Una caravana para aliviar penas
Llega la Unidad Móvil de Intervención en crisis y duelos que coordina el Obispado
«Una mujer que acaba de perder a su madre, al mismo tiempo que ha nacido su bebé, no puede estar moviéndose. Por eso, la Unidad Móvil de Intervención en crisis y duelos se acercará hasta su domicilio para escucharla y que pueda deshacer su nudo». Con este ejemplo, Valentín Rodil, psicólogo y teólogo del Centro de Salud San Camilo, explicaba ayer la finalidad de esta caravana itinerante, que viaja por diversas ciudades de España, allá donde la reclaman y que ahora estará unos días en Cantabria, en una acción coordinada por el Obispado, dando a conocer su trabajo de «escucha activa, sin juicios, ni consejos, para que aquellos ciudadanos que atraviesan una crisis o duelos por pérdidas de familiares puedan hablar de ello y empezar así a deshacer su nudo personal», continuó Rodil.
Este centro de ayuda sobre ruedas, adaptado para personas con movilidad reducida, cuenta con la colaboración de la Obra Social 'La Caixa'. Dentro de la caravana el espacio está habilitado con dos pequeños salones en los que los psicólogos y personal especializado realizan su labor de ayuda a base de «escucha, compresión y empatía» durante una hora y, normalmente, con cita previa. Puede acoger simultáneamente a varias personas. Se ha acondicionado para poder atender un grupo de seis personas y otro de cinco o un par de intervenciones individuales al tiempo.
El Obispado implantará a final de año tres centros de escucha permanentes para atender a la población. La labor estará coordinada por los Centros de Orientación Familiar (COF) de Santander, Laredo y Torrelavega, apunta Florentino Vega. Estos centros estarán atendidos por profesionales especializados y voluntarios formados por el Centro de Humanización para la Salud de los Religiosos Camilos, que han sido quienes han impulsado esta iniciativa.
Por su parte, Valentín Rodil, que se encarga de la formación de los voluntarios que atienden la red, destacó que la mayoría de los casos que atienden son duelos por la pérdida de un familiar o ser querido, bien por muerte o suicidio, y se les ofrece una «ayuda humanizadora e integral, apoyo emocional, psicólogico, espiritual...». Aquí «lo importante no sólo es saber escuchar, sino no mirar con pena, ni sentenciar, ni dar consejos porque las personas acuden a este servicio lo que requieren es una «aceptación incondicional».