Estas son las claves de la enfermedad de la lengua azul

La lengua azul es una enfermedad de origen vírico producida por un organismo parecido al que desencadena la enfermedad hemorrágica.

Tiene cuadros muy distintos, dependiendo del ejemplar. Puede afectar a las mucosas, pero también suele producir diarreas y afecciones del cuadro respiratorio. Dependiendo del estatus inmunitario que tenga la res en concreto, sucede como con la enfermedad hemorrágica, que puede cursarse apenas sin síntomas o puede causar graves problemas de salud que duren incluso semanas.

El vector de transmisión es idéntico al de la enfermedad hemorrágica. El mosquito culicoide es quien se ocupa de dispersar el virus. Lo normal por esta época del año es que los fríos del otoño ya hubieran aparecido, lo que habría reducido en gran medida la población de este insecto, pero con las altas temperaturas de este año se está generando el caldo de cultivo perfecto para la dispersión de estos virus.

La mortalidad puede alcanzar el 30% y en algunos casos más concretos puede superar esa cifra. Afecta sobremanera al ganado ovino, por eso la vacunación comenzará por estas cabañas.

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Es totalmente eficaz porque la vacuna existe desde hace años y el protocolo de inmunización es también antiguo. En Cantabria se inoculará la protección para dos variantes, el serotipo 4 –el que existe ahora en la región– y el 8, que es el presente en la zona de Pirineos, más agresivo, y que podría llegar en las próximas semanas hasta aquí.

Las cabañas ganaderas están muy afectadas aún por la enfermedad hemorrágica, que ha afectado a tres cuartas partes del ganado. La carga viral de este virus permanece en sangre durante mucho tiempo. Puede alargarse hasta seis meses y esto tumba el sistema inmune de las reses. Lo más conveniente es que esos organismos se recuperen para que puedan reaccionar bien a un programa de vacunación que en el caso de las vacas se distribuye en dos pinchazos y que en el caso de las ovejas consiste en uno solo.

Puede afectar a los niveles de producción, al crecimiento y también puede producir abortos, sobre todo en el caso de que la cabaña no esté preparada y fuerte para encajar la inmunización.

No es transmisible a humanos y tampoco afecta a la carne ni a la leche. En cualquier caso, los controles de este tipo de enfermedades en los mataderos son muy severas.

No en el interior de Cantabria o en las comunidades que cuentan ya con positivos. Existe en este ámbito libertad de movimientos. Las restricciones afectan al movimiento de reses con edades superiores a los tres meses desde zonas restringidas –infectadas–, a aquellas que se mantienen limpias. También pueden trasladarse cabezas desde zonas limpias a las que están afectadas siempre que no permanezcan en este destino más de siete días.