El teléfono 900 que atiende las llamadas covid se queda con menos de la mitad de la plantilla
«A media mañana solíamos recuperar las llamadas perdidas para no dejar a nadie sin atender, pero hoy es imposible, quedarán sin contestar», relata una de las siete trabajadoras que atiende en la línea
El teléfono 900 612 112, habilitado para atender las llamadas relacionadas con el covid-19 en Cantabria, se quedó ayer con menos de ... la mitad de la plantilla tras expirar los contratos de 15 personas. Es decir, quedaron siete, dos de ellos con reducción de jornada, para responder a las casi 400 llamadas que recibe diaramente la línea. «Estamos agobiadas, no damos abasto, pero intentamos tomarlo con calma para poder atender lo mejor posible a quienes nos necesitan. A media mañana solíamos recuperar las llamadas perdidas para no dejar a nadie sin atender, pero hoy es imposible, quedarán sin contestar», contaba ayer una de las enfermeras que trabaja en el servicio.
El equipo que la semana pasada daba respuesta a dudas, urgencias y problemas derivados del coronavirus estaba formado por 22 personas, entre sanitarios, fisioterapeutas y administrativos que fueron contratados a través de la bolsa de empleo del Servicio Cántabro de Salud (SCS) y que tuvieron que pasar por unas semanas de formación hasta que acabaron por controlar los sistemas, los protocolos y los tiempos de respuesta. Sin embargo, su contrato tenía una fecha de finalización: el 15 de noviembre. «Con la situación actual y el elevado número de contagios diarios, sinceramente no sé qué servicio se va a dar. Ayer (por el domingo) se nos acabó el contrato, y si cogen a gente nueva no conocen el funcionamiento, ni saben cómo proceder, como nosotros cuando entramos el primer día. La formación lleva un tiempo, pero los que llaman nos necesitan a todas horas, no pueden esperar», cuenta a este periódico Gala Holguin, auxiliar administrativo que ha estado desde agosto trabajando en la línea 900.
El horario del servicio es de 9.00 a 21.00 horas y la plantilla trabaja con turnos de 12 horas. «Cuando nos informaron de las condiciones del puesto no me importó, yo quería trabajar, no hay mejor forma de ayudar que estar en contacto con los pacientes. No tienen a quién recurrir. Llaman señoras mayores que viven solas para decirnos que la persona que las cuidaba ha dado positivo y que están sin comer. No solo es ir quitando positivos del medio, los que hemos trabajo en el servicio nos hemos implicado al máximo, es un trabajo muy humano», apunta Holguin.
'Está usted llamando al equipo de vigilancia epidemiológica, por razones de seguridad su conversación va a ser grabada'. Este periódico llamó ayer, a diferentes horas del día, a la línea de atención al covid y en todas, tras cinco minutos de espera, contestaron al teléfono. El hecho de no poder atender esas llamadas con la celeridad que corresponde implica sobrecargar a otros servicios, como el 061 que ya de por sí amplió su plantilla para poder atender las demandas provocadas por el coronavirus
A lo largo del día de ayer, algunos de los trabajadores que estuvieron en el teléfono de atención al covid recibieron la llamada del SCS para su incorporación este martes a la línea.
«El problema es que con lo revuelta que está la cosa contratarán a gente sin formar para cubrir esas plazas vacías. Y para rodar solo, sin estar preguntando a compañeros, hacen falta por lo menos dos semanas de formación», lamenta Sonia Quintana, otra de las trabajadoras cuyo contrató acabó el pasado domingo.
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