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El gran partido de Piluís Orizaola

Fue un gran artista, pero pocos conocen que también hizo magia con el balón en los pies

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Domingo, 18 de noviembre 2018, 10:50

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Fue un gran artista, talento que también compartió con sus hermanos y otros miembros de su familia. Supo extraer y concentrar la esencia de las personas en cuatro líneas trazadas sobre el papel. En sus últimos años interpretó los caprichos de la Naturaleza sobre piedras, troncos y otros objetos para convertirlos en pequeñas obras de arte gracias a sus sutiles toques de magia creativa. Fue un gran artista, pero pocos conocen que también hizo magia con el balón en los pies.

José Luis Orizaola Velázquez (Santander, 1925-2018) comenzó su afición al fútbol casi al mismo tiempo que hacía caricaturas en su casa con la admiración por las que entonces publicaba en el periódico el padre Antonio Martín Lanuza, especialmente de los futbolistas infantiles. Esta admiración era compartida por todos los jugadores que soñaban con que les hiciera una, asediando al cura e incluso yendo a su casa para ofrecerse como modelos. José Luis acudió a una de esas visitas, pero a diferencia del resto de los muchachos, no iba a pedir que le hicieran una caricatura, sino que portaba una del propio Martín Lanuza para regalársela. Aquello sorprendió al sacerdote que enseguida se interesó por la habilidad del joven, convirtiéndose en su maestro. Entre las divertidas reuniones que Martín Lanuza proponía a algunos chavales, entre los que se encontraba Piluís Orizaola, estaba la de sentarse en las sillas metálicas del Paseo Pereda para dibujar los rasgos de los viandantes. Con estos ejercicios y los sabios consejos del maestro, Piluís fue perfeccionando su arte, de tal manera que cuando Martín Lanuza se hizo cargo de la parroquia de Santa Lucía recomendó a Orizaola para sustituirle en el diario Alerta. Así comenzaría a hacer famosas sus caricaturas y viñetas.

Como futbolista, Piluís comenzó a jugar en el Frente de Juventudes y luego en el Pintores Sanz, uno de los equipos del fundador del Rayo Cantabria, Rafa Sanz, que después integraría a Orizaola en el conjunto rayista con el que sería campeón regional en 1945. Fue en este año cuando Piluís destacaría como jugador en un partido especial que se celebró el 31 de diciembre y que enfrentó al Rayo Cantabria contra el Unión Club con motivo del regreso de México del gran jugador astillerense, Nando García, que tras su marcha a América regresaba a España desembarcando en Santander para pasar las Navidades con su familia y cumplir el compromiso de su fichaje con el Barcelona interrumpido por la guerra del 36. La estancia de Nando García fue muy comentada en los ambientes futbolísticos y el partido, en el que intervenía el famoso jugador, fue un acontecimiento. Para la ocasión, el equipo de Astillero no sólo se reforzó con el recién llegado, sino que además añadió a algunos astillerenses que jugaban con otros equipos, como Martínez, Felipe y Casuso (Racing), Cavadilla y Modesto (Tanagra) y Huchi (Barreda). Pero el Rayo superó al Unión Club por 2-1. Ciuco marcó los goles rayistas y Felipe el de los astillerenses. Aquel día, Nando García no fue la figura del partido porque Piluís Orizaola anuló al gran jugador internacional quitándole constantemente la pelota con los pies y en los saltos de cabeza hasta fue apagándose totalmente.

Orizaola siempre jugó en el Rayo, exceptuando su etapa del servicio militar en la que intervino con el Monte la Reina (Zamora) en Tercera División. El Oviedo se interesó por él y le ofrecieron una ficha para cederle al Avilés, pero Rafa Sanz le convenció para que continuara en el Rayo donde terminaría su etapa deportiva.

Tras estudiar en la Escuela de Comercio, Orizaola se hizo profesor mercantil. Marchó a Alemania para dar clases de español en la Escuela de Comercio de Harzburg, colaborando con sus viñetas en el periódico local Harzburger Abendblatt. En su estancia en Alemania también tuvo la oportunidad de publicar en 1959 una caricatura de Paco Gento en el prestigioso diario Bil Zeitung con motivo de la final de la Copa de Europa que el Real Madrid iba a disputar contra el Stade de Reims en Stuttgart. A su regreso a Santander, y debido a su amistad con el director, Jesús Delgado, prefirió colaborar en la edición cántabra de la Gaceta del Norte.

Orizaola fue un gran artista que supo extraer y concentrar la esencia de las personas, en especial de los futbolistas del Racing, en cuatro líneas trazadas sobre el papel, pero también hizo magia. con el balón en los pies.

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