El pequeño comercio acaba un año «malo» y se enfrenta «preocupado» a 2018

El pequeño comercio vive con decepción el cierre del ejercicio 2017 -que ha sido «malo» o «muy malo», según quien lo analice dentro del sector- y se enfrenta a un nuevo año preocupado, porque todos los consultados están de acuerdo en que la economía regional no despega. Además, la compra por internet va en aumento; el tiempo no ha acompañado (ha hecho malo en verano y bueno en otoño, lo que ha perjudicado mucho las ventas) y el público joven está volcado en los centros comerciales, «porque ofrecemos tranquilidad, diversión, buen aparcamiento y amplia oferta de ocio para niños y mayores», dice el responsable de uno de ellos.

Mientras esos centros van al alza, dicen quienes trabajan y venden en ellos, el pequeño comercio espera un año 2018 con cierres de establecimientos en cuanto acabe la campaña de Navidad, Reyes y rebajas. Santander y Torrelavega están siendo los núcleos mas perjudicados en cuanto a la crisis comercial, mientras que en las pequeñas localidades los clientes siguen siendo fieles a sus pequeñas tiendas para evitar que cierren y se vea perjudicada la vida social, explican desde Coercán. Y, además, está el incremento de franquicias y cadenas «que son las únicas que pueden pagar los importantes alquileres de los locales que se quedan vacíos», añaden en la CEOE. En definitiva, un panorama desolador que confirma la inmensa mayoría de los pequeños comerciantes a quienes se pide opinión.

Las organizaciones comerciales no tienen informes de cómo han bajado las ventas ni de cuántos locales cierran, solo aproximaciones. Coercán, destacada confederación comercial de Cantabria, hace tiempo que dejó de contarlos para no influir en el desánimo general. Pero aporta un dato: «Creemos que en octubre-noviembre la venta ha bajado entre un 15 y un 20% en relación al mismo periodo del año anterior».

Ni en la asociación de Comerciantes del Casco Viejo y Ensanche de Santander, ni en Fediscom-CEOE disponen de medios para elaborar estadísticas de porcentajes de ventas, así que sus datos proceden de la relación y el trato con sus asociados.

En este sentido, Miguel Rincón, presidente de Fediscom, aporta datos de cómo ha evolucionado el sector y las ventas en internet. «El comercio on-line sigue subiendo y en el año 2016 facturó un 23,3% más que en el ejercicio anterior. Es una forma de venta que va a más en España y también en Cantabria. En todo el país, la venta on-line fue de 22.000 millones de euros en 2016 y, lo que se vende por internet, está claro que no se vende en los comercios tradicionales. La venta on-line es la gran competidora del pequeño comercio». Otro dato, «se ha realizado una encuesta entre 20.000 comercios de España que venden on-line y el 90% de ellos cuenta que sus ventas crecen. Y crecerán más», dice Rincón «porque ya sabemos que España es el cuarto país de la Unión Europea, detrás del Reino Unido, Alemania y Francia en el ranking de ventas por internet. Esto es imparable». Es rotundo. «El año que acabamos ha sido durísimo para el pequeño comercio porque, además, el empleo que se genera en Cantabria no tiene capacidad económica suficiente para que remonten las ventas. La crisis sigue presente». Y, mientras el pequeño comercio se ahoga, «las grandes superficies compran terrenos para seguir expandiéndose».

Con todo, Rincón no es muy pesimista. «No creo que el año 2018 sea aún peor, más bien pienso que se estancarán las ventas. Hay algo más de consumo, pero el comprador se lanza a las franquicias. Se abren tiendas de pequeños comerciantes, pero duran poco y eso es terrible para quienes realizan una inversión», acaba.

Frente a la posición moderada de Rincón, está la muy negativa «basada en datos de nuestros socios», de Agustín Ordejón, secretario general de Comerciantes del Casco Viejo y Ensanche y presidente de la confederación Fepycán. «El año que acaba ha sido muy duro, con descensos importantes de ventas y numerosos cierres. Y habrá muchos más en las primeras semanas del año. Finalizada la campaña de rebajas, veremos el fin de la historia comercial de muchos pequeños empresarios. No me cabe la menor duda», dice.

Ordejón, que recorre cada día el centro de Santander, explica también que «la gente se ha lanzado al ocio como forma de evasión, a los pequeños viajes para huir del día a día y a los bares para disfrutar de su ocio y, en consecuencia, como la economía familiar sigue muy tocada, ha dejado de lado al comercio». Lanza un reto a las administraciones: «Debe ayudar al comercio establecido, y no solo al emprendedor que desea instalarse. Hay que ayudar a quienes tienen comercios y puestos de trabajo consolidados». Y añade que «las campañas de apoyo al comercio están sirviendo para poco, porque están mal planteadas y, al tiempo, se permiten mercadillos, como el de ahora en Navidad y el de Todos los Santos en los Jardines de Pereda que atentan contra el comercio establecido». Y, sobre los comercios cerrados, dice: «No hay más que darse un paseo por todas las calles comerciales y contar las tiendas cerradas. Animo a los santanderinos a que lo hagan. Se asustarán».

Dice Gonzalo Cayón, secretario general de Coercán, que «las ventas del comercio minorista está en unos mínimos bastante negativos». Y aporta otro dato para explicar por qué ha caído el comercio durante el año 2017. «Está subiendo la venta de pisos y, en consecuencia, suben los gastos en su montaje, con la compra de electrodomésticos y muebles. De manera que los ciudadanos se retraen en la compra de ropa, calzado o complementos, prefieren tecnología o teléfonos».

Para el año que está a punto de comenzar, la situación será similar. «No remontarán las ventas», acaba sentenciando.