Los psicólogos advierten: «Cuando esto pase habrá una explosión de patología mental»

Baltasar Rodero, que además de psicólogo con una clínica privada es un tipo de 43 años con hijos, se pone de ejemplo. «Me lo noto. Me muestro más irritable, más irascible y decaído. Y esos síntomas serán mayores cuanto más dure el confinamiento». Lo dice para explicar que lo que ocurre «nos afecta a todos». «Tendremos marcada una pequeña cicatriz de por vida». Dice eso y también que, en su campo, lo más preocupante es «lo que va a venir después».

«Cuando esto pase habrá una explosión de la patología mental enorme», coincide Vanesa Muñoz, del área de Psiquiatría en Padre Menni. Aflorará, por ejemplo, todo lo que ahora, contenido, ven y escuchan Beatriz Payá (psiquiatra) y Belén Bolado (psicóloga) en Valdecilla. Atienden en el equipo de apoyo emocional que ha organizado el hospital. «Una de las cosas que más me llamó la atención -cuenta Payá- es cómo los compañeros hacían referencia a las miradas de miedo de los pacientes o los relatos de los médicos que deben comunicar un fallecimiento por teléfono». Cicatrices. «Pedir ayuda es esencial. El sufrimiento es inevitable, pero pedir ayuda mitiga las consecuencias». Eso lo dice Beatriz González, psicóloga. Una de las que atiende el servicio que el Icass ha puesto a disposición de los trabajadores de residencias.

Cuesta resumir todo lo que cuentan. Payá coordina el equipo presencial que acude a las plantas Covid-19 de Valdecilla para dar apoyo a los profesionales. «Ayudar, pero no estorbar». Filosofía de trabajo. Habla de «flexibilidad» porque lo que han encontrado entre los compañeros (han hablado con más de 260) va variando. Al principio, «mucha incertidumbre, miedo a ser vectores de contagio o el estrés que suponía la búsqueda de soluciones sobre la marcha o la formación de nuevos equipos». Ahora, «signos de agotamiento, situaciones derivadas de las circunstancias en las que trabajan, problemas para dormir, para desconectar...». Ella destaca, en lo positivo, la «capacidad humana que han demostrado para adaptarse y la cohesión y el compañerismo».

De esas charlas, de esa identificación de situaciones, se derivan casos al equipo virtual que coordina Bolado (atienden por teléfono a profesionales, pacientes o sus familiares). Habla de «miedos concretos» en el personal. A volver a su hogar, al repasar constantemente lo que han hecho durante el día... «Algunos se han tenido que ir de casa porque no lo soportaban». Les ayudan a «desconectar», a «disminuir la exigencia sobre sí mismos, a no culpabilizarse...». «A veces, por ejemplo, les preguntan demasiadas cosas en casa y eso es un problema». En cuanto a los pacientes, destaca que se enfrentan a una «soledad y un miedo tremendos».

«Nos cuentan lo que les motiva. Uno hablaba de las vídeo llamadas, pero otro, por ejemplo, decía que le relajaban los vídeos de naturaleza y animales». La psicóloga hace hincapié en el grado de compromiso entre los mismos enfermos, «que buscan trucos que sirven de unos a otros, que se dan consejos...». «Que se preocupan mucho unos de otros». Quedan, entre sus llamadas, las de las familias. En busca de «calma, seguridad...». O de solución a problemas prácticos: «Pacientes a los que dan el alta y tienen en casa familiares con riesgo alto y tienen miedo, o trabajadores que viven aislados dentro de la misma casa, que es muy duro».

En Valdecilla hablan de «muchos problemas de sueño, ansiedad, soledad, miedo» y, sobre todo, «incertidumbre», la palabra en la que se centra Muñoz desde Padre Menni. «Y esa incertidumbre va de la mano de la angustia». A través del teléfono reciben estos días llamadas de pacientes de sus centros de rehabilitación psicosocial o de otros tratados por ellos hace tiempo por «empeoramiento de sus enfermedades, por mantener el vínculo con sus psicólogos o por la necesidad que tienen de salir...». También de los familiares de los usuarios del propio centro hospitalario, que se reparten entre «la ansiedad por no ver a sus seres queridos» y los miedos. «Por ejemplo, al diagnóstico de gente conocida que pueda estar cerca».

Miedo es otra palabra clave. «Los que tienen patologías previas y se ven en riesgo». O el de sanitarios que estaban en paro «y son llamados a trabajar en residencias». Ansiedad. Ejemplos de todo han tenido estos días de personas anónimas que llaman.

Precisamente en las residencias, González responde a testimonios que hablan de «agotamiento emocional, de sobrecarga». Acaban de arrancar con el servicio y sabe que encontrarán «sentimientos de vulnerabilidad física y emocional», los temores derivados de contagiarse o contagiar o el peso de «decisiones difíciles». «Porque todo eso desgasta», explica la experta.

Y todo irá saliendo. Ya sale, en una «ira o irritabilidad difícil de contener» estos días en pacientes habituales de Rodero. En el caso de los que tienen «perfiles más aprensivos o hipocondríacos» la tensión les genera, incluso, cuadros de fiebre. «Se incrementa su estado de preocupación». «Rumiación», lo llama. Andar rumiando el qué pasará conmigo, con los míos, con mi trabajo... «Hasta en los que tenían problemas de pareja previos. Todo se agrava si llueve sobre mojado».

Y es curioso como hay pacientes previos que están llevando «con entereza» el confinamiento. «Se describe como mentalidad de guerra». Están incluso mejor estos días, se «enmascara su patología» -desde Padre Menni apuntan que estas personas «se pelean con sus miedos y sus fantasmas y, a veces, ante algo que es real, lo manejan sorprendentemente bien»-. Está oculto, pero saldrá más adelante.

En general, fruto del Covid-19 será habitual también la «sintomatología del estrés postraumático» entre pacientes y sanitarios. «Al ver la muerte de cerca nos cuesta digerir que hemos estado a punto de desprendernos de nuestros seres queridos». O síndromes como «el del trabajador quemado». Porque saldrá mucho. «Ahora que se habla de picos y curvas, hay una curva que aún no ha empezado». Y advierte sobre el desempleo, que hace que el riesgo de depresión «sea de dos a siete veces mayor». Ya pasó en 2008. Aumentos de trastornos del estado de ánimo, alcoholismo... «Y más factor de riesgo para el suicidio». «Esa curva de la patología va a ser proporcional a aspectos como la bajada del PIB o el incremento del desempleo».