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Fernando Rodríguez Insausti y Milagros Rozadilla durante la ofrenda floral.

Santoña recuerda el fin de la ocupación francesa con un monolito en El Pasaje

Ayer se conmemoró el bicentenario de la capitulación de la Plaza Fuerte de Santoña con un acto cívico-militar y un concierto

ANA COBO

Jueves, 29 de mayo 2014, 08:14

Tal día como ayer, un 28 de mayo, pero de hace 200 años las tropas napoleónicas abandonaron la Plaza Fuerte de Santoña, conocida como el Gibraltar del Norte, que la guarnecían desde 1810. Entonces, el general gobernador conde de Lameth entregó la villa y sus imponentes fortificaciones a las autoridades españolas, pues se negó a cedérsela a los enviados británicos. Fue la rendición del ejército francés y el fin a su ocupación.

El Ayuntamiento de Santoña conmemoró ayer este capítulo transcendental en la historia del municipio con un acto cívico-militar en el que se dieron cita autoridades locales, presididas por la alcaldesa de Santoña, Milagros Rozadilla, y militares, encabezados por el coronel de Infantería y director de la Residencia Militar de Estudiantes 'Virgen del Puerto', Fernando Rodríguez Insausti.

Para recordar este bicentenario se descubrió en el paseo marítimo de El Pasaje, a la altura de la campa del Glacis, un monolito de piedra con una placa y tres mástiles que albergan las tres banderas de los países que participaron en la Guerra de la Independencia: España, Francia y Gran Bretaña. En la leyenda de la placa se puede leer que «El 28 de mayo de 1814 el General Charles Lameth, Gobernador de Santoña, cumpliendo el acuerdo de capitulación firmado por los Gobiernos de España, Francia y Gran Bretaña, entregó las fortificaciones de Santoña a las autoridades españolas. Tras seis años de dominio, la guarnición imperial abandonó el Gibraltar del Norte, la plaza preferida por Napoleón en el Cantábrico, con honores militares, a tambor batiente y con sus banderas desplegadas».

La alcaldesa destacó que la ubicación estratégica de Santoña, junto con «su abrigado puerto capaz de albergar barcos de guerra, sus buenas comunicaciones con el interior de Cantabria y su cercanía por mar a los principales puertos franceses del atlántica, hicieron de la villa el Gibraltar del Norte. «Santoña se convirtió en un mito, la plaza jamás conquistada y la última en ser abandonada. Solo Hostalrich (3 julio) y Figueras (4 de julio) se entregaron más tarde, resaltó Rozadilla.

Por su parte, Rodríguez Insausti destacó que se cree «el recuerdo de los acontecimientos bélicos es responsabilidad sólo del ejército cuando en realidad afecta a todos los ciudadanos y es historia común». Por ello, agradeció al Ayuntamiento de Santoña que no haya dejado pasar este fecha y haya colocado un monolito en recuerdo. Tras los discurso se procedió a realizar un homenaje a los caídos en la contienda de todas las nacionalidades y la alcaldesa y el coronel depositaron una corona de flores a los pies del monumento. El acto concluyó en el Liceo donde la Banda de Música del Mando de Fuerzas pesadas ofreció un concierto.

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