«En la moda tienen que pasar cosas, aunque sean horribles»
¿Alguien imagina a este hombre revolviendo entre las perchas de una gran cadena de ropa? Pues dice que le gusta Zara (de mujer) y que encuentra cosas para él en Uniqlo
JOSÉ AHUMADA
Santander
Martes, 22 de agosto 2017, 07:10
El escándalo estalló durante la celebración de la Pasarela Cibeles (rebautizada Mercedes Benz Fashion Week Madrid) de 2016: Ángel Schlesser no asistió al desfile de ... su firma. Entonces se supo que, después de vender la mayor parte de su empresa, los desencuentros con su nuevo socio le habían impedido diseñar la colección que se mostraba: Ángel Schlesser sin Ángel Schlesser, vaya. A la espera de que se resuelva el correspondiente lío judicial, el modisto santanderino -Ángel Fernández Ovejero según el carné-, mantiene las tijeras guardadas en el cajón. Además de él, lo siente la legión de mujeres fieles a sus prendas tan sobrias, tan elegantes y tan bien cortadas.
-Lo último que hemos sabido de usted es que tiene problemas con su marca. ¿Cómo están ahora las cosas?
-Mantengo una parte de la propiedad de la marca y tengo un amplio enfrentamiento judicial -aparte de personal- con mi socio. Estoy intentando, entre otras cosas, hacer cumplir el contrato que firmé: incluía una permanencia de cinco años y se me ha impedido parcialmente hacer mi labor.
«La anorexia es un problema tremendo, pero difícilmente achacable a la moda»
-En 2016 no apareció por Cibeles en el desfile de su marca; en 2017 estuvo, a pesar de no haber sido invitado. ¿Qué pasará el próximo año?
-De momento voy a dejar pasar el tiempo. Lo decidiré sobre la marcha, pero no estoy con mucho interés en aparecer.
-Aparte de hablar de usted, ¿se seguirá hablando de anorexia en la siguiente edición?
-Ha descendido el tono y la cantidad de comentarios notablemente. Para mí la anorexia es un problema tremendo, pero difícilmente achacable a la moda, sino a una serie de condicionantes sociales: nunca exclusivamente a la moda. Hay niños de menos de cinco años con anorexia, y no creo que estén influidos por las colecciones de mis desfiles.
-Otra cosa a propósito de los desfiles, y ya sé que no es su caso: ¿por qué se ven sobre la pasarela cosas que nadie se puede poner?
-Hay cosas que realmente son muy difíciles o para muy poca gente, pero no necesariamente imposibles. Es la forma de crear espectáculo, y cada uno recurre a lo que sabe, quiere o puede.
-¿Y qué planes tiene? ¿Entra en ellos diseñar para alguna otra firma?
-Fundamentalmente, lo que estoy haciendo ahora es intentar clarificar mi situación con relación a la marca y, luego, estoy pensando en hacer algunas cosas y otras que no tienen nada que ver con todo esto. Pero prefiero no decir nada de eso.
-Ahora está pasando unos días en Santander. ¿Qué le gusta hacer?
-Me gusta ir a la playa, si el tiempo lo permite, y sobre todo disfrutar de la bahía, de las vistas, de los amigos y de la familia.
-Siempre se dijo que en esta ciudad la gente era muy elegante. ¿Cree que todavía lo sigue siendo?
-Estoy seguro de que, en algún tiempo pasado, no sólo Santander, sino otras ciudades del norte, eran más elegantes que las de otras zonas. Donde hubo siempre queda, pero la globalización hace estragos.
-Pero también es verdad que esas cadenas de ropa tan presentes en todas partes permiten que se pueda tener buen aspecto sin necesidad de invertir un dineral. Zara, Primark, H&M... ¿cuál le parece mejor?
-Cada una tiene cosas bastante interesantes. Yo soy fan de Zara Mujer, pero Zara Hombre, en cambio, no me interesa nada. En Uniqlo, ahí sí que encuentro cosas, básicos perfectos. Zara Hombre es demasiado retorcidito para mí.
-¿Hay alguna prenda que se lleve mucho ahora y que le horrorice?
-Hay que ser condescendiente con lo que es la moda: tienen que pasar cosas, aunque sean horribles.
-A todo esto, ¿por qué se le ocurrió ser diseñador?
-Yo estudié Derecho y, después de no tener ni idea de lo que quería hacer, entré a trabajar en el Banco Santander. Entonces, unos amigos que estaban metidos en cosas de estas me ofrecieron trabajar con un diseñador, y me pareció algo interesante. Cuando fracasó, me tuve que buscar la vida; me puse a hacer ropa; me hacía ropa para mí y mis amigos me la pedían. Y así empecé.
-¿Y por qué prefiere vestir a mujeres que a hombres? Lo pregunto porque empezó diseñando prendas masculinas.
-Empecé a diseñar prendas para mujeres en cuanto me di cuenta de que mis clientes me compraban americanas de hombre de tallas pequeñas para vendérselas a mujeres. «Si queréis americanas de mujer, hago para mujer». Y empecé a a hacer una línea pequeñita de mujer, que tuvo más éxito que la de hombre, así que por eso me volqué en la mujer.
-¿De dónde viene lo de Schlesser?
- Es un apellido alemán de mi familia.
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