La dimisión de Marzal "sorprende" al Gobierno

La consigna parece ser correr un tupido velo a la espera de nombrar sustituto o sustituta. Ni el presidente cántabro ni su vicepresidenta se pronunciaron ayer sobre la dimisión de la directora general de Empleo, Carmen Díez Marzal, que no ha durado ni un año en su puesto. Al ser preguntado por este periódico por los posibles motivos de su marcha, Miguel Ángel Revilla contestó con 19 palabras: «¡Ni idea! A mí me preguntáis cuando dimita yo... es que no tengo ni idea. Tendrá sus razones ¿no?».

Tampoco el edil socialista de Marina de Cudeyo, Pedro Pérez Ferradas que había pedido su cese en las últimas semanas en las redes sociales quiso valorar su marcha. Ni el PSOE, que ha visto enfrentarse al concejal con un alto cargo de la parte socialista del Ejecutivo. Solo Juan José Sota, consejero de Economía, Hacienda y Empleo, su jefe en el escalafón, dio algo cercano a una explicación: Carmen Díez Marzal se ha ido por «cansancio» y por «motivos personales».

El titular del citado departamento calificó de «sorpresa» la renuncia de su directora general. «Ella cree que su etapa ha concluido. No me ha expresado ningún motivo concreto ni ninguna circunstancia que le haya hecho tomar esta decisión», declaró Sota tras el foro Cantabria + Global. «En este momento no lo esperábamos así», recalcó.

Sota reiteró que la dimisión de la responsable del Emcán se hará efectiva mañana, jueves, cuando lo apruebe el Consejo de Gobierno, que designará «de forma inmediata» a la persona que se pondrá al frente del organismo.

«Estamos esperando»

Nadie se refirió públicamente a la agria discrepancia que Díez Marzal había mantenido con un compañero de partido, el edil socialista Pérez Ferradas sobre la legalidad del proceso del sorteo público de empleo en Marina de Cudeyo para 46 desempleados. «No vamos a valorar la dimisión», declaró ayer el concejal, «pero sí diremos que estamos en la misma situación que hace una semana, esperando que se resuelva nuestro expediente».

Pérez Ferradas se refería al hecho de que el Servicio Cántabro de Empleo aún tiene pendiente de resolver a favor o en contra las alegaciones planteadas por el Consistorio, frente a la resolución firmada hace más de un mes por la directora general, quien dejó en suspenso la subvención de 427.000 euros concedida al municipio por considerar que el proceso no era legal. En su opinión, las bases de la convocatoria no contemplaban la posibilidad de un sorteo como criterio de selección para contratar parados.

Desde el Ayuntamiento siempre se ha mantenido la «total legalidad» del proceso seguido, ya que, según se argumentó desde un principio, nadie les notificó oficialmente lo contrario.