Borrell cree que «no hay alternativa» a la OTAN para defender Europa pero aboga por una capacidad militar propia
El exministro socialista ha criticado el régimen de sanciones de Estados Unidos porque «arrastra a todo el mundo»
El vicepresidente de la Comisión Europea y Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, considera que «no hay alternativa a la OTAN para defender a Europa de agresiones externas», pero cree que la unión militar debe ser «compatible» con una mayor autonomía militar continental «con capacidad de reacción» en su entorno. Así lo ha señalado Borrell este viernes durante su intervención en el curso '¿Quo Vadis Europa Hacia una Unión Europea geopolítica', que esta semana ha dirigido dentro de los Cursos de Verano de la UIMP.
El exministro socialista ha analizado las «dificultades» que la propia UE tiene para establecer estrategias comunes para conseguir una «autonomía estrategia», frente a sus socios y competidores. De este modo, Borrell ha asegurado que a pesar de que la UE debe permanecer siempre en la OTAN, tiene que desarrollar en su opinión «capacidad propia de intervención». «No podemos esperar a que la OTAN resuelva los problemas que más nos preocupan», ha apuntado.
Sin embargo, ha señalado las dificultades para asumir este «necesario reto». «Los europeos nos hemos acostumbrado a vivir bajo el paraguas militar de la OTAN y generar una capacidad autónoma nos resultadifícil asumir», ha asegurado el político, quien ha apuntado las contradicciones en las que, a su juicio, caen algunos países miembros «que no les ven el interés a contribuir en defensa porque la OTAN resuelve los problemas», ha indicado.
Una política exterior común
Borrell ha señalado que «la gran política exterior» sigue en manos de los Estados miembros y ha reconocido que hay problemas para desarrollar las estrategias geopolíticas de la Unión, con «pulsos permanentes» entre los Estados. «Algunos países usan la política común como un instrumento para conseguir concesiones en otras áreas», ha apuntado. Cree que lo mejor sería abandonar la obligación de la unanimidad, aunque ha subrayado «que eso no va a ocurrir».
Uno de los elementos más recurrentes de la política exterior es el régimen de sanciones a países como Bielorrusia o Rusia que la UE impone. Borrell ha destacado que, al contrario que las impuestas por países como Estados Unidos, el tono general de las sanciones europeas son «personales, dirigidas a los infractores de los derechos humanos» y con una seguridad desde el punto de vista jurídico, ya que «pueden apelar al Tribunal de Justitcia de la Unión Europea».
De este modo y aún reconociendo que sí se aplican en determinados casos, Borrell se ha mostrado contrario a las sanciones económicas «que afectan a toda la población», como es el caso de los embargos, ya que según ha señalado, la UE busca «identificar y señalar a los responsables de estas infracciones», sin perjudicar a la ciudadanía. Por eso, el exministro se ha mostrado critico con el régimen de sanciones que impone Estados Unidos ya que según ha señalado «arrastra al resto del mundo» y ha apuntado que «no nos gusta aunque las cumplimos». «Ningún país puede hacer que sus leyes se apliquen en todo el mundo».
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