La reapertura insufla aire al comercio, que cierra la semana con «buenas» ventas
Las tiendas se muestran optimistas, mientras que el sector hostelero valora la primera semana de la fase uno como «simbólica, pero no rentable»
Hace una semana la sociedad esperaba expectante a que Fernando Simón, el director del Centro de Coordinación de Emergencias Sanitarias, dijera qué comunidades autónomas entraban en la fase uno de la 'desescalada' y cuáles continuaban en la cero. Todos estaban deseosos de saltar de una a otra porque -además de avanzar hacia la 'nueva normalidad'- eso suponía permitir las reuniones con hasta diez personas y la reapertura de comercios de menos de 400 metros, y terrazas de bares y restaurantes (con el aforo limitado a un 50%). Sin embargo, comerciantes y hosteleros no tenían clara la decisión y las dudas sobre si subir o no la persiana en Cantabria, que pasó de fase, se mantuvieron hasta el último momento.
Ahora, siete días después, es momento de hacer balance y ver cuántos finalmente han reabierto y si ha valido la pena. «No ha merecido para nada porque no hay negocio», resume Ángel Cuevas, presidente de la Asociación de Hostelería de Cantabria. Lo cierto es que, nada más conocer el plan de 'desescalada' del Gobierno central, el sector ya mostró su «disgusto» ante la falta de medidas económicas aparejadas que hacían «inviable» siquiera pensar en poner en marcha el negocio.
Y pocos han sido los valientes que finalmente han decidido volver a sacar las sillas a la terraza. Sin datos exactos, Cuevas calcula que «están funcionando entre 80 o 100 establecimientos y en Cantabria hay 5.500». Entre los consultados por El Diario, todos coinciden en que no ha sido rentable. Eso sí, muchos están contentos de haberlo hecho y sólo esperan que, tanto el tiempo (la lluvia no ha ayudado) como la situación, mejoren poco a poco. Por eso ha tenido un «valor simbólico», dice Cuevas. Se refiere a poder salir de casa, a empezar a preparar el local y mantenerlo limpio, pero «nadie ha abierto por razones económicas», concluye.
Comercio optimista
El comercio se muestra algo más optimista con el hecho de haber levantado la persiana, y la valoración es positiva. «Los que han abierto dicen que están moderadamente satisfechos», comenta Gonzalo Cayón, secretario general de la Federación del Comercio de la región. Cabe decir que las opiniones varían según el tipo de negocio. Si algunas tiendas han recibido más clientes de las que esperaban, otras apenas han tenido movimiento estos días. Por eso hacer una radiografía única de la situación es complicado.
No obstante, las primeras cifras de cuántos negocios han abierto son completamente diferentes a las que maneja la hostelería. «Calculamos que han reabierto entre el 85 o el 90% de los comercios que tenían permiso para hacerlo», cifra Cayón. Pese a las dificultades, a las medidas de seguridad y las restricciones que limitan el volumen de negocio, parece que «las ventas sí están respondiendo bastante bien». De nuevo, conscientes de que la situación cambia de un negocio a otro. La mayoría abren únicamente por la mañana porque por las tardes «hay menos ambiente de compra» y está todo parado.
Vicente Trueba, de YVT Moda, cuenta que ha recibido menos visitas de las que esperaba. Entiende que la situación no es fácil y que «irá muy despacito». Coincide Andrea Iglesias, de la tienda Blackspade, en Torrelavega: «A nivel de ventas está siendo lento, la gente todavía tiene algo de reparo a entrar». Para Lola Rodríguez, de perfumerías Villafranca, es normal que así sea porque, aunque hay «ganas» de volver a comprar, también «es momento de cautela y la gente es precavida con el gasto», dice. Eso lo cuentan los negocios que han podido abrir sus puertas, porque ya hay algunos que no han aguantado el batacazo económico de estos dos meses de confinamiento y no volverán a hacerlo.
Movilidad geográfica
Para las tiendas que «ya han llegado tocadas a esta situación», la crisis sanitaria y el cierre obligado ha sido la puntilla. No obstante, no hay cifras concretas de cuántos se han visto afectados. «No tendremos porcentajes fijos hasta que no veamos cómo avanzan estos dos primeros meses». Ahí se podrá ver en qué condiciones queda el sector y «cómo le afecta», continúa Cayón. Y, sobre todo, «hasta que no sepamos cómo estará el turismo».
Y es que los negocios más afectados son los directamente relacionados con el sector turístico. Como las agencias de viajes, que «están pendientes de la evolución del tráfico aéreo y de que haya un producto que vender». Sin esos elementos, algunos negocios no se plantean abrir e incluso tendrían que cerrar. Y en esta línea, aunque intentar adivinar qué va a ocurrir es «imposible», señala el presidente de la Hostelería, sí hay un punto que ayudaría al sector a animarse a subir la persiana: la movilidad geográfica. «Hasta que no se flexibilice y, además, permitan el aforo en el interior de los bares, no habrá negocio», vaticina Cuevas.
Según el plan de 'desescalada', para tener algo claro sobre esos puntos todavía tendrán que esperar «a junio y julio», recuerda. Y, aún así, incluso entonces, «habrá dificultades para conseguir rentabilidad». En esta línea, el sector ha solicitado que antes de esas fechas permitan el movimiento entre «comunidades autónomas vecinas y que tengan un mapa sanitario similar. Por ejemplo con Asturias». De modo que empiece a moverse el turismo.
Sin nada claro, tanto comercio como hostelería están a expensas de los próximos meses y pendientes de que «junio y julio empiecen a funcionar económicamente», señala Cayón. Y de cómo avanzan las circunstancias y «el día a día del consumidor», resume. Cuevas es prudente e insiste en que todavía es «pronto para pensar en el verano». Además reconoce que las reservas en los hoteles y establecimientos con camas no están entrando o lo hacen a goteo y que están «un poco preocupados». La llegada de turistas repercutirá directamente en las terrazas.
Ana Cagigas, Textura
«La gente ha esperado a que abriera en vez de comprar por internet»
«Estoy contenta, la gente está respondiendo bien», así valora Ana Cagigas, de la tienda Textura, en Santander, la primera semana de reapertura. Dice que los dos primeros días «fueron fantásticos», dentro de la situación. Luego «empezó a estabilizarse». Ella, sobre todo, agradece que los clientes «no han estado comprando 'online' y han esperado a que yo abriera», cuenta. Por eso cree que reabrir ha sido positivo: «La gente tiene ganas de salir y de comprar».
Julio Escalante, Flores Valdecilla
«Estamos contentos, ha ido mejor de lo que nos esperábamos»
Julio Escalante, de Flores Valdecilla, dice que reabrir «ha merecido la pena» porque la semana «ha ido mejor de lo que esperábamos». No ha habido ningún día con más afluencia que otro, ha sido «estable». Lo importante s que «hemos tenido movimiento y la gente ha respondido bien». Sobre todo con pedidos de ramos y plantas para regalar. Ellos teletrabajaban, pero los clientes eran «reacios a no verlo y en cuanto hemos abierto se han animado», explica.
Ángel Benito, Calzados Benito
«El lunes fue fantástico y ya el martes bajaron las ventas en picado»
«El lunes, fantástico», cuenta Ángel Benito, de Calzados Benito. Algo que «fue una sorpresa a nivel de ventas», reconoce. Parece que la gente «bajó entusiasmada» y eso les mantiene «optimistas» a la par que «realistas» porque el martes y el miércoles «ya bajó en picado», cuenta. Sobre todo por las tardes, que está «muy parado». Benito espera que la situación «mejore» poco a poco y que «no se estanque», menos ahora que vienen meses clave para el calzado.
Ricardo Ezcurdia, Joyería Muñiz
«Éramos negativos y al final ha venido gente. Estamos contentos»
Ricardo Ezcurdia, de la joyería Muñiz, era «negativo» sobre la reapertura y reconoce que «ha venido gente». No esperaban una «gran afluencia», por eso están «contentos» con la respuesta. Quienes se han acercado han sido, sobre todo, personas que se han quedado sin pila en el reloj estos meses o que han ido «recoger encargos». Al igual que otros comercios, Ezcurdia cuenta que por las tardes «apenas se ve gente» y que el lunes fue el día «más fuerte».
Paloma Marcos, Maremondo
«Aunque el tiempo no ha ayudado, el cliente ha respondido bien»
El Maremondo abrió el martes y Paloma Marcos, directora general, reconoce que «ha habido mas gente de la que esperábamos». Han recibido una buena respuesta a pesar de que «el tiempo no ha ayudado». Por eso, dice, «estoy contenta» y la valoración es positiva. Las tardes han sido cuando las terrazas más «se han llenado». Y, en su caso, el miércoles y el jueves fueron mejor que el primer día. Además, destaca que la gente «se ha adaptado a las medidas».
Daniel Duarte, restaurante Parrilla Ginés
«Las mesas se llenan, pero eso no quiere decir que sea rentable
«A nivel económico no es rentable», admite Daniel Duarte, del restaurante Parrilla Ginés. Y menos aún con la lluvia de la semana. A pesar de eso él reabrió porque es autónomo «y trabajando yo solo me lo puedo permitir», explica. De momento le ayuda otro compañero. El día fuerte fue el lunes y coincide en que la gente «ha respondido bien» y las mesas han estado «prácticamente todo el día llenas». Lo cual no significa que sea «rentable», insiste.
Jesús Gómez, restaurante Mirador de Suso
«El trabajo es a goteo y no hay por donde sacar para los gastos»
«¿Merecer la pena? Económicamente, no», dice Jesús Gómez, del Mirador de Suso. Si se animaron a abrir es porque «das un servicio que el cliente demanda y nos debemos a ellos». Pero el trabajo ha llegado a cuentagotas a lo largo de la semana y «lleno al 100% no hemos estado». Además, el tiempo tampoco ha ayudado. En resumen, «no hay de donde sacar para los gastos». El lunes «explotó, la gente estaba deseando salir; el resto mas tranquilos», añade.
Mercedes Camus, terraza El Faro
«Hemos trabajado con mucho orden y bien, el balance es bueno»
En El Faro cuentan con la terraza grande que estos días «ha funcionado bien», dice Mercedes Camus. Aunque son conscientes de que «no es lo que era», están contentos por el reconocimiento que han recibido de la gente, que «nos ha felicitado», sobre todo, por el estricto cumplimiento de las medidas de seguridad. Así que «ha merecido la pena» a pesar de que el balance económico no sea tan positivo. «Hemos trabajado bien y con orden», resume.