«El domingo fue de locura, tuve que pedir periódicos de más porque se agotaban»
Cantabria ·
Los quiosqueros certifican un aumento de ventas tras la declaración del estado de alarma. «Aquí estaremos cada día. La gente quiere informarse»Mientras dure el estado de alarma, sólo se puede salir de casa para ir a trabajar o para hacer los recados más imprescindibles, como adquirir productos de primera necesidad. Entre ellos, está la prensa. Cuando, durante el fin de semana, el Gobierno central anunció las restricciones planteadas para frenar al coronavirus, la gente salió a comprar todo lo necesario para pasar el confinamiento. Y muchos, más de lo habitual, pararon en los quioscos. La información es primordial y la gente confía en la prensa. Fue necesario, incluso, reponer ejemplares de varias cabeceras. Periódicos, revistas, pasatiempos... Todo agotado.
Germán Ruiz es el propietario del Quiosco Ruiz, situado en la Alameda de Oviedo, en Santander. Cuenta que durante el fin de semana vendió mucho más de lo habitual. Incluso, ante el incremento de clientes, tuvo que encargar más periódicos que antes. Todo ello, a pesar de que una parte importante de sus incondicionales son bares y restaurantes y, mientras dure el estado de alarma, no pueden abrir ni adquieren la prensa. El profesional trabaja con más de una veintena de negocios de hostelería, que le compran en torno a cuatro periódicos, cada uno, diariamente. A pesar de que estos días no puede contar con ellos, «el domingo vino tanta gente que, aún sin los bares, superé las ventas». Pidió más ejemplares y se quedó sin ellos. «Y si hubiera pedido más, también los habría vendido», asegura el hombre. Además de aumentar la demanda de revistas y periódicos, también se han incrementado las ventas de los crucigramas y los pasatiempos. «La gente va a pasar muchas horas en casa y se nota», bromea.
Algo similar vivió Julián Crespo, el propietario del quiosco Virgen Grande de Torrelavega. «Lo del sábado y el domingo fue inaudito, mejor que cualquier otro fin de semana en muchos años. Periódicos, revistas, sopas de letras... Como si se acabase el mundo», relata. Consciente de que la gente sale menos a la calle estos días por motivos de seguridad, ha ofrecido a sus clientes la posibilidad de acercarles la prensa a casa. «Tenemos una clientela muy fiel. Como entre ellos también hay gente mayor, les he pedido el teléfono para preguntarles si necesitan que les acerquemos algo». Mientras dure el confinamiento, llevará periódicos a domicilio y también atenderá el negocio, donde se forman largas colas. Eso sí, con más de un metro de distancia entre clientes.
Medidas de seguridad
Julia Arias se quita los guantes cada pocos minutos para utilizar su gel desinfectante desde el quiosco donde trabaja, en Jesús del Monasterio, Santander. «A la gente le tranquiliza leer la prensa y siguen viniendo a comprar el periódico. La información es un bien de primera necesidad y por eso estamos aquí». No le asusta el virus, cuenta, pero «toda precaución es poca». Y más cuando se trabaja de cara al público. También le pasa a Sergio Serrano, del quiosco situado junto al Ayuntamiento, que atiende a sus clientes con los guantes y a una distancia prudente. «La gente sí mantiene el metro y medio de seguridad, no hace falta decírselo». En Calvo Sotelo, Francisco Javier Urbistondo regenta su negocio con un envase de alcohol al lado, del que hace uso a cada rato. «Es una situación totalmente nueva y ojalá todo vuelva pronto a la normalidad. Lo más importante, por supuesto, es que la alerta sanitaria termine cuanto antes».