«La sociedad está más preocupada por el empleo y el futuro de sus hijos que por el ruido político»
«El país aprovechará los fondos europeos para que no haya un repunte pasajero tras estos meses de pandemia, sino una recuperación intensa y sostenida en el tiempo»
Como vicepresidenta segunda, ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital y coordinadora de todos departamentos económicos del Gobierno, Nadia Calviño (La Coruña, 1968) ostenta ... una de las más elevadas responsabilidades del Estado en cualquier legislatura, pero mucho más en la actual. Pedro Sánchez no sólo le ha encomendado la tarea de pilotar una recuperación económica que da por supuesta tras los duros meses de la pandemia, también será la encargada de controlar el principal instrumento que tiene el país para volver a la senda del crecimiento: los fondos europeos. En su visita del lunes a Cantabria -se reunió con Revilla, agentes sociales e inauguró los cursos de verano de la UIMP- insistió en que el plan está listo para sacar el máximo rendimiento al dinero de Bruselas y llevar a la práctica los objetivos que sobre el papel ya han recibido el beneplácito de la Comisión Europea.
-España ha conseguido la máxima puntuación de Europa en su Plan de Recuperación. ¿Seremos tan eficaces a la hora de pasar del papel al terreno?
-El hecho de que la Comisión Europea haya valorado tan positivamente nuestro plan y haya sido el primero aprobado, junto al de Portugal, es un paso muy importante para poder conseguir que se haga realidad este programa tan ambicioso de inversiones y reformas para los próximos años. Tras su aprobación en el Consejo Ecofin de julio, comenzarán a fluir los recursos comunitarios para aplicar un programa que ya hemos comenzado a poner en marcha. Sin lugar a dudas se trata de una oportunidad extraordinaria y también de un gran reto pero, afortunadamente, no partimos de cero.
-¿Es un problema para Europa que la oposición no apoye este programa? ¿La culpa es del Gobierno que no ha hecho suficiente para atraer a otras fuerzas o de la oposición, que se ha negado a colaborar?
-Más que detenernos en el pasado, debemos mirar al futuro. Espero que el PP se suba al tren del futuro de España. Tras estos meses tan duros de pandemia, tenemos que conseguir que no solo tengamos un rebote pasajero, sino una recuperación económica intensa y sostenida en el tiempo. Eso exige abordar un programa ambicioso de inversiones y reformas desde el punto de vista cualitativo, cuantitativo y temporal. Para eso tenemos que remar todos en la misma dirección. No pierdo la esperanza de que podamos contar con el apoyo político necesario para llevarlo a buen término.
-El Gobierno central tiene casi todo el control sobre el dinero y no se hará un reparto por autonomías en función de su peso. ¿Teme que se creen roces entre los territorios? ¿Es posible que los que negocien mejor en Madrid salgan más beneficiados?
-El planteamiento de este Plan de Recuperación es muy distinto a los Fondos Estructurales, que tienen un carácter regional. Es un plan de país que, en el caso español, se estructura sobre la base de cuatro grandes ejes de transformación: el eje verde, la digitalización, la cohesión social y territorial y la igualdad de género, porque queremos asegurarnos de que tiene impacto macroeconómico, que sirve para aumentar la productividad y el crecimiento futuro del conjunto del territorio. Sin dejar a nadie atrás. Además, España va a seguir siendo una de las principales beneficiarias de los Fondos Estructurales para el periodo 2021-2027, que se gestionarán principalmente por las Comunidades Autónomas.
-Cantabria da por hecho que habrá dinero para sus dos proyectos estrella, La Pasiega y el Museo de Prehistoria y Arqueología. ¿Va bien encaminado?
-Algunas comunidades, como Cantabria, han presentado distintos proyectos que están alineados con esas prioridades nacionales. Todos los proyectos tienen que ir en una dirección que permita un impacto estructural a medio y largo plazo. Ahora, los ministerios están analizando esos proyectos, en este caso Transportes y Cultura, para ver si encajan.
-Hasta ahora la valoración que han hecho tanto los ministerios como el propio Pedro Sánchez en su visita a Comillas es buena. Para el presidente Revilla son irrenunciables.
-La relación con el presidente de Cantabria es muy buena, los proyectos van en la buena dirección y ahora se trata de ver cómo los podemos articular de la forma más eficaz posible, aunando los esfuerzos de las distintas administraciones y también fomentando la colaboración público-privada. Cantabria tiene un tejido económico diversificado, ha logrado aumentar su prosperidad en las últimas décadas y tenemos que seguir impulsándola como uno de los motores de transformación de España de cara al futuro.
-Ahora que parece que habrá cambios al respecto, ¿ve conveniente crear un ministerio o un departamento propio para la gestión de estos fondos?
-Ya existe, como una Secretaría General en el Ministerio de Hacienda para el control y seguimiento de los recursos y la eficiencia en el despliegue de las inversiones.
-El Plan exige una serie de reformas estructurales. Habrá una reforma laboral, una reforma fiscal y una reforma de las pensiones. ¿Qué plazos maneja?
-Tenemos todo el interés de que la reforma laboral salga cuanto antes. Nos hemos marcado el final de año como la fecha en la que esté encauzada. Sobre la base de diálogo social, tenemos que ser capaces de crear un modelo más justo, capaz de crear empleo de calidad y superar la precariedad y la temporalidad que arrastramos desde hace décadas. Y aprovechar el impulso de este ciclo económico que ahora se abre sobre todo para mejorar las perspectivas laborales de los jóvenes.
-Estamos acostumbrados a que los deberes que pone Europa apuntan hacia los recortes y casi nunca van en una dirección progresista o socialdemócrata, que es el signo de Gobierno de España.
-La respuesta a esta crisis está siendo muy distinta a la que se dio a la anterior crisis financiera. Y lo cierto es que España ha jugado un papel muy importante en el diseño de esta respuesta tan diferente. Desde los instrumentos que se pusieron en marcha en la primavera pasada para apoyar mecanismos como los ERTE y proteger el empleo, las rentas de las familias y el tejido productivo, hasta el propio Plan de Recuperación, que no tiene precedentes. Existe un alineamiento total entre las prioridades del Gobierno de España y la agenda europea, e incluso la internacional.
-Por ir a lo concreto. ¿Habrá que tocar la edad de jubilación? ¿Recuperar el impuesto de patrimonio o subir el IRPF?
-En el tema de las pensiones, al igual que en lo laboral, el punto de partida es el diálogo social. En cuanto a la reforma fiscal, hay constituido un grupo de expertos que dará su análisis en febrero del año que viene. Veremos el resultado, pero se trata de reformas importantes, justamente pensando en los jóvenes, que son los que tendrán que asumir la deuda que hemos tenido que emitir para responder a la pandemia y también el de las pensiones cuando se jubilen los ciudadanos de la generación del baby boom. Por eso tenemos que asegurarnos de reforzar el estado de bienestar, reforzar la sostenibilidad de las pensiones y tener también un sistema fiscal más justo. Se trata de un tema de justicia intergeneracional.
-Los impuestos verdes afectan sobre todo a las rentas más bajas. Eso sí que parece que irá a más en cualquier reforma.
-Hay que crear incentivos para avanzar en la dirección de la Transición Ecológica pero, por supuesto, minimizando el impacto sobre el bolsillo de los ciudadanos, sobre todo las clases medias y bajas. Nuestro objetivo está claro: mejorar la progresividad y la justicia fiscal.
-Decía la semana pasada la presidenta de Banco Santander que la recuperación española irá «como un tiro» en España. ¿Por qué se está reactivando la economía de forma más ágil que en los países del entorno? Finalmente parece que sí tendremos esa recuperación en forma de 'V'.
-Desde el principio yo anticipé que íbamos a tener una recuperación de forma 'V' asimétrica, en el sentido de que la caída se produjo en un trimestre y la recuperación está llevándonos unos cuantos trimestres. Nuestra previsión es recuperar el nivel de crecimiento previo a la pandemia en 2022 y la senda de crecimiento en la que estábamos en 2023. Esto supone una recuperación muy rápida en comparación con otros países y, sobre todo, con la anterior crisis financiera, de la que tardamos más de 12 años en recuperarnos. Y en algunos sentidos no nos habíamos recuperado previamente cuando llegó la pandemia. La economía española suele dar muestras de una gran flexibilidad y dinamismo y además tenemos una sociedad con mucho talento y ganas de salir adelante.
-¿Qué argumentos tiene el Gobierno para defender la decisión del indulto?
-La estabilidad financiera, política y social es un valor económico. Es un activo fundamental para poder tener un crecimiento sano y mantener la senda de recuperación que todos queremos para nuestro país. Además, creo que no es productivo mirar hacia atrás, quedarse anclado en los conflictos del pasado que nos llevaron a vías sin salida y a un choque de trenes. Hay que tratar de construir un futuro mejor de convivencia basado en la concordia, en el reencuentro, en el diálogo. En todos esos valores que además han salido reforzados como consecuencia de estos meses de pandemia.
-Una parte del votante socialista no lo entiende. Incluso votaron al PSOE con la promesa de que no habría indultos. ¿Por qué ha cambiado el discurso?
-Creo que es importante explicar que no se está pensando en el interés de las personas afectadas directamente, sino en el conjunto de la sociedad catalana y española. Una vez que dejamos atrás esta terrible pandemia, tenemos que reflexionar sobre qué país queremos construir. Hace un rato en Santander un empresario me hablaba de 'renacimiento económico y político'. Si queremos abrir esa fase de renacimiento, tenemos que decidir cuáles son los valores sobre los que queremos construir este futuro mejor. Y yo apuesto por construirlo sobre la base del acuerdo, del diálogo, del respeto mutuo, del reencuentro y la concordia, y no mirando al pasado con rencor.
-¿Le sorprendió el apoyo de los sectores empresariales, normalmente alineados con las posturas más conservadoras?
-No me sorprende que el mundo empresarial apoye cualquier medida que pueda contribuir a la estabilidad social y política. Se trata de activos económicos importantes y tenemos que construir entre todos una base sólida sobre la que levantar la recuperación.
-¿Observa que se está produciendo un giro gradual de la opinión pública respecto a este asunto?
-Yo creo que la mayor parte de la sociedad española está preocupada por el empleo, por el futuro de sus hijos y mucho más por su día a día que por debates políticos que a veces se magnifican y que generan mucho ruido. La inmensa mayoría de la sociedad mira al futuro con optimismo, es positiva y desea reforzar la convivencia sobre la base de los lazos que nos unen y no permanecer atrapados en conflictos del pasado que no son positivos.
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