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Moras silvestres. :: dm
Las moras: rojas y negras
Cultura Gastronómica

Las moras: rojas y negras

Las últimas semanas de julio y agosto nos sorprenden con la aparición de las primeras moras

Diego Ruiz

Santander

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Domingo, 28 de julio 2019, 08:25

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Con la llegada de agosto, los zarzales de Cantabria se tiñen de rojo y negro, contrastando profundamente con el verde de los prados. En los caminos rurales, a veces entre piedras y otras en los cercados, siempre junto a ortigas y otras platas dispares, empiezan a aparecer las moras, unas vayas que solemos comer recién cogidas, para disfrutar de un sabor característico del verano, el sol y las vacaciones. Aunque las moras gustan así, al natural, frescas, tienen también su uso en cocina.

Un ejemplo de ello es el crumble, un pastel tradicional de Inglaterra elaborado con diversas frutas. Para su elaboración se necesita harina de trigo, azúcar, polvo de hornear, sal, mantequilla, una yema de huevo, agua, limón canela y moras. Mezclamos el harina, el azúcar, el polvo de hornear, la sal y la mantequilla. Agregamos la yema de huevo y el agua y hacemos una masa. Después, para el relleno, mezclamos las moras con el azúcar, el jugo de limón, el harina, y la canela. En un molde o refractario ponemos una capa generosa de la masa y luego se añade el relleno de moras. Encima se pone el resto de la masa, esta vez sin compactarla. Se hornea durante 30 o 35 minutos. Se consume fría.

La mermelada de moras es toda una exquisitez. Para ello hay que cocer en agua y azúcar las moras, manzana golden y limón. Esta mermelada se puede embotar y conservar durante mucho tiempo, lista para consumir. Se recomienda sobre una rodaja de pan tostado y mantequilla.

El bizcocho de moras es otra de las recetas más frecuentes, así como una rica tarta de queso y galletas o un simple helado elaborado con estas baya veraniega.

Las moras son muy utilizadas además como elemento decorativo para todo tipo de platos, y a nivel industrial multitud de productos las incluyen, en yogures, tartas, licores, batidos, helados, gelatinas, confituras, zumos, mermeladas, jaleas, etc.

Esta fruta silvestre, de la que existen más de 300 especies, está compuesta de pequeñas drupas -fruto simple de mesocarpo carnoso, coriáceo o fibroso que rodea un hueso- y suele medir entre 1 y 3 centímetros.

Su sabor es agridulce y es característico mancharse los dedos de negro nada más contacto con los frutos más maduros.

Frutos rojos o del bosque

Las moras forman parte de los denominadas frutos rojos del bosque, un grupo de frutas caracterizadas precisamente por la presencia de dicho color en su piel o en su interior.

Las frutas rojas son, principalmente, bayas. La mayoría pertenecen a la familia de las rosáceas. Algunas tienen multitud de variedades como es el caso de la mora o la fresa. Otra peculiaridad en esta clasificación se debe al hecho de que algunos de estos frutos son principalmente silvestres, por ejemplo, la mora, la frambuesa o la endrina.

Dentro del grupo de frutas rojas o frutas del bosque podemos incluir: arándanos, endrinas o arañones, frambuesas, fresas, fresones, cerezas, madroños, grosellas, y moras. El arándano se recoge de mayo a septiembre; la endrina, de septiembre a noviembre; la fresa, de diciembre a junio, y la mora desde agosto a octubre.

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