«Con mascarilla derrotaremos al virus»

Todo apunta a que en los próximos días Cantabria seguirá los pasos de comunidades como Cataluña, Extremadura o Baleares, donde el uso de la mascarilla es obligado en todos los espacios públicos y en cualquier supuesto. Con independencia de que pueda preservarse la distancia social, mantener cubiertas nariz y boca será obligado bajo pena de sanción. Lo adelantó esta semana el presidente Miguel Ángel Revilla, lo secundó el pasado jueves el Consejo de Gobierno y ahora también lo avalan los principales responsables de la sanidad cántabra.

«Con independencia de si se puede mantener la distancia o no, el contagio se realiza también a través de superficies, de los objetos, por eso es tan importante que seamos precavidos y reduzcamos las posibilidades a la mínima expresión expandiendo el uso de la mascarilla», concreta el consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez. Dice que especialmente ahora, «cuando tanto su uso como su adquisición son fáciles», es importante ampliar su obligatoriedad.

El temor del presidente regional, a la luz de las imágenes que han dejado algunas escenas de ocio nocturno, playas o parques en los últimos días, con reuniones multitudinarias y sin medida alguna de protección, es que Cantabria sea protagonista de un nuevo rebrote. Algo a lo que ayuda también el flujo de personas que alimenta el turismo en plena temporada estival.

«No debemos olvidar tan rápido lo que hemos pasado y tenemos que ser conscientes de que ahora más que nunca está en nuestra mano hacer las cosas bien para que no tengamos que volver a pasar por eso». La gerente del Servicio Cántabro de Salud, Celia Gómez, pone el foco en el verano, pero también en ese otoño al que todos miran con temor por el regreso de un frío que podría espolear la virulencia de la gripe y el covid-19 juntos. «La mascarilla podrá protegernos frente a los dos y eso es muy importante de cara a un futuro porque esto es algo a lo que nos vamos a tener que acostumbrar, al menos hasta que la vacuna llegue al grueso de la población». Gómez apela a la «responsabilidad y a la solidaridad de la gente, que es lo que ha de entrar en juego en este momento».

Pese a que sea un decreto lo que llegue a regular en unos días la medida, desde la Dirección General de Salud Pública, Paloma Navas traslada un mensaje más personal: «La mascarilla es un mensaje social. Estamos diciéndole a la gente que nos importa, que si la utilizamos bien, lograremos salir todos de esta pandemia».

Sin olvidar en todo caso que es sólo una de las tres medidas indispensables para poner coto a la enfermedad. «La mascarilla debe ser obligatoria y así derrotaremos al virus, pero no debemos olvidar tampoco la higiene de manos y la distancia interpersonal, que se han demostrado fundamentales también para, con todas las medidas en la mano, mantenernos tan bien como estamos ahora en la región, con los contagios controlados», remarca Rafael Tejido, gerente del hospital Universitario Marqués de Valdecilla. «Justo ahora, cuando pasa más tiempo del pico de la pandemia y la gente está en la calle, con calor, es crucial recordar que esto no ha pasado y que tenemos que seguir manteniendo el celo en el uso correcto de la mascarilla. Si nos relajamos, si no hacemos las cosas bien, el rebrote puede aparecer en cualquier momento».

Cada fin de semana la Policía Local de Santander suma una ristra de sanciones especialmente en las reuniones de jóvenes que se juntan para consumir alcohol en la calle. «Vemos que hay mucha gente mayor que hace las cosas mal y descuidan la mascarilla; pero sobre todo hay mucha gente joven que tiene que concienciarse. Puede que a ellos esta enfermedad no les haga nada, pero sí puede hacerle daño a sus padre y abuelos. Tienen que entender eso», recalca Alicia Gómez, gerente de Atención Primaria.