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La gran feria del producto cántabro
Miles de visitantes acuden a la cita agroalimentaria de este fin de semana en el Palacio de Exposiciones
«A primera hora viene la gente con sus carros para llevarse provisiones para Navidad, los que son asiduos y vienen a tiro hecho, luego llegan los clientes que quieren probar y seleccionar el producto». Lo decía a eso de las 12.30 horas de este sábado Mikel Durán en la Feria del Producto de Cantabria, en el palacio de Exposiciones y Congresos de Santander. En ese momento, el productor de Ribera del Asón servía un espumoso a dos chicas americanas que estudian en la Universidad Europea del Atlántico y que se habían acercado al recinto para conocer la gastronomía del lugar. «Está muy rico», le confirmaban las jóvenes tras dar el primer trago con un acento que les delataba.
Como ellas, hay muchos otros que se dejan caer por el mercado para conocer los sabores de Cantabria. También gente autóctona. Incluso para el más cántabro sería imposible haber probado ya el producto de todos y cada uno de los expositores. Por mucho que no hubiera faltado a ni una de las 21 ediciones de la feria, organizada por El Diario Montañés con el patrocinio del Gobierno de Cantabria a través de la Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca y Alimentación y de la Oficina de Calidad Alimentaria (Odeca). Y es que se pueden contar cerca de un centenar de mostradores con una variada carta de productos: hojaldres, conservas, pasteles, pan, embutidos, arándanos, pastas, helados, vinos, carne, sobaos, legumbre, miel, quesada, orujo, mermeladas...la lista es más larga que la carta a los Reyes Magos.
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También de lugares. En los 3.000 metros cuadrados dispuestos en el Palacio de Exposiciones para el espacio de venta prácticamente están representados todos los rincones de Cantabria. Desde las cervezas de Liérganes, hasta las anchoas de Santoña pasando por los limones de Novales. El mercado agroalimentario, que es el más grande de toda la región, se convierte en una oportunidad única para acercar el producto cántabro a las mesas de Navidad. Algo que saben incluso los vendedores ya asentados y con larga trayectoria.
«Hay que estar aquí». Así de tajante suena Gerardo Portilla, que forma parte de una marca tan reconocida como es El Macho, cuyos sobaos se pueden encontrar fácilmente en prácticamente cualquier parte de la región. «Es cierto que nosotros no hacemos cliente nuevo aquí, pero es muy beneficioso poder participar en espacios como este, que generas un lugar de encuentro con los compradores». De hecho, incide en que «hay algunos que siempre se acercan a esta feria a comprarnos», más aún por la proximidad de las fiestas. «Aunque tenemos ventas todo el año, Cantabria tiene un producto muy regalable, tanto el sobao, como la anchoa y el orujo lo son, así que se nota en las ventas también».
El Macho fue uno de los participantes que la organización quiso premiar, en su caso se le reconoció por montar el mejor estand. «Hemos intentado disponer un espacio que más que un mostrador es una pequeña tienda en la que el cliente puede acceder y tocar el producto». También se llevó galardón Salsason, de Ruesga, por su trayectoria y participación en la feria desde hace varias ediciones. Mientras que a La Lleldiría de San Roque de Riomiera se le destacó por su nuevo producto, un queso de origen elaborado únicamente con leche de vaca roja pasiega.
La fermentería es la primera vez que participaba en la Feria del Producto de Cantabria, pero según apunta su emprendedora, Sarah Hart, «ha habido mucha activiad, sobre todo por la mañana tuve un rato que no daba abasto yo sola». En el caso de la impulsora de La Lleldiría, explica que «producimos y vendemos quesos todo el año», no obstante defiende que la Navidad es uno de los mejores momentos para adquirirlos. «Están hechos con la leche del verano, que es una época en la que la producción es mucho mejor, y se nota en la calidad», destaca. Con lo que el gran supermercado de kilómetro cero en que se convierte el Palacio de Exposiciones este fin de semana (el domingo cerrará sus puertas a las 21.00 horas) es la mejor oportunidad para que la mesa de Navidad tenga los sabores y aromas de la Tierruca.