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Un grupo de aficionados racinguistas, este mediodía por Logroño.
Logroño amanece verdiblanco
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Logroño amanece verdiblanco

La capital riojana consigue el mayor desplazamiento de aficionados desde que el logroñés no tiene fútbol de Primera. Los aficionados racinguistas disfrutan en la ciudad, en la que de momento solo reina el buen ambiente

Marcos Menocal

Domingo, 31 de enero 2016, 13:03

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Las calles de Logroño están desde anoche tomadas por la afición verdiblanca, que ha acudido en masa a la capital riojana para apoyar al Racing esta tarde. El ambiente es absolutamente cordial y los hosteleros están invitando a los cántabros a entrar en sus bares, donde alternan con los aficionados del Logroñés en armonía. "Buen rollo", dicen los desplazados que están detectando en Logroño, mientras apuran el tiempo hasta que comience el partido con agentes de policía simplemente en actitud vigilante.

Sobre las doce de la mañana llegaron los autobuses de las peñas, que se han juntado con los aficionados que pasaron la noche allí, y, ahora sí, Logroño viste los colores del Racing. Se confirman las mejores previsiones. Este es el mayor desplazamiento de aficionados foráneos que registra Logroño desde que su equipo no está en Primera.

La víspera: el mejor termómetro

Ya la víspera de un día como el de hoy suele ser el mejor termómetro. Hay cosas que son difíciles de medir, pero hay otras que a simple vista se definen. Seguidores racinguistas por las calles de Logroño sin miedo a vestir sus colores y sin prisa no dejan de ser síntomas inequívocos de que el partido de hoy será de los que no se olvidan. Lo de ayer fue la avanzadilla de lo que se espera esta tarde, que si se concretan las previsiones que apuntan a 2.000 aficionados verdiblancos se convertirá en el mayor número de seguidores foráneos que recibe Logroño para un partido en su historia desde que sus equipos no están en Primera. Nunca antes, en los 19 años que hace que dejó de haber fútbol de la élite en la capital riojana, un equipo visitante había llevado a la ciudad tantos seguidores.

Ayer, el ambiente estaba tranquilo, cordial. Los de 'fuera' transitaban por la calle Laurel y alrededores, centro neurálgico de la fiesta nocturna y no tan nocturna, con soltura. De hecho, nadie le puso reparos a la mezcla natural entre unos, los de casa, y los otros, los verdiblancos. Ni tan siquiera ese intento fallido de unos pocos a deslucir la fiesta a través de las redes sociales. Después de que la Peña riojana Viejo Fondo, tras el anuncio de la hinchada racinguista de hacer un corteo por la ciudad, se despachara el pasado jueves con que 'esas cosas' -pasacalles o paseos en grupo-, solo las hacen ellos, la tensión se palpaba. Las dudas y los miedos no se hicieron esperar; la policía en guardia y los peñistas y gente pacífica se desmoralizó. La cuenta de twitter de los radicales riojanos publicó ayer que se suspendía esa 'coincidencia' tan inoportuna y peligrosa. «Contra nuestra voluntad», rezaba en su tuit. El propio presidente del Logroñés, Félix Revuelta, se posicionó sobre la sinrazón que se avecinaba. «La solución es muy sencilla. Las dos aficiones pueden quedar en sitios diferentes y acudir al campo por calles distintas. No hay más». Sentido común.

Al parecer, a la peña rojiblanca le hizo repensarlo las posibles de sanción a las que se enfrentaba. Sea como fuere, aquello ya es humo. Aparcados los posibles conatos de disturbios, la emoción del fútbol se abre paso. Hace dos años, cuando el Racing visitó Logroño en su periplo circunstancial en la Segunda B, la afición cántabra le dio un severo correctivo a sus colegas riojanos en las gradas de Las Gaunas. No fue el primer sitio en donde lo hacían esa temporada (Caudal, Marino de Luanco, Avilés...), sin embargo fue donde más llamó la atención; un estadio de Primera, un ciudad con solera... y la afición visitante superó a la local. Inédito. Ese recuerdo debió escocer más de la cuenta esta semana ante la compra masiva de localidades en El Sardinero y la movilización de los logroñeses no se fue instantánea. Las noticias de que las entradas que el club riojano mandó al Racing se agotaban, hizo sonar la voz de alarma. Por ello, en los locales donde anoche compartían alguna copita ambas aficiones, la local reconoció que durante los últimos días se había hecho un llamamiento a la desesperada para que los reticentes acudiesen al campo. Los perezosos o con pocas ganas de ir a Las Gaunas recibieron la invitación formal para que acompañaran al equipo de la ciudad y paliar así un desembarco 'extranjero' tan apabullante.

A los socios, que hoy les toca pasar por taquilla, el club les ha permitido sacar tantas entradas como quieran al precio de diez euros. El pasado miércoles no eran muchos los que habían cumplimentado el trámite, pero desde el jueves todo aumentó. Se espera que cerca de 6.000 riojanos, más los 2.000 cántabros vean el partido en directo, la mejor entrada de la última década en las nuevas instalaciones del campo riojano. El año pasado, cuando el Oviedo y su fiel afición recaló en la ciudad, más de 1.000 'carbayones' vistieron de azul las calles. Ese día era hasta hoy -si se confirman las previsiones- el día con mayor aficionados rivales, pero todo hace indicar que pasará a la historia.

La noche de ayer y el aperitivo de hoy ha servido para ahogar las penas. Cualquiera de ellos, si tira de memoria se puede ver en la élite del fútbol español y, por eso, momentos como los de hoy no se deben dejar escapar. No hay nostalgia peor que añorar lo que jamás sucedió. Pero es que en esta caso, ambos sí que lo vivieron.

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