La Iglesia busca curas «más accesibles» y misas «más vivas y participativas»
El Plan Pastoral cántabro de los próximos tres años «rompe algunos dogmas, es revolucionario» y promueve la apertura, la evangelización y la denuncia de las injusticias
La Iglesia de Cantabria, que incluye 13 arciprestados con 600 parroquias, ya tiene listo el Plan Pastoral Diocesano para el trienio 2018-2021, al que ha tenido acceso este periódico y que supone una «reconversión pastoral». El documento, en el que ha trabajado la comunidad eclesiástica durante un año, establece las directrices de la fe cristiana para este periodo. Un trabajo fruto de «la reflexión» y cuyo resultado es «revolucionario», según anticipó el nuevo vicario, Ricardo Alvarado del Río, párroco de Bezana.
Alvarado anunció con entusiasmo que guiarse por este plan supondrá para los cristianos «romper» algunos dogmas establecidos hasta ahora. «El nuevo plan introduce grandes cambios a la hora de vivir la fe y plantea la siguiente reflexión: ¿Se puede ser cristiano sin dar testimonio de tu fe? Evidentemente, hay que dar el salto y romper con la mentalidad de que la fe se vive desde el individualismo. Se acabó el sálvese quien pueda. Nuestra fe no tiene sentido si no es en comunidad», aseguró el vicario.
Las claves
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Discípulos misioneros «Hay que romper con la mentalidad de que la fe se vive desde el individualismo»
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Denunciar «Ser cristiano no es solo vivir la fe, es también denunciar la injusticia y anunciar el Evangelio»
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Misión «No podemos seguir mirándonos el ombligo, hay que estar en permanente búsqueda»
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Sacramentos «Se fomentará la sensibilidad de los párrocos en la acogida de los recién casados»
Editado en una guía de 42 páginas, el documento introduce «cambios en la forma y en los métodos» empleados hasta ahora, dentro del marco de la exhortación apostólica del Papa Francisco ' Evangelii Gaudium' ('La alegría del Evangelio'), «que ha supuesto una revolución al cambiar cómo se aplica la evangelización para llegar a las periferias existenciales. Este escrito de la Santa Sede es el foco de inspiración del plan», destacó el vicario.
Los cambios profundos que se introducen «en realidad no son más que un regreso a las fuentes, para recuperar la primitiva comunidad cristiana de los discípulos de Jesús y salir a evangelizar». Porque ser cristiano no es solo vivir desde la fe, también implica denunciar las causas injustas de pobreza estructural y anunciar el Evangelio. Es inseparable», recordó Alvarado.
Con este nuevo plan pastoral, la Iglesia de Cantabria se ha sacudido la sotana y, con gran dosis de autocrítica, ha sentado nuevos objetivos para los párrocos, como ser «más accesibles, reforzando su sensibilidad en el momento de la acogida, que deberá ser exquisita y cuidar las relaciones personales». Además, se hará un especial esfuerzo con los jóvenes que acuden a la iglesia a casarse, «para que el sacramento no sea un fin en sí mismo, sino una manera de insertarse en la comunidad», explicó el vicario.
Otro reto para los párrocos será celebrar homilías «más vivas, animadas y participativas», algo que incluso se notará en la selección de la música, que se buscará más rítmica. En cuanto a los discursos, se pretende «mejorar la expresión, cuidar los tiempos y tocar el corazón del oyente, que el tema que se trate se acerque a la vida del que ha acudido a la iglesia».
Este proceso de cambio se fundamenta en ofrecer formación a través de cursos y talleres para reforzar las técnicas de oratoria, comunicar mejor todo lo que la Iglesia desarrolla y el manejo de las redes sociales.
Por otro lado, se experimentará una apertura de la Iglesia, ya que el nuevo plan da protagonismo al papel del laico, en detrimento de los sacerdotes. «No puede ser que todo derive de los párrocos. Tenemos laicos y seglares que realizan servicios trascendentales y hay que apoyarse más en ellos».
Otra asignatura pendiente es mejorar la autoimagen de la Iglesia y promocionar la labor que realiza, que será otro de los retos a abordar en los próximos años. «Tenemos que impulsar sin complejo lo que somos. La Iglesia realiza muchos servicios solidarios de los que no hablamos, como la acogida de inmigrantes, hospitales, colegios y centros de familia. La gente lo desconoce».
Los seis retos a abordar
El plan se divide en cuatro bloques y presenta seis retos, cada uno de ellos incluye un fragmento de motivación y las líneas de acción a seguir. El vicario explicó que «a veces se habla mucho del qué hacer, pero no del cómo. Y en este plan queríamos dejar claro cómo vamos a hacer los cambios».
El primero de los bloques hace referencia al 'Anuncio de la palabra, el servicio a la caridad y la corresponsabilidad'. El segundo bloque reivindica 'una Iglesia en salida', es decir «dejar de mirarnos el ombligo y estar en tensión», explicó el vicario, que citó al Papa Francisco: 'Prefiero una Iglesia accidentada que enferma'. El tercer bloque gira en torno al 'Fomento de las vocaciones ministeriales', a través de la elaboración de un plan estratégico. El cuarto bloque rompe las formas más clásicas y propone transformar la celebración religiosa. El quinto capítulo pondrá en marcha el Observatorio de la Realidad, un grupo de agentes sociales que evaluarán los nuevos retos sociales. Por último, el sexto epígrafe recoge acciones para recuperar el domingo como día del Señor y mejorar la celebración de los sacramentos para que sea más accesible.
En plan presentado bajo el epígrafe de 'Avanzar en la conversión pastoral y misionera de toda la Diócesis' es fruto de la disertación, según enfatizó el vicario, quien añadió que «hemos quitado lo que no nos ayuda a crecer. Hay que salir del estancamiento». Durante el próximo trienio se quiere romper con un modo de actuar de las parroquias «como si fuesen islas» y se buscarán «itinerarios conjuntos para hacer comunidad» entre los 13 arciprestados que hay en Cantabria para que las acciones no sean fruto de la espontaneidad, sino consensuadas.
231 acciones para llamar a la participación
El Plan Pastoral Diocesano para este trienio ha contado con un 77% de participación de la comunidad eclesiástica a través de un total de 231 acciones en las que se llamó a participar a los católicos de Cantabria. El plan se ha trazado con las aportaciones de laicos, seglares y religiosos que han puesto sobre la mesa sus preocupaciones e ideas. El documento insiste en crear comunidad de Iglesia. Para ello, establece el diseño de 'itinerarios' en cada uno de los arciprestazgos, para que «las parroquias vayan de la mano», explicó el vicario, Ricardo Alvarado. Otro de los grandes retos que aborda el plan es aumentar las vocaciones ministeriales para lo que se ha nombrado a un Delegado de Pastoral Vocacional, Juan de Cáceres, cuyo reto será diseñar un Plan Diocesano de Pastoral Vocacional.