«El consenso no puede servir para hacer lo mismo, con los mismos y con peor resultado»

–El bipartito votó a favor de su propuesta de un plan de reconstrucción. ¿Cree que esa intención de lograr un pacto es real?

–Es un buen gesto que invita al optimismo, pero se requiere de algo más. Es el momento de pasar de las palabras a los hechos. El Gobierno dice que sí al plan de recuperación del PP, pero no ha dado ni un solo paso en esa dirección. No es un conejo que sale de la chistera, exige mucho trabajo detrás. Nosotros llevamos dos meses haciendo una ruta social, en contacto con agentes económicos y sociales y el tejido productivo para recabar sus propuestas de futuro. De hecho, las propuestas que llevamos al debate no son del PP, sino que nacen de la sociedad de Cantabria. El Gobierno no ha hecho nada de esto y vota en contra de la mayoría de las propuestas que tienen que dar contenido a ese plan.

–Usted se ha quejado de que Cantabria ya llega tarde a ese pacto. ¿Le ha llamado alguien para empezar a hablar?

–Quien tiene que liderar es el presidente y de momento no se ha puesto en contacto. El plan de recuperación tiene que ser de legislatura, de mirada larga y estructural. La recuperación probablemente trascienda la labor de un Gobierno. Revilla quiere un Presupuesto para 2021 y nosotros un plan y unas directrices presupuestarias de legislatura. Esta vez no valen los remiendos. Y tiene que ser ya, porque es una urgencia de la sociedad de Cantabria. Todos coincidimos en la gravedad de esta crisis y en que lo peor vendrá cuando se retire la respiración asistida que sostiene a empresas y trabajadores. Si no estamos preparados para cuando llegue ese momento nos va a arrastrar. El Gobierno se ha quedado en las medidas paliativas. Ahora estamos en modo espera a que venga el maná de las ayudas europeas, pero el Gobierno ha renunciado a utilizar su autogobierno. Otras autonomías ya lo tienen, con financiación y consenso.

–El Gobierno dice que no va a subir impuestos. ¿A qué renunciaría el PP en pos del acuerdo?

–Yo no diría tan alto que no nos van a subir los impuestos. No sé en Cantabria, pero Sánchez ya ha anunciado que va a subir impuestos esta legislatura. Ni siquiera se ha tenido el gesto de aplicar el IVA reducido a las mascarillas. Por nuestra parte no habrá líneas rojas ni planteamientos maximalistas para alcanzar el consenso. De inicio no los hay. Se exige cintura política para buscar puntos de encuentro y hacer cesiones y nosotros lo hemos demostrado muchas veces. Hay que cambiar el rumbo. Los cántabros no quieren esas políticas de izquierdas. Hay que recordar que el PSOE fue tercera fuerza. El consenso no puede servir para hacer lo mismo, con los mismos y con peores resultados.

–¿En qué debe basarse el plan?

–La piedra angular tiene que ser resucitar Cantabria a través de su economía productiva. Lo irrenunciable es sostener y modernizar nuestro tejido empresarial y generar oportunidades. Cantabria no puede convertirse en una región de funcionarios y subsidiados en la que la única opción de los jóvenes es emigrar. Nuestro modelo no es el del subsidio, es el del empleo. Tenemos que invertir y ayudar a generar inversión. Hay tres líneas: sostener el estado del bienestar, reactivar la economía, y reivindicar lo que nos corresponde ante el Gobierno de la nación. Ahí nos vamos a encontrar.

–¿Se ha sentido cómoda con la oposición que ha hecho el PP nacional en lo relativo a la crisis del covid? En Cantabria nadie ha responsabilizado al Gobierno de las muertes o al 8-M de la expansión del virus, como se ha oído en el Congreso.

–Es que no son situaciones comparables. En esta crisis hay dos niveles de responsabilidad. La responsabilidad máxima es la del mando único. Y quien tiene que fiscalizar su labor es el grupo en el Congreso. Nosotros lo hacemos en Cantabria. Y comparativamente, cualquier comunidad autónoma lo ha hecho mejor que Pedro Sánchez. Pero yo he visto un PP responsable. Leal a los españoles y al Gobierno, apoyando hasta la cuarta prórroga del estado de alarma cuando los socios de Sánchez no lo han hecho. Pero eso no significa tirarte al suelo a aguantar insultos. Cuando el estado de alarma se usa para frenar las libertades, hay que decirlo. Creo que es justo reconocer que Revilla no se ha comportado con el PP de la misma forma que lo ha hecho Sánchez.

–Frente a la línea dura que parece que ha primado en el PP nacional, ahora se abre la puerta a la posibilidad de pactar. ¿Lo ve posible?

–No es conveniente, es obligado rebajar el tono de crispación. Se lo debemos a los ciudadanos. La gente quiere unidad y seguridad. Es muy difícil, pero el PP no tiene que entrar en las provocaciones. En momentos de tanto dolor e incertidumbre, es mejor estar en positivo o no estar.

–Parece que la estrategia de oposición se ha rectificado en las últimas semanas. ¿Hay dos PP?

–Bueno... Un partido lo constituyen muchas personas. No todos somos iguales. Hay personalidades, formas de hablar. Y también distribución de papeles y responsabilidades. Tampoco es malo que el debate parlamentario sea vivo para confrontar proyectos. Pero no podemos tirarnos muertos a la cara, eso no construye nada. La crispación y el enfrentamiento solo hace crecer la radicalidad. Eso es malo para España.

–¿La crisis del covid ha suavizado las tensiones en el bipartito?

–Es que tendemos a normalizar lo que no es normal. Que dos socios de Gobierno voten distinto en el Parlamento todas las semanas... O que uno de los dos socios vote en Madrid en contra de lo que defiende su partido en Cantabria. Si eso no es una deslealtad… El covid lo que ha conseguido es que guarden las formas públicamente. Y sobre todo, que Pablo Zuloaga vio las orejas al lobo con el órdago fallido. Sabe que no le van a permitir muchas más tonterías. Revilla romperá cuando le interese. Lo que tengo muy claro es que no va a dejar que Sánchez le arrastre como le arrastró Zapatero en 2011 por la economía. Ese será el momento en el que Revilla ponga pie en pared.

–Cuatro dirigentes, incluidas una diputada nacional y una senadora, se han quejado de que han sido apartados de la dirección autonómica como castigo a su afinidad a Pablo Casado.

–No han sido expulsados. Siguen siendo miembros del Comité Ejecutivo Autonómico. Lo que se hizo fue una reasignación de responsabilidades para evitar la acumulación de cargos y mejorar el funcionamiento de la organización. Cuando una persona tiene sus labores en Madrid, es difícil que las pueda compatibilizar con lo que se requiere en Cantabria. Lo que me parece infantil e inmaduro, y que tenemos que desterrar, es lo de 'yo soy de no sé quién y yo de no sé quien otro'. Aquí todos somos de Casado. Todos estamos con él.

–Pero esa queja hace puede evidenciar un descontento interno más profundo.

–Esas cosas tienen un componente emocional del momento. Hablo con ellos a menudo, porque hay que coordinar el trabajo de Cantabria y de Madrid. Y estamos todos en lo mismo. Se pasan, se olvidan y es pasado. El PP de Cantabria está mejor que nunca.

–Dice el PSOE que ustedes hacen oposición a Pedro Sánchez y no al Gobierno de Cantabria.

–El PP hace oposición al Gobierno de Cantabria. Mejor dicho, a sus políticas erróneas. Nosotros combatimos el fracaso y la falta de resultados. En el Gobierno no hay buenos y malos. Combatimos a los socialistas y a Sánchez porque su partido está sentado en el Gobierno de Cantabria y pese a ello ningunea a la región y frena nuestras inversiones. Es él quien nos trata peor que a otras regiones. Y a Revilla por la parte que le toca, porque pese a todo sigue durmiendo con su enemigo. A quien más responsabilidad hay que pedir es al presidente, porque él eligió al socio y él le mantiene ahí.

–Para Revilla los dos principales agravios de Sánchez son el dinero del IVA y el de Valdecilla, dos problemas que se generaron con Rajoy en La Moncloa.

–Yo no niego la mayor, pero hay que abandonar esa forma de hacer política de culpar a los predecesores. Los ciudadanos quieren soluciones. Eso fue lo que tuve que hacer yo, por ejemplo, con Valdecilla. El compromiso del PP con el hospital es inquebrantable. 288 millones de euros han venido a Valdecilla del Gobierno central gracias al PP frente a cero del PSOE. Pero es que esa sentencia nos reconoce el derecho a cobrar gracias a que Rajoy cumplió con su parte y había una partida en los Presupuestos de 2016. No cumplió el Gobierno de Cantabria, que no justificó debidamente esa subvención. Pero me da igual. Ahora la sentencia nos da una segunda oportunidad. Quien nos la niega es Pedro Sánchez en una agresión intolerable a Cantabria. Y pasa igual con el IVA. El origen está en un cambio de financiación que se hizo en 2017, pero había que regularizarlo en 2019. Y Gobierna Sánchez.

–Revilla empieza a desconfiar del 'papeluco', pero insiste en que aunque el PSOE nos dé poco, el PP no nos daba nada.

–Los datos que he dado lo desmontan. Y si hablamos de las infraestructuras… No resiste una comparación. El 'papeluco' es papel mojado desde el primer minuto y Revilla lo sabe. De hecho lo ha reconocido. No hay que esperar nada. Se ha incumplido de todas las formas durante el primer año de vigencia. A Revilla se le va la fuerza por la boca, pero en Madrid seguimos apoyando a Sánchez... Honestamente, lo que creo es que está muy cómodo con el PSOE. El nivel de exigencia es mínimo y le permite desmarcarte de las políticas de Sánchez cuando quiere. El rendimiento electoral de ese pacto para el PRC es muy importante.