reducir la velocidad de los vehículos. Se mantienen los dos sentidos de la circulación.
La obra se dividió en tres tramos para causar menos molestias. El primero, el más ancho y ya ejecutado, comprendido entre las calles Alonso Astúlez y La Llama, recuperó la normalidad en mayo. Los trabajos continuaron en el siguiente tramo, el comprendido entre Alonso Astúlez y Ruiz Tagle, la parte más larga, estrecha y con mayor concentración de negocios, por lo que las molestias se incrementaron. Las máquinas empezaron a trabajar en la zona más próxima a Ruiz Tagle y la previsión es que el tramo vuelva a abrir al tráfico antes de las fiestas patronales de la ciudad, en la segunda semana de agosto. Después solo faltará la tercera fase de la obra, entre Ruiz Tagle y Augusto G. Linares.
