El traslado del Museo del Hojaldre a La Lechera será estudiado por los técnicos

Esa es la discusión política. La técnica, sin embargo, plantea algunas dudas. La más importante seguramente es la que hace referencia al carácter protegido de todo el ámbito de La Lechera, un estatus como Bien de Interés Cultural (BIC) que, mínimo, retrasaría los plazos de ejecución y adaptación del proyecto. En las últimas horas han sobrevolado algunas dudas dentro del grupo regionalista sobre si el inmueble se encuentra incluido dentro de este régimen de protección. Según el Boletín Oficial del Estado y la declaración de la antigua fábrica como BIC el 22 de octubre de 2020, la protección jurídica afectaría no solo a las naves principales sino a todo el recinto, excluida la piscina municipal.

El debate ya se produjo en el marco de las alegaciones de esta declaración. Algunas, las que pedían excluir las instalaciones deportivas del blindaje, fueron aceptadas; las referidas a los «edificios añadidos que conectan las naves delanteras y las traseras del complejo», sin embargo, quedaron desestimadas. El BOE dice así: «Todos estos edificios son apreciados por los ciudadanos, de forma generalizada, como integrantes del complejo de edificios que forman la antigua fábrica de La Lechera, cuyos valores industriales y no arquitectónicos se resaltan en esta declaración».

Aquella declaración de hace cinco años la firmaba la Dirección General de Patrimonio Cultural y Memoria Histórica del Gobierno de Cantabria. Si la propuesta de traslado gana enteros y se pone seriamente sobre la mesa, el Ayuntamiento deberá iniciar conversaciones con este departamento. Sin permiso de la Consejería de Cultura, no se puede hacer nada en La Lechera.

Ni el blindaje jurídico del recinto ni el encaje del Museo del Hojaldre a casi un kilómetro de distancia de su ubicación prevista supondría un problema para el PSOE. El grupo municipal socialista ya razonó su oferta hace unos días y, ayer, a preguntas de este periódico, volvió a fundamentarla. «No hay nada contemplado en el edificio y está en desuso. Si tenemos un museo de arte contemporáneo, también podemos tener otro museo. No va a tener una actividad fuera de la cultural, la turística y la museística. Encaja perfectamente», declaró el secretario general y primer teniente de alcalde, José Luis Urraca, aludiendo a la «sinergia» entre ambos proyectos a futuro y también a la «posición constructiva» del partido en esta discusión: «Hemos sido el único grupo municipal que ha realizado una propuesta y la ha fundamentado».

Mientras, el PRC asiste con cautela a los informes técnicos sobre la viabilidad del Museo del Hojaldre en este nuevo lugar. De hecho, apuntan a dos 'contras': la eventual pérdida del edificio para su uso como cafetería, por un lado; y la adaptación del museo a un espacio más reducido, por el otro. Todo eso sin mencionar la eventual pérdida de fondos del Plan de Sostenibilidad.

Fuera del gobierno, la propuesta sí habría convencido a otros grupos. Tal es el caso de Torrelavega Sí. «De no encontrar inconvenientes en la catalogación, tendría a su favor el hallarse en un área llamada a ser el principal activo cultural y turístico de la ciudad», respaldan.