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Teresa Vázquez Díaz y Marcial González Pérez junto a sus hijos, Mario Jun y Melvin

Adopciones que se salen de la norma

Algunas familias se abren a la acogida de menores con necesidades físicas, psíquicas, sensoriales o sociales

Mada Martínez

Domingo, 9 de abril 2017, 08:14

"Tiene siete años, y todo llama su atención. Por ejemplo, cuando ve pasar el tren, cuando nos montamos en él para ir a Santander, eso se convierte en una fiesta". Teresa Vázquez Díaz habla así de las pequeñas juergas ferroviarias que organiza su hijo Melvin entre Renedo de Piélagos, donde reside la familia, y la capital. Teresa y su marido, Marcial González Pérez, adoptaron a Melvin en Filipinas hace cosa de un año y medio. El crío superaba por entonces los seis, y esta edad avanzada dentro de los parámetros que se manejan en el campo de la adopción internacional le colocaba en la categoría de menor con una necesidad especial.

En la tramitación de su expediente como adoptantes, Teresa y Marcial marcaron la casilla que abría las puertas a una adopción de este tipo. Cuando recibieron la foto de Melvin, un niño espigado que necesitaba respaldo para superar algunas carencias de tipo madurativo, aceptaron sin dudarlo. "¿Por qué un niño de 6 años no va a tener derecho a ser adoptado?". Teresa y Marcial viajaron a Filipinas en las Navidades de 2015, y a las pocas semanas regresaban a casa con Melvin, que ha avanzado mucho con el idioma, con la lectura y la escritura, y que por el momento sigue flipando con los trenes.

Adopción realista, reflexionada y sin ideas preconcebidas

  • Es poco probable que la administración organice una campaña para captar familias adoptantes de menores con necesidades especiales. En la Subdirección de Infancia no están interesados en acciones generalistas que pueden generar alarma social, falsos positivos, sino que prefieren informar de la casuística, de las necesidades y requisitos, a aquellos que ya han comenzado un proceso de adopción. «Somos proclives a hacer campañas entre las personas que ya han contactado con nosotros para iniciar procesos adoptivos», comienza explicando Héctor Balsa. El jefe de la Sección de Adopción señala que, muchas veces, informar significa despejar estereotipos o prejuicios. «Se preserva el deseo genuino de querer ser padres, y en ocasiones, simplemente, pueden tener ideas equivocadas o mitos acerca de los menores con necesidades especiales. Por tanto, se habla de este tipo de adopciones en los procesos formativos principalmente. En todo caso, se valora una motivación realista y reflexionada».

  • Teresa Vázquez Díaz, madre de Mario Jun y de Melvin, que se reconoce tremendamente satisfecha con las experiencias vividas en ambos casos, también recomienda algo muy sencillo quien desee adoptar y tenga dudas al respecto, solo tiene que informarse. «A veces nos asustamos demasiado, y hay casos que no son para tanto. Si alguien duda le recomendaría que, simplemente, se informasen. Puede ser una experiencia preciosa». Añade otra madre consultada

  • Adopción en positivo

  • Hay muchos asuntos que desmitificar en el mundo de la adopción. Cesida (Coordinadora Estatal de VIH y SIDA), en colaboración con la ECAI Familias de Colores, promueven ahora la campaña Adopciones en positivo. Quieren informar a familias adoptantes o de acogida de lo que implica velar por el desarrollo de un niño o niña con VIH, desterrando tabúes e ideas preconcebidas fruto de la desinformación o el ruido. Han editado una guía en la que recuerdan la realidad estadística del VIH, vías de transmisión, formas de prevención..., y en la que ponen el foco sobre la crianza y derechos de los menores con VIH. Cantabria, a través de la Subdirección de Infancia, Adolescencia y Familia, valida esta campaña e incluye la información en el la fase formativa del proceso de adopción.

En general, una familia que decide adoptar opta por un perfil de menor tipo: entre 0 y 3 años y sano (en Cantabria no se permite elegir sexo). Pero dentro de los procesos de adopción, tanto nacionales como internacionales, se presenta la variante de las necesidades especiales que rompen las costuras del perfil anterior.

¿Qué necesidades? Se refieren a la situación del menor, que puede presentar alguna limitación física, psíquica, sensorial o social concreta. Hay una orden administrativa (publicada en el BOC del 4 de abril de 2016) que establece los criterios generales que convierten una adopción en un proceso especial: cuando los menores presentan discapacidades o limitaciones psíquicas, físicas, sensoriales; o presentan enfermedades, trastornos graves, o antecedentes de enfermedad hereditaria grave; cuando son menores con una dificultad extra de vinculación o integración familiar, o también aquellos que, intentada la adopción por personas menores de 45 no han encontrado un hogar.

Héctor Balsa, jefe de la Sección de Adopción de la Subdirección de Infancia, Adolescencia y Familia, explica que esta orden es una herramienta para guiarse con los protocolos los intervalos de edad y la distancia generacional entre el menor y la familia adoptante , que puede ser de un máximo de 45 años, excepto si se trata de casos especiales o grupos de hermanos; también es una orden que orienta sobre aspectos básicos que tienen que valorarse en los adoptantes.

La adopción es un largo proceso burocrático y emocional. Las familias deben cumplir una serie de requisitos para obtener el certificado de idoneidad habitabilidad, renta o capacidades personales, y en el caso de procesos especiales hay algunos extra. Balsa recuerda el quid de la cuestión: "La valoración de idoneidad se realiza en función de las características de los menores; y hay aspectos que ahora toman mayor relevancia en la formación y estudio de idoneidad".

Lejos de poder considerar las necesidades especiales como un todo homogéneo, he aquí algunas condiciones que las familias deben presentar o trabajar a lo largo del proceso si van a optar por la adopción de un menor con una problemática concreta: han de conocer las condiciones de salud a las que se enfrentan; la motivación debe ser realista e informada (se van a convertir en padres o madres, no en benefactores); es importante desarrollar habilidades para poder manejar los antecedentes familiares; tienen que demostrar capacidad para la empatía, para expresar problemas o buscar ayuda, para resistir a la frustración...

En 2016 no se registró ninguna adopción nacional con necesidades especiales en Cantabria. En el registro de la Subdirección desde el año 2000 figuran dieciséis. El grupo más numeroso, diez, se corresponde con menores que presentaban algún tipo de discapacidad psíquica (9 leves, y uno moderada); también se adoptaron cinco menores con limitaciones físicas de distinta consideración problemas hormonales, neurológicos o respiratorios, y a otro menor con hipoacusia (pérdida de audición). La administración consulta también a las familias en lista de espera para saber si quieren dar, voluntariamente, este paso. En mayo de 2016, ocho tenían en mente la adopción de un niño o niña con discapacidad.

He aquí un ejemplo. Tras un proceso de adopción internacional frustrado, una familia cántabra que ha pedido que su identidad no se desvele se encontró ante un caso de este tipo: un bebé de un mes con labio leporino. L Subdirección de Infancia les planteó la posibilidad de adoptarlo, les informó de que el bebé tendría que enfrentar operaciones y rehabilitación. Los futuros padres se tomaron unos días para pensarlo. "Recuerdo esa semana como la más emocionante de mi vida", cuenta su madre. Finalmente dieron el paso. "Agradecemos mucho cómo se ha portado todo el mundo: la administración, los servicios sociales, el hospital [el de Cruces en su caso]... En una semana nos decidimos. Es tu hijo, no es una carga".

De China y Vietnam

Algunos países han ido y van regulando y definiendo los criterios de la adopción especial (por ejemplo, Colombia, Vietnam, India). ¿Qué criterios rigen un proceso internacional de este tipo? Además de limitaciones físicas y psíquicas, los más comunes son la edad del menor (seis años o superior), o que sea un grupo de hermanos.

Las cifras se refieren a niñas y niños que presentan algún tipo de discapacidad diez casos desde 2006, aunque solo uno en los últimos cinco años, o enfermedades crónicas siete desde 2011. Balsa precisa que estos menores provienen, principalmente, de dos países: China de la mano del programa Pasaje verde; los casos suelen estar relacionados problemas de labio leporino, y de Vietnam, donde destacan los casos de hernias umbilicales, analiza la administración. Sin embargo, las patologías o problemáticas son muy dispares, y, sobre todo, es muy dispar la gravedad.

Una experiencia maravillosa

Además de los trámites pertinentes con la Subdirección de Infancia, Teresa y Marcial trabajaron con Anida, una ECAI (Entidad Colaboradora de Adopción Internacional) con sede en Tenerife, para tramitar la adopción de Melvin. Desde que llegó el expediente a Filipinas hasta que la adopción se hizo efectiva transcurrió un año y medio. El proceso internacional 60 o 70 meses de media se agiliza en adopciones especiales: depende del país, pero los tiempos de tramitación pueden reducirse, o darse una exención de determinadas tasas. En las nacionales 6 o 7 años de media también ocurre, aunque por una cuestión estadística: hay menos familias abiertas a estos casos.

Tras llegar a Renedo, y para atenuar las carencias madurativas, Melvin pasó unos meses adaptándose en el colegio, aprendiendo español, a leer, a escribir. Un año después ya domina el idioma. Teresa dice que su desarrollo requiere un esfuerzo extra, y que merece la pena. "Se ha tenido que adaptar a muchas cosas: al clima, la luz, la comida, a todo. El colegio le costó un poco al principio, pero cada vez está más integrado. Quizá esto sea un poco más complicado es un niño de seis años, con memoria, rutinas, pero, a veces, cuanto más difícil más bonito es".

Además, Melvin se encontró en casa con Mario Jun, un hermano solo un par de años mayor. Teresa y Marcial adoptaron a Mario Jun en China, en 2008, cuando tenía unos meses. Cuando Melvin llegó, su hermano había cumplido ocho años, así que la diferencia de edad es pequeña, y su relación fluye: se quieren y se pelean como hermanos. "Es una experiencia maravillosa". Tanto que Teresa ha decidido emprender su tercer proceso adopción para convertirse en familia numerosa. Y volverá a marcar la casilla de necesidades especiales.

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