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Cantabria soporta la red de atención a la dependencia más cara de España

El gasto público que se invierte de media por dependiente se sitúa en 7.683 euros al año, casi mil por encima del promedio nacional

Ana Rosa García

Santander

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Domingo, 1 de abril 2018, 07:53

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Cantabria soporta la red de atención a la dependencia más cara de España, prácticamente empatada con el País Vasco. El gasto público por beneficiario es de 7.683 euros de media al año, casi mil por encima del promedio nacional (6.665), según los datos recogidos en el último informe del Observatorio de la Dependencia, que cada año elabora la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales. La explicación que sustenta estas cifras la aporta Miguel Ángel Cavia, subdirector de Dependencia del Icass: «Somos la primera comunidad en gasto por dependiente (exceptuando al País Vasco, que juega en otra liga) porque apostamos por servicios de calidad, y por eso contamos con un alto porcentaje de plazas residenciales y de servicio de atención a domicilio, que son los más costosos».

La región alcanza el récord de personas dependientes atendidas (15.283) en pleno debate político sobre su financiación y con el SOS de fondo por parte de las empresas del sector, que se declaran asfixiadas por una carga de trabajo que no va acorde con las plantillas, «en precario y mal remuneradas», denuncian, porque la cuantía que reciben de la Administración «no se puede estirar más». De ahí su demanda de aumentar el precio por plaza concertada –recortado en la legislatura del PP– y la ratio de personal para mejorar la atención a los usuarios y las condiciones laborales, la única vía para combatir las «serias dificultades» que encuentran a la hora de contratar personal. En ese contexto, el Observatorio hace balance de situación y sitúa a la región en el quinto lugar en el ranking por comunidades, con 5,36 puntos, por encima de la media española (4,62), recuperando los niveles de cobertura de 2011, «previos a los recortes».

Cavia saca pecho con los resultados, porque «a pesar del gran problema de financiación, que obliga a Cantabria a asumir el 80% del coste, tenemos una estructura potente, hemos sido consecuentes con el compromiso adquirido y hemos logrado romper la trayectoria anterior, de estadísticas a la baja, y volver a unos niveles deseables».

Cifran en 55 millones de euros los recortes estatales en seis años

El informe del Observatorio de la Dependencia estima que Cantabria ha dejado de recibir 55,7 millones de euros en los últimos seis años por los recortes estatales y detalla que el Gobierno regional aporta el 84% de la financiación pública. Concretamente, en 2017 fueron 111,6 millones de euros, frente a los 20,6 que se recibieron del Estado, cuando en origen la ley establecía que ese reparto debía ser al 50%. El dictamen cifra en 9,7 millones el recorte en la aportación del Gobierno central el año pasado, un montante con el que calcula que se podrían haber atendido a 1.268 personas más y haber generado 224 empleos en la región. El subdirector de Dependencia del Icass, Miguel Ángel Cavia, añade que «si la ley se hubiera aplicado como preveía desde el principio, lo que el Estado debería haber aportado a Cantabria sumaría 207 millones».

El informe ratifica esa «positiva evolución», a partir de los datos del último año, pero enmarca a la región entre las comunidades «estancadas» al no poder absorber la lista de espera. Y es que, aunque el dato de beneficiarios alcanza por primera vez los 15.283 (1.913 más que el año anterior, lo que representa un incremento del 14,3%), el estudio habla también de más de 4.470 personas desatendidas, sin contar los 512 pendientes de valoración al cierre de año. En ese grupo se incluyen los que están a la espera de recurso, los que no han completado la tramitación o los que no están conformes con el servicio ofrecido por la Administración. No obstante, ese volumen de cántabros en el ‘limbo de la dependencia’, según el Observatorio, ha aumentado en 385 personas el año pasado, alcanzando a un 22,6% todavía ligeramente por debajo de la media, del 24,5%. Cavia aclara que «de ese conjunto, ya valoradas, pero a falta de recurso, tenemos unas 1.200 personas».

17.000 servicios

El Observatorio destaca que el número de servicios facilitados en 2017 ha aumentado el doble que las prestaciones económicas para el cuidado en el entorno familiar, que por primera vez bajan del 50% del total de recursos (perciben esta ayuda 8.491 personas). Con las cifras actualizadas a 28 de febrero de 2018, el subdirector de Dependencia hace hincapié «en el gran aumento de la teleasistencia (+107%), que ahora utilizan 1.554 cántabros de forma gratuita de nuevo; la ayuda a domicilio también se ha incrementado un 28% en esta legislatura –1.081 usuarios en la actualidad–; e incluso los centros de día, que siempre ha sido un recurso infrautilizado, tiene un 39,7% más de demanda, pasando de los 1.302 usuarios en 2015 a los 1.819 actuales». El incremento es menos llamativo en lo que respecta a plazas en residencias (con un 7,5% de subida), «al tratarse del recurso más potente y solicitado desde el principio», apunta. Son 4.491 las personas dependientes que tienen asignado una plaza, sin contar las destinadas a discapacidad, que suman otro millar. «Hemos superado los 17.000 servicios», añade. Desde el Icass admiten que la lista de espera es «razonable» para todos los recursos, a excepción de las residencias, donde «el margen de maniobra está condicionado por las bajas (fallecimientos) y la construcción de nuevas instalaciones, que son necesarias, más aún teniendo en cuenta la curva demográfica de los próximos años». Cavia confirma «una lista de espera prácticamente permanente de 500 personas para entrar en residencias, cuya demora es muy variable, puede oscilar entre las dos semanas y los dos años, en función del centro que se quiera», siendo las situadas en los grandes municipios las más solicitadas.

De otro lado, el dictamen resalta que la «apuesta» por la dependencia de la región ha generado el año pasado más de 500 empleos directos vinculados a la red de atención. No obstante, puntualiza que la capacidad de generación de trabajos, con 23 puestos por millón invertido, sigue estando muy por debajo de la media, debido a que el peso de las prestaciones económicas representa casi la mitad de la oferta. Y ahí cabe recordar que el sector admite la precariedad laboral que arrastra, como consecuencia de la «ajustada financiación» que reciben. Es más, los empresarios aportan una consecuencia directamente relacionada: la alta tasa de absentismo laboral entre sus trabajadores, un 14%, tres veces más que la media general.

Un millar de dependientes ha fallecido este invierno, el más duro de los últimos años

Un millar de personas dependientes ha fallecido en Cantabria en el invierno que acaba de despedirse, «el más duro de los últimos años, sin ninguna duda», reconoce Miguel Ángel Cavia, destacando especialmente las defunciones registradas en enero, que se dispararon hasta las 393, un centenar más que el mismo mes de 2017 y casi el doble que en 2016. «Definitivamente ha sido un invierno muy malo, que ha tenido unas consecuencias similares a nivel nacional, con cifras de mortalidad entre las personas incluidas en el sistema de atención a la dependencia, mucho más altas de lo habitual». Así, por ejemplo, mientras que tanto en octubre como en noviembre la suma de los fallecimientos en el conjunto de las comunidades autónomas rondó los 37.000 mensuales, el incremento fue notable en diciembre, con 44.575, y sobre todo en enero, cuando se superaron los 58.000 muertos, muy por encima de los balances de los años anteriores.

Los expertos achacan parte de la responsabilidad a la epidemia de gripe, que este año ha sido más letal que otras temporadas, pero también a las diferentes infecciones respiratorias propias de la época, que agravan el ya débil estado de salud entre la población más frágil. La lista de espera de las residencias de mayores se mueven a partir de las vacantes que se generan en los centros, y el motivo principal son las bajas por defunción. De ahí «la gran rotación que tuvimos durante las Navidades», apunta Cavia.De octubre a enero, se contabilizaron 316 fallecimientos de dependientes ingresados en residencias de ancianos, destacando de nuevo el balance de enero, con 106 casos, frente a los 70 de media del resto de los meses.

El informe cifra en 157,66 millones de euros el coste global del sistema de la dependencia en Cantabria en 2017. El gasto total neto corresponde un 70,8% a la comunidad autónoma, un 16,1% al copago de los usuarios, y un 13,1% al Estado. El último año se registró un incremento del 12,87% en el número de solicitudes, hasta alcanzar las 23.912. También se experimentó una subida de las personas con derecho, que crecieron un 13,3% hasta llegar a las 19.753 (2.325 más que las que había al cierre de 2016). Cavia advierte que «el sistema de atención a la dependencia puede y debe dar más de sí. Esto no tiene un tope claro. Tenemos por delante un reto muy serio que debemos asumir entre todos». En este sentido, recuerda la orden aprobada el año pasado por Política Social para reducir los copagos. Ya se han actualizado el 70% de los expedientes, e insiste en que la revisión de las tarifas se realiza a petición del propio usuario.

En la comparativa por comunidades, el Observatorio vuelve a constatar «gravísimas desigualdades» en la atención a la dependencia. Castilla y León y Castilla-La Mancha están a la cabeza, con notas de 9,29 y 8,21, respectivamente, mientras que Canarias (1,79), Baleares (2,14) y Cataluña (2,5) se encuentran a la cola. También suspenden Extremadura, Aragón, Asturias, Ceuta y Melilla, Comunidad Valenciana, Madrid y Navarra, mientras que Cantabria se encuentra entre las que aprueban, junto con Murcia, País Vasco, La Rioja, Galicia y Andalucía.

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