Sol, playa y terrazas en un domingo «casi normal»

La 'nueva normalidad' recuerda bastante a la de toda la vida. Primer día del verano, buena temperatura y las playas y terrazas llenas de gente. Tanto autóctonos como visitantes de otros puntos del país. Los arenales cántabros dejaron este domingo una imagen muy similar a la de cualquier año por estas fechas. Eso sí, aunque fueron muchos los que se animaron a pasar el día a la orilla del mar, la mayoría de grupos respetaron los dos metros de distancia. Y fue la única medida de seguridad, ya que apenas se vieron mascarillas entre la gente que paseaba por la arena o descansaba en las toallas.

La movilidad entre comunidades autónomas comenzó en la madrugada del domingo y muchos ya estaban deseando poner rumbo hacia sus destinos preferidos de verano. Las playas de El Sardinero son algunos de los puntos más atractivos de la región y ayer estaban llenas de toallas, familias y olor a bronceador. Una estampa prácticamente idéntica a la del inicio de cada verano.

Los arenales santanderinos cuentan ahora con unas estacas en los accesos para delimitar las entradas y salidas y evitar que la gente que busca sitio se cruce con aquellos que ya están estirados sobre la arena. Por lo demás, la imagen no dista de la que se veía hace un año. Desde el puesto de salvamento de la Cruz Roja de la segunda de El Sardinero, uno de los socorristas observó ayer un aumento de gente respecto a las jornadas anteriores. «Mi labor sigue siendo la misma que todos los años, atender urgencias de la gente». El control de los aforos no comenzará hasta el uno de julio, según explican desde el Ayuntamiento.

Las playas albergaron autóctonos y visitantes. «Venimos todos los años, es uno de nuestros destinos obligatorios. Hoy venimos a pasar el día, pero en julio volveremos una o dos semanas», contó Javier Fernández, un vecino de Valladolid enamorado del Cantábrico. Temprano por la mañana partió rumbo a Santander junto a su familia. «Mañana trabajamos los dos, así que no podemos quedarnos más días, pero en cuanto estemos de vacaciones nos volvemos», añade su mujer, Marisa Martín.

Muchos de los visitantes que ayer eligieron Cantabria para pasar el día son de las provincias más cercanas, aunque en las próximas semanas se espera que lleguen turistas de toda la geografía española. «Decidimos venir ayer mismo. Vimos que daban sol y organizamos el plan, necesitábamos pasear y meter los pies en el agua. Ahora, a coger fuerzas con unas rabas. Parece un domingo casi normal», afirmó Sofía Gómez, vecina de Palencia que disfrutó de un aperitivo en una terraza cerca del Casino de Santander.

La imagen fue similar en la parte oriental de la región, donde los vascos disfrutan de Cantabria desde el viernes. «De primavera a finales de verano, venimos todos los fines de semana para aprovechar el buen tiempo, así que desde marzo estábamos con ganas de poder venir», apuntó Txema Maguregui, vecino de Bilbao con segunda residencia en Santoña. «Esperemos que todo vaya bien y ya recuperemos la normalidad al 100%».

Aunque el agua del mar todavía está fría, los más valientes se atrevieron a darse un baño. Y no hay que temer contagios en este medio porque «todas las tomas obtenidas en aguas de baño del litoral cántabro han sido muestreadas y han dado un resultado negativo en PCR», afirmó el consejero de Obras Públicas de la región, José Luis Gochicoa.

Más allá de la playa, cántabros y foráneos también se decantaron por otro tipo de actividades, como visitar las instalaciones turísticas de Cantur, desde el Parque de la Naturaleza de Cabárceno al Teleférico de Fuente Dé, pasando por otros destinos como las cuevas de El Soplao. A lo largo del día, 5.349 personas –534 de fuera de la región– visitaron Cabárceno. Fuente Dé fue la opción elegida por 511 visitantes –204 de otros puntos de España– y hasta El Soplao se acercaron otras 173 personas –32 eran turistas–.