La huelga marca el inicio del curso en Cantabria

La huelga llega en un momento en el que no hay distancia entre las partes. De ahí la sorpresa del Gobierno del PP. El acuerdo estaba a punto de cerrarse, cuando saltó por los aires el jueves. Así que la vuelta a las aulas ha estado marcada por el conflicto y las ausencias en las plantillas. Este lunes, el apoyo del Cuerpo de Maestros hacia las organizaciones sindicales fue del 56% (conforme a su escrutinio de «la mayoría de centros»), aunque desde la Consejería se rebajó al 43% en la publicación de cifras oficiales, que se obtienen «con el protocolo de huelga» de Educación –a través del que los centros educativos trasladan la asistencia al Ejecutivo–. La convocatoria supuso «un éxito muy importante» para la presidenta de la Junta de Personal Docente, Rus Trueba, y de la que el consejero de Educación, Sergio Silva, toma nota: «Son 1.100 maestros que han participado de los casi 2.700 que podían hacerlo en esta jornada de huelga. Vamos a seguir trabajando por la educación de Cantabria, nuestro compromiso es con la educación y con todos los cántabros».

A pesar del paro, y «al margen de esta situación excepcional», el curso arrancó con todos los colegios abiertos y «los servicios complementarios, como el comedor, el transporte... se han desarrollado con normalidad», según el Gobierno. Sin embargo, los sindicatos reivindicaron que «pese a los impedimentos y las desinformaciones, la huelga ha vuelto a ser mayoritaria y va a más».

Y es que las jornadas de paro, antes de comenzar, ya suscitaron polémicas. Por ejemplo, con lo que respecta al decreto de servicios mínimos establecidos por la Consejería. La Sala de lo Contencioso Administrativo del TSJC estableció que los tutores no fueran considerados personal esencial, a excepción de los de las aulas de Educación Especial, porque, entre los datos de seguimiento de la huelga, se publicó el auto que los volvía a incorporar dentro de los servicios mínimos. Precisamente, en línea con las cuestiones que, según denunciaron los sindicatos, «suponen trabas y obstáculos impuestos por la Consejería de Educación para tratar de impedir el derecho a huelga» e implicaron, a juicio de los representantes sindicales, que la movilización, «tuviera más valor».

Todo ese caldo de cultivo se explica que se concentraran en el centro de Santander hasta 8.500 personas, muchos de ellos docentes en activo, para protestar públicamente contra lo que consideran una «indecencia». La movilización cogió fuerza primero en el Río de la Pila, donde comenzaron a sumarse más y más participantes, pancartas, camisetas verdes con el lema de la manifestación «Educación pública, la de todos», y donde un speaker conocido por todos ellos, Diegu San Gabriel, miembro de la Junta de Personal (y del sindicato STEC), fue anunciando micro en mano las proclamas que a lo largo del recorrido iban a corearse:«Buruaga, paga, paga, paga»; «Silva dimisión»; «educación pública y de calidad»; «la profe, luchando, también está enseñando», «somos docentes, no rehenes»... y otras tantas que cantó la masa de manifestantes, que comenzó la marcha pasadas las seis y diez de la tarde acompañada por miembros de la oposición política como el socialista Pedro Casares, delegado del Gobierno en Cantabria, o la candidata del PRC a las elecciones autonómicas, Paula Fernández.

Caminaron juntos profesionales en activo y docentes jubilados, pequeños que fueron con sus padres y hasta mascotas. Las protestas y los pitos no cesaron incluso pese a la aparición de la lluvia, que comenzó a caer con fuerza a mitad del recorrido. «La Junta de Personal Docente quiere felicitar a todos los docentes que hoy han ejercido su derecho a la huelga después de que desde la Administración nos impusieran unos servicios mínimos abusivos. Estamos muy orgullosas de que esta marcha haya sido secundada por tantísimas compañeras», celebró al término de la manifestación Rus Trueba, presidenta de la Junta de Personal Docente, presente en las negociaciones con Silva.

Lo que iba a convertirse en un recorrido de dos horas, con paradas en lugares estratégicos como la sede del Gobierno en Peña Herbosa, tuvo que agilizarse por la lluvia torrencial. «Lo importante es que la huelga va a más, sigue siendo mayoritaria y ha escalado varios puntos», manifestó San Gabriel.

Pasados unos minutos de las siete de la tarde, la cabeza de la manifestación llegó al final del recorrido en Correos, donde se leyó el manifiesto. Un texto con un mensaje final claro:«Sepa el Gobierno que no va a desactivar la convicción de un colectivo que ha recuperado la ilusión de reivindicar. Porque la causa de la educación pública es algo mucho más grande que nosotras mismas. Con unidad, conciencia, pedagogía y lucha». A la luz de las cifras de manifestantes, parece que así es.