El debate sobre las bebidas energéticas llega hoy a Cantabria

Ante esta situación, calificada como «alarmante» por los expertos, algunas comunidades autónomas han empezado a reaccionar. Galicia ha sido la primera en anunciar que en 2024 prohibirá por ley la venta de este tipo de bebidas a menores de edad y en Cantabria, el debate sobre el tema llega hoy al Parlamento. Durante la sesión de esta tarde, la diputada regionalista Paula Fernández, que es la portavoz de Salud y Economía, preguntará al consejero César Pascual si el Gobierno tiene previsto regular el uso de estas bebidas entre los más jóvenes y si su departamento piensa diseñar acciones para concienciar a niños y adolescentes sobre el riesgo de su consumo.

El Diario Montañés ha preguntado al consejero de Salud sobre el tema, pero este prefiere no adelantar nada y contestar en la Cámara. Dependiendo de cuáles sean sus respuestas, Fernández adelanta que desde el PRC «presentarán una proposición no de ley para poner en marcha programas de educación y comunicación sobre los efectos nocivos del consumo excesivo de estas bebidas entre niños y adolescentes». La diputada apunta que, desde su partido, «queremos contrarrestar la percepción que tienen los ciudadanos sobre la inocuidad de estas sustancias», y recuerda que «tanto los pediatras como los médicos desaconsejan su consumo entre los menores porque una bebida de estas características tiene tanta cafeína como varios cafés expresos, crean adicción y esto, en casos extremos, puede convertirse en una patología».

La intención de Galicia es equiparar las bebidas energéticas al alcohol, lo que significa que para acceder a ellas habrá que tener al menos 18 años. Asimismo, dentro de la nueva ley de adicciones que prepara la Xunta se recogerá también la prohibición de publicitar estas bebidas entre la población infantil y se obligará a venderlas separadas de los refrescos corrientes con el fin de evitar confusiones.

Según la última encuesta de Estudes, uno de cada dos estudiantes de entre 14 y 18 años ha consumido este tipo de bebidas en los últimos 30 días (el 50,7% de los chicos y el 39% de las chicas), unos datos todavía más preocupantes si los extrapolamos a nivel europeo. Calculan que el 68% de los jóvenes entre 10 y 18 años las ingieren frecuentemente y que el 12% llega a consumir hasta 7 litros al mes. Lo hacen a cualquier hora del día con la intención de combatir el cansancio, concentrarse para un examen o rendir más en el gimnasio; incluso el estudio revela que el 16,1% de los jóvenes las consumen mezcladas con alcohol en las noches de fiesta.

Pero, sin duda, el mayor problema es que estas personas no son conscientes de que tomar en exceso sustancias estimulantes como la cafeína o la taurina puede provocar efectos fisiológicos no deseados que van desde la alteración del sueño hasta efectos psicológicos y alteración del comportamiento, así como trastornos cardiovasculares. Además, su consumo de forma regular puede causar dependencia física y tolerancia a esta sustancia, creando así la necesidad de consumir una dosis mayor como ocurre con cualquier tipo de droga.

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición recuerda que una lata de 500 ml de un refresco de estas características contiene, al menos, 160 miligramos de cafeína, cuando la cantidad máxima segura recomendable a ingerir por día está entre 60 y 150 en el caso de un adolescente de entre 11 a 17 años con unos 50 kilos de peso. A partir de esas cantidades, aseguran, puede provocar efectos adversos generales para la salud.

Ante esta realidad, Paula Fernández se muestra preocupada y recuerda que en Cantabria «tenemos la Ley 4/2022 de 24 de julio que es la Ley de Regulación del Juego de Cantabria, que en su artículo 11 establece la obligación de la Consejería de Salud de crear unidades multidisciplinares específicas para las conductas patológicas», y también hace referencia a la Ley 5/97 de 6 octubre, que regula las drogodependencias: «Cualquiera de estos dos marcos podrían incorporar la regulación del consumo de las bebidas energéticas entre los menores de la región».

La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición desaconseja su consumo, especialmente en menores de edad. «No aportan ningún beneficio nutricional y su ingesta continuada y en grandes cantidades puede ser dañina», señala el endocrinólogo Francisco Pita, miembro del área de Nutrición de esta sociedad. Además, apunta que «el exceso de cafeína puede producir taquicardias, arritmias o empeoramiento de enfermedades del corazón. La gran cantidad de azúcar provoca alteraciones metabólicas y también puede causar descompensaciones en personas con enfermedades neurológicas (epilepsia) o psiquiátricas (ansiedad, esquizofrenia...)».