La escasez de efectivos, agravada por las jubilaciones, desborda a las policías locales
En Santander se han suprimido los servicios de paisano, la vigilancia en bicicleta de playas y se ha recortado el turno de noche, que en Camargo se ha anulado
CONSUELO DE LA PEÑA
Santander
Domingo, 18 de agosto 2019
Este año 2019 será recordado siempre por decenas de expolicías locales. Es el curso de su jubilación anticipada, un retiro ganado a pulso tras décadas ... de servicio público en forma de patrullas, atención al ciudadano y todo tipo de situaciones. Gracias a la entrada en vigor en diciembre del año pasado de un real decreto, hasta 36 agentes de Santander, 4 de Torrelavega, 5 de Camargo, 5 de Laredo, 3 en Castro Urdiales y unos cuantos más en el resto de municipios cántabros dejaron el cuerpo con 59 años y unas condiciones muy ventajosas. Sin embargo, la medida, bien acogida por los trabajadores, ha sido la puntilla a unas plantillas ya mermadas por el goteo continuo de efectivos y la desidia de los ayuntamientos para reponer vacantes en los años de recortes y crisis económica.
La falta de efectivos ha desbordado a las policías locales este verano, con el agravante de que en estas fechas la población de los municipios costeros se multiplica y se redoblan los eventos lúdicos y deportivos, en los que se exige su presencia. Para paliar este déficit, los consistorios han recurrido como medida de urgencia a las horas extraordinarias, lo que ha provocado tensiones e, incluso, amenazas de huelga. Es el caso de Santander, donde las organizaciones sindicales enarbolaron la posibilidad de un paro en plena Semana Grande tras convertir en obligatoria una medida hasta ahora voluntaria.
En cifras
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583 efectivos integran actualmente las plantillas de las distintas policías locales de Cantabria.
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36 jubilaciones ha habido este año en Santander, cuya plantilla ha quedado reducida a 192 efectivos.
Aunque los ayuntamientos aseguran que las medidas excepcionales están garantizado la protección ciudadana -todavía no hay datos estadísticos que avalen si se ha producido un repunte de la delincuencia-, los sindicatos de Policía denuncian que se han dejado de prestar servicios. En Camargo, desde el 1 de agosto se ha prescindido de la patrulla nocturna e, incluso, «de manera puntual» se ha recurrido a un vigilante de seguridad privada para «custodiar» las instalaciones de la Policía Local, según reconoce su jefe, Jesús Salmón.
En Santander se han dejado de realizar los servicios de paisano, que vigilaban mercados, colegios y zonas sensibles; se han suprimido los policías que realizaban el control de playas en bicicleta, y también el servicio extraordinario para erradicar el botellón, que se ha reactivado. Son los dos municipios que presentan más tensiones, donde los sindicatos policiales están en pie de guerra, aunque los problemas derivados de unas plantillas anémicas son comunes al resto.
«La protección del ciudadano está garantizada y los servicios se cumplen a rajatabla»
Ayuntamiento de santander | gabinete de prensa
En la actualidad, el plantel de la Policía Local en Cantabria suma 583 agentes, en su mayoría hombres (hay 31 mujeres), de acuerdo con los datos facilitados por la Escuela Autonómica de la Policía Local, adscrita a la Consejería de Presidencia y Justicia, una plantilla insuficiente según coinciden todos los operadores implicados. Las organizaciones sindicales achacan a «la falta de previsión» de los consistorios parte de la problemática porque en la última década se han ido produciendo vacantes y «apenas ha habido tasa de reposición», señala Manuel Garzón, delegado en la Junta de Personal de la Policía Local de Santander por el CSIF. Los ayuntamientos sitúan la génesis del problema en la aprobación en 2018 del real decreto que habilitaba a los policías locales para prejubilarse a los 59 años. Esto ha provocado la materialización de «muchas jubilaciones en poco tiempo, lo que, unido a que se partía de unas plantillas muy ajustadas, ha hecho que algunas policías queden reducidas casi a la mitad, como en Camargo».
Reestructuración
Con 30.263 habitantes, en Camargo tendría que haber un mínimo de 50 policías para cumplir la ratio de 1,5 agentes por cada 1.000 habitantes que marca la legislación. Pero a primeros de enero sumaba 33 agentes, y en la actualidad tan solo quedan 24 efectivos, tras contabilizarse cinco bajas por prejubilación y cuatro por otras cuestiones. Si a esto añadimos las bajas y vacaciones, tan sólo quedan 19 funcionarios en funciones de la calle, según reconoce su jefe, Jesús Salmón, lo que hace inviable la cobertura del servicio las 24 horas. Esta situación ha obligado a una «reestructuración» y a «suprimir» el turno de noche, «al menos» durante agosto y septiembre. «Desde las diez de la noche hasta las seis de la mañana no hay ningún policía en la calle. Un agente en las dependencias atiende el teléfono y si hay un servicio urgente se llama a la Guardia Civil para que el ciudadano esté atendido», explica Salmón. De esta manera se consigue reforzar los turnos de mañana y tarde, «donde hay más necesidad».
«Hemos tenido que suprimir el turno de noche. Las incidencias las atiende la Guardia Civil»
Jesús salmón | jefe de policía de camargo
La falta de efectivos también ha obligado al Ayuntamiento a recurrir a un vigilante privado «en dos ocasiones» para «custodiar» las instalaciones de la Policía Local, un asunto que el CSIF ha denunciado en la Fiscalía. El consistorio sacará el día 26 cinco plazas a concurso oposición, más otra de movilidad que se cubre por méritos. Pero el proceso es largo y complejo, de manera que «hasta marzo de 2021» no estarán los agentes listos para actuar, prevé Salmón, que reclama «más agilidad» en los trámites.
Santander, primer municipio de la región, es el que ha suscitado mayor conflictividad, hasta el punto de que los agentes anunciaron movilizaciones y llegaron a pedir el cese del concejal de Personal y Protección Ciudadana, Pedro Nalda. En la capital, 36 agentes se han acogido al decreto de jubilación anticipada, casi un 16% de la plantilla, que se ha quedado reducida a 192 afectivos, frente a los 260 policías que tendría que haber para cumplir con el ratio legal. Según denuncian los sindicatos, la plantilla ha sufrido «una merma inadmisible» en el número de efectivos.
«En Santander, muchas noches sólo hay una patrulla en la calle, cuando lo normal son cinco»
manuel garzón | csif
Desde septiembre de 2010 se han producido 67 vacantes, que no se han cubierto «por dejadez del ayuntamiento, que no ha convocado plazas», denuncia Garzón. El Ayuntamiento eleva a 84 las vacantes, «todas ofertadas en distintos procedimientos», aunque se tardará al menos año y medio en cubrirse por la lentitud de los procesos. Por eso, con las prejubilaciones llueve ya sobre mojado, lo que ha colocado a la Policía Local santanderina en un momento delicado. En los días previos de la Semana Grande, los sindicatos denunciaron la situación por la que atraviesan los agentes y tildaron de insostenible el día a día al que tienen que hacer frente. Cuando el Ayuntamiento decidió obligar a la plantilla a realizar horas extraordinarias, los agentes amagaron con un paro, que finalmente no se realizó.
Menos patrullas
La carencia de efectivos está repercutiendo en el servicio, denuncian los policías, una afirmación que niega el Ayuntamiento. «La protección del ciudadano está garantizada y los servicios mínimos establecidos por la legislación vigente se cumplen a rajatabla», precisan desde el gabinete de prensa del Consistorio. Los policías lo niegan. «El primer fin de semana de julio, en el servicio de noche solo había una patrulla (con dos agentes), cuando lo normal es que haya cinco, una realidad que se ha repetido muchos días consecutivos, incluso ahora, con las horas extra obligatorias, porque hay agentes que no han bajado cuando les llaman porque no podían y lo han justificado», comenta Garzón. El delegado sindical denuncia que la falta de efectivos «hace imposible cumplir con todos los eventos que existen a diario e, incluso, atender con normalidad los requerimientos de los vecinos. Los servicios de paisano se han dejado de hacer y se ha suprimido la policía que realizaba el control de playa en bicicleta», apunta. Como ejemplo señala que el Reggaeton Beach Festival, que reunió a 15.000 personas en el recinto de La Magdalena a finales de julio, «se cubrió con apenas seis policías, cuando se tenían que haber programado unos 50».
«En julio y agosto los agentes sólo descansan dos días al mes. Septiembre será lo peor»
Juan carlos veci | Jefe de la policía de laredo
En Torrelavega, tras la jubilación de cuatro agentes la plantilla ha quedado reducida a 63 efectivos, un número muy inferior a los 82 que había en 2008, antes de que los recortes presupuestarios diezmaran la plantilla, subraya el concejal Pedro Pérez Noriega, aunque este lunes entrarán dos nuevos agentes.
La falta de agentes reactiva el botellón
El botellón ha reaparecido este verano en la zona de Cañadío de Santander y dicen las organizaciones sindicales de Policía que es por culpa de la falta de agentes. «El año pasado y el anterior, allí se hacía un servicio extraordinario con ocho agentes para erradicar el botellón en verano, pero este año se han suprimido los controles porque no hay afectivos suficientes», denuncia el delegado del CSIF, Manuel Garzón, y asegura que tampoco se ha activado el servicio extraordinario de ferias; en el Ayuntamiento sostienen que «la disposición de los efectivos de cada evento es decisión del jefe de Policía».
Para amortiguar «la falta de efectivos» en la ciudad del Besaya recurren a las horas extraordinarias, aunque con otra fórmula. Cada policía tiene 120 horas de dedicación (son voluntarias) que cobra prorrateadas. En total son 6.772 horas a repartir entre 56 agentes. Hasta junio han gastado 1.863 horas, ya que «es en el verano y en Navidad cuando más se utilizan».
En Laredo, donde el trabajo se dispara en verano como consecuencia del incremento de población, había 29 efectivos en enero, pero las jubilaciones (5) y un fallecimiento han reducido la plantilla a 23 agentes. Como en los casos anteriores, el jefe de Policía, Juan Carlos Veci, ha recurrido a las horas extra para amortiguar la falta de policías. En julio y agosto, en virtud del convenio colectivo, los agentes que se adhieren a esta fórmula solo descansan dos días al mes. «Aunque la plantilla es corta mantenemos los turnos de mañana, tarde y noche. El problema llegará en septiembre, cuando cada uno pasa a su turno y hay vacaciones y días de descanso. Ahí voy a tener problemas para cubrir los servicios», admite.
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