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Nestlé renueva su compromiso con Cantabria en el 120 cumpleaños de su planta en La Penilla
La compañía suiza, que ha inyectado75 millones de euros a su fábrica cántabra en los últimos cinco años, mantendrá sus inversiones
Nacho González Ucelay
Santander
Martes, 2 de diciembre 2025, 14:10
La fábrica de Nestlé en La Penilla de Cayón, la primera que la multinacional suiza levantó en España allá por 1905, ha celebrado hoy por ... todo lo alto el 120 aniversario de la planta con un acto en el que la dirección y el conjunto de sus empleados, una familia de casi mil personas, han mostrado el vínculo que ata a la compañía y a la localidad, protagonistas de un idilio edulcorado por varias generaciones, abuelos, padres, hijos y nietos de, que han hecho posible que, hoy, 'la Nestle', como le dicen aquí, sea uno de los grandes pilares sobre los que se asienta la industria de Cantabria.
Endulzado por una descomunal tableta de chocolate extrafino elaborada para la celebración –lo de gigantesca no es un decir; pesaba alrededor de treinta kilos y medía un metro veinte de ancho y sesenta centímetros de alto–, el evento se ha desarrollado en el interior de la propia fábrica, hasta donde se han desplazado la presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, y sus consejeros de Industria y Desarrollo Rural, Eduardo Arasti y María Jesús Susinos, respectivamente, acompañados por el alcalde de Santa María Cayón, el popular Francisco Viar.
A las puertas del salón de actos han sido recibidos por el director general de Nestlé España, Jordi Llach, el director de producción de Nestlé, Carlos López, y la directora de la fábrica, Diana del Campo, que en sus turnos de intervención han repasado la historia de la planta y los números en los que se ha traducido estos 120 años.
Así, los tres directivos han recordado los orígenes de una historia que, como casi todas, tiene un nombre propio, en su caso Henri Nestlé, «el hombre que en el último tercio del siglo XIX creó, en un pequeño laboratorio de farmacia de Vevey (Suiza), la harina lacteada», un producto concebido para combatir la altísima mortalidad infantil de la época. Algunos años más tarde, «la sociedad Farine Lactée Henri Nestlé decidió iniciar su actividad en España». Pero no en un lugar cualquiera. En La Penilla de Cayón, «un lugar con tradición ganadera, con una notable capacidad lechera, con un gran entusiasmo y con las vías de comunicación y los transportes idóneos».
De allí salió en 1905 hacia algún lugar del mundo el primer bote de harina lacteada elaborado en una fábrica que en la actualidad produce papillas infantiles, cacao soluble, chocolates y confitería, leche en polvo, masas y obleas refrigeradas y unos números que son para envasar: la factoría, que tiene 900 empleados, muchos de ellos hijos e incluso nietos de otros que lo fueron antes, y que trabaja con 69 ganaderos de la comarca, tiene un volumen de producción anual de 80.600 toneladas que no solo se distribuye por todo el país. También se exporta a Reino Unido, Francia, Portugal e incluso Oriente Medio, donde también se aprecia el buen chocolate elaborado con leche de Cantabria.
Es de lo que más han presumido hoy su terna de directivos, que, ya en el orden económico, han puesto el foco en los 75 millones de euros que la compañía ha invertido en su planta de La Penilla a lo largo de los últimos cinco años «con el objetivo de avanzar en digitalización, automatización y sostenibilidad», ha subrayado Del Campo, que en este sentido ha recordado que la factoría «acaba de instalar torres de refrigeración con circuitos cerrados de agua», una medida que ha supuesto un desembolso de 1,8 millones «y la reducción del uso de agua en alrededor de 600.000 metros cúbicos», o lo que es lo mismo, «el equivalente a 240 piscinas olímpicas».
Además, la directora ha precisado que, a lo largo de su dilatada historia, «la planta ha sido una referencia medioambiental: fue pionera en la instalación de una depuradora de aguas residuales, dispone de una caldera de biomasa que utiliza la cascarilla del cacao para la producción de vapor y toda la energía eléctrica comprada proviene de fuentes renovables y es considerada 'cero residuos a vertedero'».
«Un aliado»
Símbolo del vínculo inquebrantable que ata a Nestlé y a La Penilla desde hace ya 120 años, la planta chocolatera «no es solo una fábrica», es «un aliado que ha construido la vida de tantas familias y generaciones», ha dicho en su intervención la presidenta Buruaga.
«Su historia es un nombre inconfundible y un símbolo para Santa maría de Cayón y para Cantabria», ha afirmado la popular, para quien, además de los 120 años de «una de las grandes empresas» de la región, hoy se celebran «120 años de identidad, de memoria colectiva, de tantas historias y sobre todo de progreso compartido».
En este sentido, la jefa del Ejecutivo ha dado a los trabajadores la enhorabuena por la efeméride y ha remarcado que el hecho de que una empresa alcance más de un siglo de vida «habla de valentía para emprender y persistencia», así como de equipos humanos «con talento», de capacidad para adaptarse y» un esfuerzo extraordinario por innovar constantemente», aunque «sin perder la esencia» y los valores fundacionales.
Para la presidenta, las inversiones de los últimos años, esos 75 millones de euros referidos, «hablan por sí solas de la fortaleza y de la apuesta de Nestlé por Cantabria».
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