La Semana Santa apunta alto
Turismo ·
Los diferentes alojamientos turísticos encaran los días festivos con buenas expectativas y prevén una alta ocupación que se acerque, o incluso supere, las cifras registradas en 2019 aunque son prudentes porque dependen «mucho» del tiempoCristina Pérez - Hotel Sardinero
«La previsión es buena, pero el tiempo lo deja todo en el aire»
Como han sido varias las ocasiones en las que el covid ha lastrado las esperanzas depositadas en un periodo vacacional, en el sector hotelero «todavía ... hay esa incertidumbre», admite Cristina Pérez, directora del Gran Hotel Sardinero, en Santander. Pero eso no impide reconocer que durante el mes de abril «se prevé una mejoría». Aunque esa sea la sensación, lo cierto es que «no hemos llegado todavía a niveles de prepandemia», añade. Sobre todo se refiere a las reservas que llegan procedentes de temas empresariales, organización de congresos o celebración de grandes banquetes. Y eso, se nota. No obstante, de cara a la Semana Santa, «la previsión es buena. En cuanto a porcentaje de ocupación puede ser parecida a otros años prepandemia». Pero hay que tener en cuenta varios puntos. Por un lado que ahora las condiciones de las reservas «son más flexibles». Eso significa que la cancelación se puede hacer «hasta 24 horas antes», explica Pérez y eso puede variar las cifras que manejan a estas alturas del mes. «En la víspera lo pueden anular. En principio va bien, pero no está garantizado». Por otro lado, antes de comparar unos números con otros, también es importante aclarar que han cambiado las tarifas. «Este año son un 20% más bajas» por lo que no alcanzan el nivel de 2019. Quizá lleguen al mismo número de habitaciones, pero más baratas, así que «todavía nos queda para recuperarnos».
«La ocupación puede ser similar a otros años, pero ahora las tarifas son un 20% más bajas»
Recuperación
Las reservas empezaron a llegar en cuanto las noticias hablaban ya de la remisión de la sexta ola. «Ahí la gente se lanzó». Y poco a poco ha ido sonando más el teléfono. No obstante, también hay otro punto que es importante no olvidar: el tiempo. Un factor que «aquí influye mucho», cuenta la directora del hotel. Si todo sigue igual, la previsión es buena, pero el cielo deja «todo en el aire». Aunque eso no es novedad, ocurre cada año.
En cuanto a los números, en el Hotel Sardinero, la semana completa (del 11 al 16 de abril) la ocupación está ya en un 80% de media. Sin embargo en el Hoyuela, en las mismas fechas, cae hasta el 52% (con la semana completa). En los días fuertes, que son Jueves y Viernes Santo, «ahí sí está también en un 80%», comenta Pérez. A partir del sábado se nota ya que la gente empieza a marcharse y ya el domingo «se cae mucho». Para entonces solo quedarán en la región los visitantes que procedan de comunidades autónomas en las que el lunes también sea festivo porque en general «es cliente nacional».
Laura Santamaría - Agencia de viajes Nautalia
«Vamos recuperando ventas de prepandemia, pero aún falta»
Igual que muchos turistas nacionales han elegido Cantabria como destino para sus vacaciones de Semana Santa, los cántabros también aprovecharán los días festivos para desplazarse. ¿A dónde irán? Hay reservadas, sobre todo, escapadas«cortas de dos o tres días a las zonas de Alicante y Levante», explica Laura Santamaría de la agencia Nautalia Viajes, ubicada en la calle Cádiz de Santander. Y quienes tienen la oportunidad de aprovechar la semana de vacaciones escolares, de sábado a sábado, se están decantando más por destinos como las Islas Canarias. Siempre en busca de sol y buen tiempo. Esa suele ser la principal demanda. Otro tipo de viaje que suele tener especial éxito en estas fechas son las visitas a parques de atracciones como la Warner, en Madrid, oPort Aventura, en Vilaseca (Tarragona). Es decir, son más populares esos sitios «a los que te puedes desplazar fácil y que no supongan hacer un viaje en coche de nueve horas», resume Santamaría.
Las reservas cerradas hasta ahora generan también buenas sensaciones en el sector: «Estamos recuperando ventas de antes de la pandemia, ya del 2019», reconoce la responsable de Nautalia Viajes en la capital cántabra. Aunque todavía «no estamos al nivel ni al volumen» de los números que se registraban antes de la llegada del covid. Desde el punto de vista económico no se puede hablar de igualar números. «Hay muchos viajes, pero de menos tiempo». Ocurre que en esta Semana Santa van ganando las estancias más cortas mientras que antes «había más viajes semanales». No obstante, aunque sean solo unos días, sí hay demanda y eso es clave. «Poco a poco vamos recuperando», dice. Porque la gente está animada y con ganas de moverse. Aunque este año la Semana Santa sean solo cuatro días, quien puede los aprovechará. Lo cierto es que «otros años era más larga. Además tampoco es una fecha que aquí se venda mucho», aclara Santamaría. En comunidades vecinas como el País Vasco suele haber más salidas.
«Hay reservadas, sobre todo, cosas cortas de dos o tres días y más demanda de destinos con sol»
¿Y cuál es el perfil de la gente que se marcha de escapada? Sobre todo viajes «con la familia completa». Es decir, grupos de ocho o nueve personas que incluyen a los abuelos o los tíos. Cuando antes eran «más independientes». También han reservado grupos de amigos. Quizá porque la gente «ha echado de menos viajar junta y quieren recuperar esa parte de socializar», valora Santamaría. En resumen: ganan los destinos cercanos y con buen tiempo.
Silvia Entrena - Hotel El Camino Real de Selores
«Las reservas nos empezaron a llegar pronto y pinta muy bien»
Ya en 2020, en cuanto quedaron atrás los meses de confinamiento por la pandemia, un alto porcentaje de gente apostó por el turismo rural como alternativa para las vacaciones. Había ganas de salir, de estar al aire libre y «Cantabria se vio beneficiada», reconoce Silvia Entrena, responsable del Hotel El CaminoReal de Selores (Cabuérniga). Lo sabe porque en su alojamiento turístico se notó. Y parece que el ánimo de moverse se mantiene. Por eso este año la sensación de cara a los festivos de Semana Santa es buena: «Pinta muy bien», añade. No obstante, por mucho que ahora la ocupación esté ya en un 80% y los números dibujen un panorama positivo, «dependemos mucho del tiempo, demasiado», admite Entrena. Sobre todo en fechas como la primavera cuando la mayoría de las familias –aprovechando el parón escolar– se desplazan con los más pequeños de la casa. Así que hasta unos días antes de las vacaciones, ninguna cifra puede darse por sentada.
«Tras la pandemia había ganas de salir y eso benefició a Cantabria, ahora el ánimo sigue igual»
Muchas veces ocurre que la previsión de cómo amanecerá el cielo esas jornadas termina teniendo más impacto que el tiempo de esos días: «El problema es que dan lluvia, luego hace sol y solo cae agua por la noche», explica. Pero a esas alturas ya queda poco por hacer. Es más, la propietaria del hotel tiene claro que se colarán anulaciones entre las llamadas para reservar alguna de las habitaciones que todavía quedan libres. Así que ha decidido que, si se llena el establecimiento, «haré una lista de espera porque estoy convencida de que habrá cancelaciones». Sobre todo porque han cambiado las condiciones y ahora es posible echarse atrás con cuatro días de antelación lo que complica más todavía hablar de datos. Y, en caso de positivo por covid o contacto estrecho, «no habrá ningún cargo». Las llamadas con dudas al respecto siguen llegando.
Por otro lado, de esta Semana Santa también destaca que el goteo de reservas «empezó pronto». En concreto hace un mes. Esta vez parece que mucha gente ha preferido asegurarse la escapada con tiempo. En todo caso, todavía hay margen para elegir destino. ¿Y cuántos días se quedarán de media en la región? «La reserva mínima es de 3 noches aunque hay gente que va a estar 4 o 5 días». Algunos clientes entrarán el Jueves Santo y volverán a casa ya el lunes. Eso depende siempre de cómo estén repartidos los festivos en otras comunidades autónomas. «Pero por norma general estarán jueves, viernes y sábado», aclara la directora del hotel.
Pablo Alonso - Camping Playa de Oyambre
«Viene animada, yo creo que igualaremos las cifras de 2019»
Viene una Semana Santa bastante animada», resume Pablo Alonso, director de los campings Playa de Oyambre y El Helgero, en Ruiloba. Esas son sus sensaciones a pesar de que las reservas «se han parado en las últimas semanas» debido a la subida de los costes energéticos, valora. Pero percibe que la gente «tiene ganas» de moverse y de olvidarse del covid. Así que si el año pasado solo abrió una de las instalaciones, este 2022 estarán disponibles ambas porque las expectativas están altas. Es más: «Creo que mejoraremos los números que tuvimos en 2019», reconoce Alonso. Esta primavera hay un punto «clave» y es que «están volviendo los turistas extranjeros». Unas visitas que permiten al camping tener un número determinado de clientes todas las noches. Insiste en que así todo hace prever que «vamos a igualar el 2019, creo que estamos en esos niveles».
El confinamiento, las restricciones a la movilidad y los cierres perimetrales tuvieron un importante impacto en el sector. Pasado ese capítulo, «en el camping hemos rebotado muy rápido», reconoce Alonso. En su opinión es un tipo de alojamiento que ofrece, precisamente, el «modelo de turismo» que buscaba la población: al aire libre, familiar, con independencia... «Tenemos esa ventaja que nos hizo más populares».
¿Cómo se comportan las reservas? Es un goteo que había cogido buen ritmo e iba «bastante fuerte». Empezaron a llegar a principios de mes. Sin embargo han notado un «descenso» en las últimas semanas. Algo que lo achaca a las circunstancias y la subida de precios y costes. «Veremos si se confirma o no la tendencia». Aunque los números son, por ahora, previsiones porque el cliente nacional «es más de última hora», explica Alonso. Y eso dificulta hablar de cifras tan pronto. No obstante, conforme avanza la temporada sube el número de llamadas. En el caso de los bungalows: «Están prácticamente llenos». Cuentan con 60 en Oyambre y otros 30 en Ruiloba. Es un alojamiento que «se reserva con más tiempo».
«Están volviendo los turistas extranjeros y eso es un punto clave para tener clientes todas las noches»
En el caso de las parcelas el porcentaje de ocupación es más bajo porque «dependes más del tiempo» y en general la gente suele moverse a última hora e incluso sin reserva porque «saben que habrá sitio», comenta Alonso. ¿Y puede la subida de la gasolina afectar a las visitas? «Quizá no tanto a la llegada al camping como al comportamiento del cliente una vez aquí. Puede que opte por pasar más tiempo en la instalación».
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