Borrar
Ignacio Diego, sentado junto a Santiago Recio, en el congreso regional celebrado el pasado sábado en Santander.
El PP cántabro: deserciones entre palabras de paz

El PP cántabro: deserciones entre palabras de paz

El expresidente Ignacio Diego se desvincula de la rebelión pero ve "estúpido" que Van den Eynde deje de ser portavoz

Gonzalo Sellers

Miércoles, 29 de marzo 2017, 07:13

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

En política, los gestos tienen tanto valor como las palabras. Si no más. Y el PP cántabro lleva dos días, los que han pasado desde el congreso que dio la presidencia a María José Sáenz de Buruaga, sumido en una suerte de esquizofrenia entre lo que se dice y lo que realmente está ocurriendo.

Ignacio Diego ha hablado dos veces en estas últimas 48 horas. La primera, cuando apenas habían pasado cinco minutos de la investidura de su rival. "Estoy a su disposición, su suerte será la de todo el PP", dijo entonces, alejando cualquier sombra de revancha tras seis semanas de lucha enconada y una derrota por solo cuatro votos de los compromisarios. La segunda vez fue ayer, con tanto ruido de sables de fondo que se escucharon hasta en Madrid, donde la dirección nacional abandonó su tímido apoyo público a Buruaga para sacar la cara por ella. "Hay que pasar página", pidió Diego a sus afines mientras sus colaboradores más cercanos, algunos diputados, alcaldes y concejales, avivan una revuelta para intentar obstaculizar a la nueva dirección y tratar de repetir unas elecciones que consideran amañadas.

Diego aseguró no tener constancia de que se vaya a impugnar el congreso, a pesar de que un grupo de afines tiene previsto presentar una denuncia por las irregularidades que, según ellos, se produjeron en las votaciones de los compromisarios. La teoría del pucherazo está muy extendida entre los cercanos al expresidente, que han contactado con un abogado de Madrid para saber si puede prosperar la denuncia con las supuestas pruebas y testigos que aportan.

Ayer mismo, mientras el expresidente popular se desvinculaba de cualquier boicot y reiteraba su sometimiento al resultado del congreso, los cuatro concejales del PP del Ayuntamiento de Limpias abandonaron el grupo municipal y pasaron a ser ediles no adscritos, aunque solo era militante el portavoz, Germán Alquegui, según fuentes del PP.

De gobernar a no existir

Los populares dejan de tener representación en el mismo municipio donde se quedó a sólo seis votos de la mayoría absoluta en las pasadas elecciones. Lo único que le impidió gobernar fue el apoyo puntual que Asón en Común le ofreció al bipartito PRC-PSOE y no a ellos.

Los cuatro ediles mostraron su desacuerdo con algunos episodios del proceso de elección interna, así como su total rechazo a las presuntas malas prácticas que se han denunciado. "No es una cuestión de quiénes, sino de cómo. No todo vale en política. En ocasiones, nosotros mismos hemos sufrido este tipo de hechos. Sabemos lo que se siente", señaló su portavoz, Germán Alquegui, que fue suplente de Blanca Martínez en la lista al Senado de las elecciones de 2015.

"No estamos de acuerdo en la utilización de descalificaciones y medias verdades con el único objetivo de alcanzar el poder. Es algo que no compartimos con algunos miembros de la recientemente elegida nueva dirección. Por tanto, hemos decidido que lo más coherente por nuestra parte es abandonar el partido", añadió el concejal.

Se trata de la primera consecuencia grave de la división interna que existe en el partido. A pesar del tono elevado de la campaña y de la tensión vivida hasta ahora, esa ruptura entre las facciones de Buruaga y Diego no había tenido repercusiones directas en las instituciones. Pero perder un grupo municipal son palabras mayores, sobre todo si existe la amenaza de que no sea un caso aislado. Por eso es tan importante la primera reunión del Comité Ejecutivo de hoy, miércoles, donde la nueva presidenta y su equipo empezarán a tomar las primeras decisiones para reconstruir el edificio en ruinas que es el PP cántabro.

Partida clave en el Parlamento

En el Parlamento también se juega una partida clave para el futuro de la formación. Buruaga quiere hacer cambios en el grupo, el primero en la Portavocía, ahora ocupada por Eduardo Van den Eynde, uno de los leales a Diego que más contundente fue en sus ataques a la presidenta durante las primarias. El diputado aseguró ayer que no va a dimitir de este cargo, aunque recordó que su puesto está a disposición del grupo parlamentario, por lo que pueden cambiarle "cuando quieran". El problema para Buruaga es que la mayoría de diputados son afines al expresidente, y necesitará algo más que una recomendación del Comité Ejecutivo para relevar a Van den Eynde.

"La posibilidad de dimitir no existe porque esa es mía y esa no existe porque no voy a dimitir", señaló el dirigente popular, y recordó la "mayoría holgada" de diputados que estaban a favor de la candidatura de Diego.

El expresidente tampoco está por la labor de hacer este cambio. "Sería una estupidez", aseguró ayer al ser preguntado por esta psibilidad. "Es un buen portavoz" y, además, fue nombrado a propuesta de los diputados, es decir, que no es potestad de la nueva presidenta o del comité ejecutivo, recordó. "No entiendo por qué tendría que dimitir. No tiene por qué hacerlo y, en todo caso, sería el grupo parlamentario el que le sustituya por otra persona", señaló el expresidente.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios