Las organizaciones sociales «echan el resto» en Navidad tras el duro año covid
Cocina Económica, Cruz Roja o Cáritas mantienen y renuevan sus líneas de ayuda a población en situación vulnerable. Voluntariado, alimentos, juguetes: todo cuenta
«La cola es más larga que antes», confirma Jesús Castanedo, director de la Cocina Económica, cuyo programa de comedor social se completa, a causa de las limitaciones que impone el covid, con la entrega diaria de raciones de comida caliente, también de un bocadillo, fruta, un batido, una pieza de repostería. La cola se dobla al final de la calle. Las personas aguardan su turno distanciadas las unas de las otras; hay hombres, mujeres, hay mayores y jóvenes; algunos han traído una mochila, otros portan una bolsita y todos se han abrigado para hacer cola esta fresca mañana de diciembre.
Castanedo está en la puerta y organiza el trabajo junto con los voluntarios que hacen posible este y el resto de programas de la Cocina. Ha sido un año duro: el covid ha traído consigo una nueva y fuerte crisis social y la demanda ha crecido. Tras el verano se han enfrentado a un «repunte brutal», y de ello hay evidencias este mismo mediodía: son más de las dos de la tarde, hora en que debería de finalizar la entrega, y aún quedan 20 personas en la cola.
«Todas esas familias nuevas que han acudido a Cruz Roja demandan la campaña de juguetes 'Sus derechos en juego'. Esperamos conseguirlo»
Cristina Martínez- Cruz Roja
La Cocina Económica, como otras organizaciones, trabaja a final de año para procurar fiestas dignas a sus usuarios. Han contado con el apoyo del Racing, entre otros, para hacer acopio de alimentos, y disponen de un puesto en el mercadillo navideño de Santander, donde venden artesanías y manufacturas propias. Les llegan donaciones y todas, insiste Castanedo, son cruciales. La recaudación repercutirá en el usuario: «Haremos nuestras comidas especiales en Navidad, con algún detalle, como siempre hacemos».
Con la crisis derivada de la pandemia se ha agravado la pobreza estructural, pero muchos otros hogares se han visto arrastrados a una situación precaria. Las Navidades no serán más que el reflejo de lo ocurrido desde marzo. «El perfil de las familias que esperamos atender en esta época es algo más diverso que el del año pasado, por ejemplo. A las personas o familias con una situación cronificada, vapuleadas por la crisis, se han sumado las que habían podido salir de la pobreza tras el golpe de 2008, pero se han mantenido en una situación precaria que no ha resistido la nueva dificultad y han regresado a nosotros», analiza Francisco Sierra, secretario general de Cáritas Diocesana de Santander. A estas hay que sumar las que, viviendo en inclusión «jamás se hubieran imaginado pedir asistencia».
«Haremos nuestras comidas especiales en Navidad, con algún detalle como siempre hacemos. Hacer Navidad es ser solidario»
Jesús Castanedo- Cocina Económica
Cáritas encara la Navidad con la misma actitud que el resto del año, pero creen que estas semanas harán frente a más demanda. «Esperamos asistir a un mayor número de personas que en Navidades anteriores debido a la fuerte crisis social que ha acompañado a la pandemia», augura Sierra. Ya han vivido este año otros repuntes: los dos primeros meses de confinamiento llegaron a Cáritas Santander un 40% más de peticiones de ayuda que en 2019. La organización ayudó a cubrir en ese periodo necesidades tan básicas como el alquiler a más de 9.000 personas. Es un año complicado. En marzo se activó el plan 'Cruz Roja Responde' para hogares vulnerables frente al covid y se atendieron así a más de 15.000 familias en Cantabria. 500 personas se ofrecieron como voluntarias cuando más dura era la situación y se recibieron donaciones, aportaciones de empresas...
Sin embargo, la necesidad no deja de revelarse. En Navidad, Cruz Roja Juventud ha puesto en marcha la campaña 'Sus derechos en juego' para ayudar a unos mil niños de familias vulnerables de Cantabria. Quieren recoger alrededor de 3.000 juguetes (nuevos, preferiblemente educativos; toda la información en: susderechosenjuego.com). «Esperamos conseguirlo», confía Cristina Martínez, trabajadora social de Cruz Roja. «Todas esas familias nuevas que han acudido a Cruz Roja también demandan esa campaña de juguetes».
«Hemos pasado de 670 voluntarios atendiendo directamente en Cáritas parroquiales a algo más de 450. Nuestras puertas están siempre abiertas»
Francisco Sierra- Cáritas
El área de intervención social de Cruz Roja, que trabaja para cubrir las necesidades básicas de las familias, ha visto triplicada su demanda. Se da salida constantemente a los alimentos de que dispone, así que también es buen momento para recibir donaciones de este tipo. «Toda ayuda vale».
En Cáritas animan al voluntariado. «Paradójicamente, este año que estamos echando el resto para estar más cerca que nunca de quienes tienen necesidades, contamos con un número inferior de voluntarios», revela Sierra. Muchos de ellos son personas mayores o cuidadores a los que Cáritas les ha pedido precaución. «Hemos pasado de 670 dando atención directa en las Cáritas parroquiales a algo más de 450. En ese sentido, nuestras puertas están siempre abiertas».