Abre las puertas El Taller, una sala de teatro crítico que busca la reflexión
Ramón Quintana y Juanjo Paredes están al frente del proyecto que se inaugura este fin de semana en Santander con 'El Marqués de Valdecilla', de la compañía El Callejón
El sol de la mañana santanderina se cuela entre las ramas de un limonero. A sus pies, en una mesa de madera, rodeada de ... un jardín a priori impensable para el centro de la ciudad, se sientan Ramón Quintana y Juanjo Paredes. «Aquí solo nos ven Google y los drones», bromean. Hacen un alto en el trabajo en el que han estado enfrascados en el último año y medio, «con aguna lumbalgia» por medio, y que, por fin, esta tarde, compartirán con el público: El Taller. Una nueva y singular sala, en la calle Justicia de Santander, en la que volcarán su meta: hacer que el espectador salga de la obra con la semilla de la reflexión en la cabeza. El espacio es el antiguo local de la carpintería Quintana. Tras las puertas de color granate, techos altos, vidrieras de color, paredes forradas de libros, recortes de prensa y algunas herramientas de entonces como vestigio de lo que fue. Pero también focos, telón, sillas para 30 personas y un escenario en el que dar rienda suelta a la creatividad. Tienen previsto programar obras propias, las que escriben e interpretan en la compañía El Callejón, pero también invitar a otras formaciones a visitar el espacio con sus trabajos. Esta tarde se estrenarán con su visión sobre un personaje conocido; 'El Marqués de Valdecilla'. Una doble representación para la que está todo reservado, pero que tendrá una segunda sesión los días 4 y 11 de febrero (19.00 horas), en las que aún es posible hacerse con una plaza (reservas en el 601458324). Todas con el sistema de taquilla inversa.
EN DETALLE
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La Sala El Taller, con 30 localidades, se ubica en un local de la calle Justicia, tras el aparcamiento de la Calle Alta.
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Estreno Comenzará esta tarde (19.00 horas) con la representación de 'El Marqués de Valdecilla' de El Callejón Teatro.
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Programación Dos fines de semana al mes, además de mantener el local de ensayo y crear un taller de teatro.
Como si de una recreación de Berlanga y Azcona se tratara, charlan como dos amigos a los que el teatro unió hace ya una década, con un humor y una visión común. Se conocieron militando en otra compañía, Unos cuantos, y tal fue la conexión que se les conocía por Unos pocos de unos cuantos. Uno, titulado por la escuela de Arte Dramático de Córdoba, había ejercido como actor antes de dedicarse a otros menesteres. El otro, docente en talleres de narrativa, se había acercado al género como crítico en algunas publicaciones pero, reconoce, «nunca pensé que iba a escribir teatro». Crearon la compañía El Callejón en 2021, y tras una prolífica pandemia que dio lugar a múltiples obras, comenzaron a representarlas. Han recorrido Cantabria y han actuado también en Madrid. «Y aunque esté mal decirlo, allá donde vamos, llenamos; algo habrá», dice con humildad Paredes.
Comparten devoción por lo clásico actualizado. Obras con dosis de humor absurdo y un tanto de provocación. «Recogemos la idea del teatro como un foro de discusión, un espacio de debate para los temas candentes que preocupan a la sociedad», dice Quintana. Y Paredes añade: «un teatro crítico, divertido, pero no fácil, que haga pensar». Que genere ese poso «que siga operando en el espectador como una especie de Pepito Grillo acerca de su propia posición en el mundo».
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Han elegido la obra «con un toque galdosiano» que representarán como apertura oficial, porque en ella participan todos los miembros de la compañía. Junto a ellos dos, Alberto Querol, Ana Pellón, José María Páez y la recién incorporada Begoña Cueli, además de técnicos como Ángeles Barrena, Rubén Camargo y Javier G. Pesquera. Plantean la visión del Marqués de Valdecilla no como una biografía o una crítica, sino como «un mapa conceptual que elabore el espectador para hacer su propio análisis de lo que ha visto», explican. «Cualquier público es capaz de percibir el mensaje de cualquier obra de teatro, a no ser que sea muy de vanguardia», explica Quintana. Por eso al escribir, intenta que haya «distintos niveles de comprensión». Afirman el personaje, de por sí, interesa a los espectadores. «Les suena, saben algunas cosas, pero aquí verán otras», dice el autor. Ahora bien, critica, se ha sorprendido con la escasísima bibliografía que existe sobre el Marqués de Valdecilla.
Aspiran a establecer en el calendario dos fines de semana al mes con representaciones en la sala. Y se plantean, además, abrir un taller en El Taller, valga la redundancia, además de mantenerlo como local de ensayo. «Es un sitio maravilloso para eso», dice Paredes.
Sobre la salud del teatro en Cantabria, celebran que es «una de las autonomías con mayor densidad de artistas y de grupos de teatros de España». La oferta cultural de cada fin de semana «dado el nivel de población, es impresionante; hay toda una élite intelectual muy potente». Terminan la charla y siguen su labor para levantar, esta tarde, el telón.
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