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Los dos edificios dañados están situados en el Paseo de la Marina Española.

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Los dos edificios dañados están situados en el Paseo de la Marina Española. Luis Palomeque

Los vecinos de dos edificios de Suances viven bajo amenaza de ruina

Suances ·

El Ayuntamiento decidirá este miércoles si ordena el desalojo de los inmuebles, que necesitan una reparación urgente debida a graves daños estructurales

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Miércoles, 25 de abril 2018, 20:24

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«El hormigón se deshace cuando lo tocas y los hierros del forjado también están muy dañados por la corrosión». Así describe el alcalde de Suances, Andrés Ruiz Moya, los graves daños estructurales que sufren dos edificios de viviendas en el Paseo de la Marina Española, a pocos metros de la playa de La Concha. El regidor se reunirá este miércoles con los técnicos y representantes de las comunidades de vecinos para decidir si el Ayuntamiento ordena el desalojo de los inmuebles mientras se lleva a cabo su reparación con urgencia.

«En función de lo que digan los informes, tomaremos las medidas oportunas, siempre velando por la seguridad de las personas», dice Ruiz Moya. El problema se detectó cuando una de las dos comunidades de vecinos, la del número 3, solicitó permiso para acondicionar el edificio y los técnicos detectaron que había «fisuras» en los elementos estructurales. La posterior realización de catas confirmó que el hormigón de las vigas y pilares está «deshecho». Al parecer, el edificio más dañado es el otro, el número 1.

Son dos bloques similares, construidos por el mismo promotor hace 60 años. Un total de 30 pisos en cada inmueble, más bajos comerciales y garajes. Muchos ya están siendo apuntalados. «En principio no ha riesgo de derrumbe -explica el alcalde-, pero parece incompatible que se puedan hacer las obras con los pisos habitados». Lo que sí tiene claro el regidor es la raíz del problema: «En aquellos años se hacían las cosas de mala manera. Seguramente, el hormigón se hizo con arena de la playa y el salitre está actuando». Ruiz Moya también está preocupado por los negocios que hay en la planta baja de los edificios afectados, la mayoría de hostelería, que «precisamente ahora es cuando están preparándose para ganar cuatro euros en la campaña de verano».

«Seguramente el hormigón se hizo con arena de la playa y el salitre está actuando»

Andrés Ruiz Moya | Alcalde de Suances

En invierno, semivacíos

Y es que estos edificios permanecen semivacíos durante el invierno, ya que la mayor parte de los propietarios de los pisos, entre ellos muchos castellanos, los utilizan como segunda residencia. Los del número 3 están convocados por el administrador de la finca a una reunión extraordinaria que tendrá lugar el sábado. En una carta anterior, remitida la semana pasada, ya avisó a los vecinos que, según los técnicos, deben desalojar las viviendas en el plazo máximo de dos meses y los locales en 10 días, para llevar a cabo las «catas, apuntalamientos y otras medidas auxiliares».

«Ahora nos echan a la calle sin nada, encima de tener que pagar una derrama muy alta»

Agustín Rodríguez | Vecino

Entre los afectados está Agustín Rodríguez, que vive con su madre y dos hermanos. «Caerse no se va a caer, pero las vigas están reventadas», confiesa, mientras muestra el salón apuntalado. Cree que han llegado a esta situación por «dejadez» de la Comunidad, que «ahora nos echa a la calle sin ayuda y sin nada, encima de tener que pagar una derrama muy alta». Agustín dice que intentarán alquilar un piso «arriba», en el pueblo, porque allí son más baratos que junto a la playa. Su hermano David también está «jodido», porque además tiene asma y «lo llevo fatal con esta humedad».

«Los administradores me han amenazado con que la Guardia Civil va a venir a sacarme»

Mercedes Vicente Vecina

Otra vecina, Mercedes Vicente, vive sola con su perrita y no se quiere ir. Dice que se mantiene a duras penas con una pensión no contributiva de 300 euros y que está pidiendo ayuda, entre otros al Ayuntamiento, pero «no me dan nada». «Los administradores me han amenazado con que la Guardia Civil va a venir a sacarme», asegura.

Tampoco quiere desalojar el bar Ancla Crescencio, que regenta el establecimiento con su hija desde hace tres años: «Ahora empieza la campaña y están en juego las alubias de todo el año. La obra la pueden hacer después». Alberto Peláez, uno de los clientes del bar, también se lamenta: «Menos mal que la mayoría son veraneantes, muchos meseteros, pero qué va a ser de la pobre gente que vive y trabaja aquí todo el año».

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