«Hormaechea hizo mucho por Cantabria, pero falta reconocimiento»

Mientras el primero reconoce su «compleja relación con él», el segundo fue su escudero leal desde el inicio de su carrera política. Riego reconoce que «nunca nos llevamos bien, porque a mi me tocó escribir mucho sobre sus actuaciones, primero como alcalde y después como presidente de Cantabria, y él casi nunca estaba de acuerdo con mis escritos, pero era una persona muy inteligente». Sin embargo, una vez retirado de la política, obligado por una inhabilitación judicial, en 1995, «comenzamos una amistad que se fue afianzando y que culminó con su muerte, en diciembre de 2020», recuerda.

Por su parte, Abando no esconde su «respeto y admiración» por Hormaechea. «Junto a él aprendí más que en cualquier máster de la universidad más prestigiosa del mundo», destaca.

Ambos decidieron unirse en esta aventura literaria porque mientras uno aportaba el punto de vista periodístico y la información recopilada a lo largo de los años, el otro posee el tesoro del conocimiento de los entresijos de los mandatos del que fuera uno de los hombres más polémicos de la política cántabra. Así, comenzaron a elaborar esta obra «que no es una biografía, porque fue imposible recopilar la suficiente información de manera ordenada», aclara el periodista.

«Nos veíamos con frecuencia y yo le grababa las conversaciones, pero se iba por los cerros de Úbeda y me veía con cientos de horas por escuchar, sin conexión coherente», añade Riego. Así que lo que pretendía ser una biografía derivó en un libro porque ambos autores «hemos entendido imprescindible escribir este primer volumen sobre un hombre hecho a sí mismo que supo entender la carrera política como un servicio público». En sus páginas se recoge la vida personal y política de Hormaechea hasta 1990, por lo que sus autores anuncian que habrá continuación.