Paseo y verso libre muy clásico
Embajadores Santander. ·
La mirada de Trueba, aquí la arquitectura y paisaje muy íntimos, le permiten a veces hacer pasar lo ligero por transcendente y la hondura por una fugaz banalidadEn casi todo el audiovisual que alumbra David Trueba hay un tacto especial. Como si el escritor abriera las palabras para dejar paso a las ... imágenes y el cineasta se dejara seducir por la pasión literaria. El arranque de 'Siempre es invierno' tiene mucho de estos vasos comunicantes sobre la cuerda floja del estereotipo forzado y la presencia indefinible de un terreno inundado por el río de la vida que más tarde no para de crecer.
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Año 2025
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País España
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Dirección y guion David Trueba
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Reparto David Verdaguer, Isabelle Renauld, Amaia Salamanca,Jon Arias
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Género Drama /romance
Desde 'Vivir es fácil con los ojos cerrados', hace más de una década, Trueba ha sembrado su vínculo con la imagen de incursiones, retratos y perfiles personales, participación en documentales, o aportaciones fugaces como pequeñas firmas. Ahí está su reciente acercamiento-entrevista a Woody Allen. Antes de adaptar su propia novela, 'Blitz', firmó uno de los mejores filmes de los últimos años, 'Saben aquell', biopic del humorista Eugenio, no valorado como se merece. Ahora cruza la sentimentalidad de un hombre en crisis hasta combinar con facilidad tonos, géneros y ritmos en lo que se antoja comedia, se mece en el duelo sentimental, transparenta una historia triste con gotas de humor y discurre entre la fragilidad, la pérdida y la melancolía
Por trama y enredo la arquitectura y el paisajismo están en el eje de las relaciones que dibuja Trueba en su historia, pero en realidad ambas son interiores en 'Siempre es invierno'. Una construcción sobre el desamor y la empatía y un paisaje sobre lo visible e invisible. Lo que consigue el cineasta de 'Madrid, 1987' es que la capacidad de alumbramiento y lo amargo convivan con extraña naturalidad. Como en otras piezas de su filmografía la mirada le permite a veces hacer pasar lo ligero por trascendente y la hondura y la gravedad por una fugaz banalidad. Hay viajes sin retorno y trayectos íntimos inmovilizados. Catastróficas desdichas y entusiastas descubrimientos que asoman desde lo inesperado. Un paseo con sus accidentes de amor y desamor que lo mismo pueden verse como un poema de Gil de Biedma que como un aforismo irónico de Cioran. Una mezcla de sobriedad y elegancia que hace de lo simple una profunda sintonía emocional. Hay materia sensible para que lo ordinario y lo extraordinario puedan retozar en el mismo paraíso y en el mismo barro. Cada uno elige su paseo. Un romance intergeneracional sin sentencias ni pedantería que entiende los sentimientos fuera de la acotación de la edad. Un verso libre muy clásico que deja ese poso intemporal del azar exento de ataduras.
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