Descansa en paz, Celia

Llevo muchos años en el mundo del golf, como profesional, dirigiendo el Circuito Montañés, y eso me ha permitido ver pasar a muchos jugadores por nuestros campos, algunos, como el caso de Celia, desde muy pequeños, casi dando sus primeros pasos de la mano de sus padres en un campo. Les ves crecer como jugadores y personas y te sientes orgulloso de sus trayectorias.

He visto durante muchos años a Celia trabajando en la cancha de prácticas del Abra del Pas con Santiago Carriles y con su madre Miriam, día y noche, con humildad, con esfuerzo, con sacrificio, sin una mala palabra, sin un mal gesto. Ya desde niña destacaba en cualquier prueba y fue escalando en su trayectoria deportiva. Su talento era innegable, pero, eso sí, el talento sin trabajo no da frutos, y a Celia lo que le hacía especial en el deporte era su compromiso y su dedicación.

No todo fue un camino de rosas, porque nunca lo es, pero la constancia de sus padres, de su madre pegada a ella para ayudarla y apoyarla incondicionalmente en su carrera, era y será un ejemplo para todos. Como padre que soy, no puedo imaginar el dolor que pueden llegar a sentir.

Hace un mes fui a visitar a los Salas López Clerigo, y ahí estaba mi amiga María, preparando un cartelón para recibir a Celia, recién proclamada Campeona de Europa Absoluta Amateur, nada más y nada menos, con toda la ilusión del mundo para darla el recibimiento más íntimo, el de su familia y sus amigos.

Pocas palabras hacen falta en un día como el de hoy, en el que la tragedia y la violencia nos golpea de esta forma, es una pena y un duelo que costará muchísimo asimilar no sólo en el mundo del golf sino en el de todo el deporte y en la sociedad en general.

Descansa en paz, Celia.