«Estamos bastante preocupados, lo peor es la sensación de falta de seguridad al salir del colegio»

En el entorno escolar se palpaba ayer «preocupación», según relataron algunos de los progenitores a El Diario Montañés. Entre los habituales corrillos no había otro tema de conversación: «Lógicamente, estamos bastante preocupados, pero lo peor es tener la sensación de falta de seguridad al recoger a tus hijos del colegio».

Visto desde fuera, parecía una jornada más. Una profesora a la entrada de la puerta por la que salen los alumnos más pequeños -el protocolo habitual-, iba dando paso a los padres que avanzaban unos metros. Después, frente a otra verja, aguardaban los menores a la espera de que sus familiares los recogiesen. Eso sí, se notaba más celo. Desde uno de los balcones superiores, una profesora oteaba los movimientos. La operación apenas duró diez minutos. A las 14.15 horas, el exterior del colegio ya estaba completamente despejado tras deshacerse el puzle de coches en el que se había convertido instantes antes el aparcamiento.

«Nosotros, la verdad, es que nos hemos enterado por el revuelo que se montó en la prensa y las redes sociales», comentaron un grupo de madres mientras esperaban. «De haber ocurrido así, es algo muy gordo, como para no estar intranquilas», sentenciaron. Unos metros adelante, otro analizaba las múltiples teorías de lo sucedido. «Lo único que podemos contar es lo que nos ha transmitido el colegio en la circular que nos enviaron el miércoles: que si vemos a alguien sospechoso en las inmediaciones, que lo comuniquemos lo más pronto posible».

En la carta, el equipo directivo explicó que la dirección del colegio, una vez informada de lo ocurrido por la familia, se puso en contacto con la Policía Nacional «para tomar las medidas oportunas». Además, aclaró que se seguirían empleando «los organismos oficiales correspondientes» para garantizar la integridad de los menores en los casos referidos a cuestiones de seguridad, en clara alusión a la difusión de estos asuntos por las redes sociales. Y, sobre el protocolo de entrega de los alumnos, en la circular se indicó que, como medida de refuerzo, se actualizarán los datos de las personas autorizadas a recoger a los niños de Educación Infantil y de 1º y 2º de Primaria.

Lo que sí se percibió fue presencia policial en la zona. Una patrulla de la Policía Nacional dio varias vueltas por los alrededores a la hora de la salida. «Seguro que ahora mismo este colegio es el más seguro de Cantabria», comentaron unos de los padres más rezagados.

El asunto llegará hoy al Ayuntamiento de Santander. La Comisión Extraordinaria de Administración y Participación Ciudadana, que había sido demandada por los grupos de la oposición -PSOE, PRC y Unidas por Santander- por otros motivos, pedirá, según avanza el PSOE, «un refuerzo del despliegue de la Policía Local en los colegios de la ciudad a la hora de entrada y salida de clase, tras constatar en las últimas horas un incremento de la preocupación entre los santanderinos por la seguridad ciudadana». Además de por este caso, «por el del presunto homicidio de un hombre en la calle José Rioja y por las agresiones en las zonas de ocio nocturno».

La noticia del incidente registrado en el colegio Santa María Micaela de Santander ha causado revuelo en el resto de centros educativos de la capital, y también del resto de la región. Hubo asociaciones de madres y padres que enviaron comunicaciones en las que pedían «cautela» y «atención», especialmente, en las entradas y salidas de los alumnos más pequeños.

El incidente del pasado martes en el colegio Santa María Micaela de Santander ha puesto sobre la mesa el debate de la regulación en la entrega de los alumnos al término de cada jornada lectiva, especialmente en Infantil y Primaria. La Consejería de Educación explicó ayer a este periódico que el protocolo «depende de cada centro». Por tanto, la responsabilidad es exclusiva de cada colegio.

En este sentido, casi todos se organizan de la misma manera. A principio de curso envían una circular a los padres donde les piden la identidad de las personas que van a recoger a los alumnos durante el curso. Pueden dar varios nombres, puesto que no tienen por qué ser siempre los mismos. En caso de que haya algún cambio, por puntual que sea, deben comunicarlo con antelación al centro educativo, puesto que los profesores sólo dejan salir a los niños si conocen a la persona que viene a recogerlos y, sobre todo, si están autorizados por los padres.

Es uno de los aspectos que va a analizar el colegio Santa María Micaela, tal y como les aseguró a los padres en la circular que les envió el miércoles. El centro actualizará los datos de las personas que tiene autorizadas en sus bases informativas.

A pesar del revuelo que ha causado esta noticia entre la comunidad educativa de Cantabria, Educación no ha enviado ninguna comunicación extra a los colegios para que extremen las precauciones. Las indicaciones para las salidas y entradas se refieren únicamente a la normativa covid en base al plan de contingencia que cada centro tuvo que adoptar antes del inicio de curso para combatir la pandemia.

En base a él, las salidas tienen que ser escalonadas entre los diferentes cursos, pero sin indicar cómo debe hacerse la entrega de los alumnos.