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Alejandro sonríe junto a su familia en la puerta de su casa, antes de dirigirse al campamento de Hazas de Cesto en el que han vuelto a ofrecerle una plaza. Roberto Ruiz

Alejandro vuelve al campus

El Ayuntamiento de Hazas de Cesto contrató este miércoles a un monitor para atender al menor con Síndrome de Down «de manera personalizada»

angela casado

Viernes, 20 de julio 2018, 17:47

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El pequeño Alejandro se despertaba ayer temprano, en torno a las ocho de la mañana. Su hermana Valentina y él iban a acudir, por fin, al campamento de verano de Hazas de Cesto. Sus padres, Alejandro Solana y Silvia Rozas, prepararon las mochilas de los pequeños antes de salir de casa rumbo al colegio del pueblo, donde se desarrolla el campus. Con Spiderman a sus espaldas y agarrado de la mano de su hermana, el pequeño sonreía mientras descendía las escaleras que separan la puerta de su casa de la calle, preparado para incorporarse a las actividades infantiles con los demás niños del municipio.

El alcalde de Hazas de Cesto, José María Ruiz, se puso en contacto este miércoles con la familia para informar de que, finalmente, contarían con un monitor de educación especial para atender al menor «de manera personalizada». Aunque a lo largo de la semana varios ayuntamientos habían ofrecido plazas para los dos pequeños, la pareja tomó la decisión de aceptar la rectificación municipal e incorporar a sus hijos al campus de la localidad en la que viven. «Sólo queríamos que Alejandro pudiera disfrutar del campamento municipal como el resto de los niños y lo hemos conseguido», expresaba Solana, quien considera que el bienestar del pequeño es lo único que importa en este momento.

A su llegada al colegio les esperaba el monitor de educación especial, Ángel Rodríguez. «El Ayuntamiento se puso en contacto con nosotros este miércoles para que alguien viniera como apoyo, especialmente para Alejandro», explicaba. Antes de iniciar las actividades, la educadora que negó la entrada al menor el pasado 2 de julio mantuvo una breve charla con Rodríguez para ponerle al corriente de los hechos. También el alcalde quiso acercarse hasta el centro, en cuya entrada mantuvo una conversación privada con el padre del menor. A las nueve de la mañana comenzaban las actividades, por lo que Solana y Rozas se despidieron de los pequeños en la puerta antes de dejarlos a cargo de los monitores, que desde ayer y hasta finales de agosto los supervisarán y guiarán en las actividades de verano organizadas por el Ayuntamiento, junto a los demás niños matriculados. «Esperamos que no haya más contratiempos y nuestros hijos disfruten el resto del verano», sostenían los padres, que reconocen que no tenían mucha confianza en que esta historia llegase a buen puerto.

Desde que a primeros de julio su hijo Alejandro recibió un rotundo 'no' en la puerta del campamento, Solana ha movido cielo y tierra para que el pequeño reciba el mismo trato que los demás niños del pueblo. Ese mismo día, después de la negativa, se dirigió al Consistorio para que el alcalde le diera una razón que justificase que su hijo hubiera sido rechazado. Aunque en un primer momento el edil aseguró que se debía a sus limitaciones para realizar actividades como andar en bicicleta o nadar, luego explicó al padre que no contaban con presupuesto para un monitor con la formación adecuada. Solana, indignado con la respuesta, exigió un escrito en el que se explicase en profundidad por qué un niño con discapacidad no podía participar en un campus cuyas bases no contemplan excepciones más allá de la edad -el campamento está destinado a menores entre 4 y 12 años-. Más aún, teniendo en cuenta de que avisó de su condición cuando realizó la matrícula el pasado 19 de junio. Ante una espera que se prolongaba más de dos semanas, el padre decidió hacer pública su situación.

LAS FRASESAlejandro Solana Padre «Todos estos días hemos estado luchando para que Alejandro tuviera una plaza y lo hemos logrado» Ángel Rodríguez Monitor de educación especial «Se pusieron en contacto con nosotros el miércoles para que alguien viniera como apoyo»

Oleada de apoyo

La respuesta no se hizo esperar y, además de sus conocidos, miles de personas anónimas a través de redes sociales mostraron su apoyo a la familia, calificando la acción de «injusta», «discriminatoria» e «inconcebible en el siglo en el que vivimos». Otros ayuntamientos quisieron unirse a la oleada de solidaridad y les ofrecieron plazas en sus campamentos. El primero en reaccionar fue el de Cartes, al que tuvieron que negarse -aunque llenos de agradecimiento- por su lejanía respecto a Hazas de Cesto. Santoña estuvo a punto de ser la opción seleccionada pero, mientras se desarrollaba la negociación necesaria para incluir a los dos hermanos, Ruiz comunicó a la familia que ya contaban con el educador con la formación adecuada para atender a Alejandro.

Después de informar sobre la incorporación del nuevo monitor a la familia, el alcalde desconocía si aceptarían las plazas y aseguró que desde ese momento, «los padres decidirían si seguían interesados o se decantaban por otra de las opciones que les habían ofrecido». Una vez valoradas todas sus opciones -especialmente las de Santoña y Hazas-, la pareja decidió aceptar la propuesta de su Ayuntamiento porque «es por lo que hemos estado luchando estos días, que Alejandro tuviera una plaza aquí».

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