«Somos muy de barra. Disfruto más aquí que tomando algo en la terraza»
Cantabria pasó este miércoles a nivel 2 de riesgo tras la actualización del semáforo covid lo que permite a los establecimientos de hostelería recuperar las barras
«Disfruto más aquí de pie que tomando algo fuera», reconocía Jorge Alonso con el codo apoyado en la barra de la Vermutería Solórzano, en ... la calle Río de la Pila. Acompañado por dos amigos a la hora del aperitivo, los tres han coincidido casi sin pensarlo: «Somos muy de barra» y la echaban en falta. ¿Qué tiene este espacio del bar? «Es una zona más social, interactúas más», añadía. Son conversaciones en las que termina interviniendo hasta los propios hosteleros. Por eso han aprovechado el primer día de reapertura para tomarse juntos un vermú justo ahí, en la barra. Desde el pasado mes de diciembre el semáforo covid las ha mantenido cerradas en muchos municipios de Cantabria que permanecían en nivel 3 de riesgo. Un panorama que cambió este miércoles con la última actualización que situó a todas las localidades entre los niveles 1 y 2 (y ambos permiten el uso de las barras).
Durante la mañana de este miércoles ha habido más trajín, pero pasadas las 13.00 horas, el protagonismo en los establecimientos hosteleros ha vuelto a las terrazas. Resultaba más sencillo encontrar grupos en la calle que de pie en el interior de los negocios. Quizá porque el tiempo invitaba más a ocupar una mensa en la terraza, quizá porque todavía sobrevuela el miedo al virus. Aunque hay clientes a quienes no les importa cómo luzca el cielo y han estrenado la barra con ganas. «No sé qué tiene, pero me gusta mucho más», comentaba Elisa Rentería tras pagar la consumición en La Pirula, en Peña Herbosa. Ella frecuenta el local porque regenta el negocio que se encuentra justo enfrente y también reconoce que «la echaba mucho en falta» aunque no sabe explicar por qué. Puede que «sí sea algo social» porque incluso si entra al bar sola, termina entablando conversación o intercambiando cuatro palabras con la persona que se coloca al lado.
Un «papel importantísimo»
Los clientes más fieles han celebrado ya la flexibilización de las restricciones y ha tenido buena acogida. «Ha ido muy bien porque la gente tenía muchas ganas de volver a coger su sitio», explica Pedro Manuel García, dueño del café Siboney. Y es que para los hosteleros poder utilizar este espacio supone un respiro y recuperar parte importante del negocio. «El chiquiteo de barra es esencial para un bar, se nota mucho». Le da vida al negocio y es casi el punto de referencia a donde todo el mundo se acerca nada más entrar. Es el sitio «a donde van primero», añade el hostelero y poder tenerla abierta supone devolver al negocio «la mitad de la vida».
Y coincide en la valoración Ángel Muñoz, propietario de la Vermutería Solórzano: «Las barras suponen un porcentaje muy alto del negocio», ha comentado esta mañana. Y entre la clientela ya se notaban las ganas de recuperar esas conversaciones con el codo apoyado o las charlas con amigos de pie. Es más, había incluso cierto «nerviosismo» ¿Qué tal la primera jornada? «Hay cierto ambiente y ya se empieza a notar la repercusión» en el negocio. Y es que la barra juega un «papel importantísimo» en la mayoría de los negocios, pero sobre todo en los pequeños y en esas zonas de las ciudades donde la gente «alterna», entra, sale y cambia mucho de bares, ha explicado el hostelero.
El resumen es sencillo: clientes y profesionales celebran la vuelta de las barras. Lo cierto es que durante estas semanas cada negocio se ha organizado como ha podido. Algunos hosteleros colocaron mesas pegadas a la barra para poder aprovechar el espacio. Otros profesionales, sin embargo, utilizaron directamente una cinta para cerrarla y evitar confusiones con los clientes.
Las idas y venidas
Las idas y venidas en el sector han sido tantas que algunas restricciones incluso pillaron a muchos profesionales «despistados». Ocurrió en diciembre cuando el semáforo covid dibujó un mapa con 50 municipios de la región en nivel 3. Los medidores de CO2 centraron la atención de los hosteleros y muchos no se dieron cuenta de que también quedaba prohibido utilizar la barra. Y es que desde su apertura en junio del 2020, durante la fase tres de la desescalada, el uso de estos espacios ha sido irregular. Cuando Sanidad cerró el interior de los establecimientos y solo dejaba terrazas, no había dudas. Pero al abrir los negocios y entrar en escena el semáforo regional, la utilización de las barras así como otras medidas sanitarias, ha estado siempre pendiente de la situación de cada municipio y de la actualización semanal.
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