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Jimmy Barnatán está aprovechando el periodo de confinamiento para terminar su próxima novela. DM
Jimmy Barnatán - Músico, actor y escritor'

«Cuando falta la cultura al final ganan los de siempre»

La cultura desde dentro' ·

El líder de The Cocooners, que afronta la cuarentena en Madrid, afirma que el país afronta la situación de la mejor manera posible y ve en la cultura el bálsamo fundamental

Sábado, 4 de abril 2020, 07:54

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Al músico, actor y escritor Jimmy Barnatán (Madrid, 1981) no le da demasiado tiempo para aburrirse durante el confinamiento. Con la gira de su banda aplazada por la crisis sanitaria, dedica su tiempo a terminar su próxima novela y otros proyectos literarios, así como a preparar la vuelta a los escenarios cuando sea posible. Optimista irremediable e irreverente, admite vivir con gran nostalgia de Cantabria estos momentos y ve la cultura como un elemento básico para que la sociedad supere esta situación de la mejor manera posible.

–Usted, mente y espíritu inquieto, ¿cómo afronta este confinamiento?

–Con estoicismo, tratando de escribir, de acabar proyectos literarios que la agenda ajetreada y el día a día no te permitía terminar. Con estoicismo y con perplejidad y con un cierto temor porque ves las cifras te asustas, te apenas... Los que están falleciendo, la gente que está ingresada, la situación es jodida, es complicada. Yo jamás pensé, seguramente como mucha gente, que íbamos a vivir una situación así. Es lo que nos ha tocado y habrá que llevarlo de la mejor manera posible y con esperanza. Con esperanza porque no podemos estar en mejores manos.

–Como ciudadano, ¿cómo ve la crisis sanitaria y la forma en que el país la está afrontando?

–La crisis sanitaria es un drama a nivel mundial terrible. Muchos de nosotros llegamos a pensar, la clase media acomodada, que jamás veríamos ni sufriríamos una situación de unas características, completamente dantesca. Creo que se está llevando de la mejor forma posible, sin ninguna duda. Si se ven las noticias y se evitan los medios de desinformación, que son muchos y con mucho poder, los datos están ahí. Las medidas más duras de nuestro entorno las ha tomado nuestro país, además en manos siempre de los científicos, que son los que saben, mucho más que los empresarios.

–¿La respuesta está en la ciencia?

–Sí, hay que ponerse en manos de la ciencia. Como este virus es completamente móvil y como la situación es cambiante puede haber efectivamente situaciones y decisiones que se tomen de manera precipitada o improvisada, pero es que esto funciona así, por lo visto. Creo que a pesar del dolor y del cisco diario y de los números, se están haciendo las cosas lo mejor que se puede, tendiendo en cuenta además los presupuestos completamente devastados que había para la Sanidad.

«Tienen que existir ayudas para el sector cultural como en otros sectores y dejar de ser los grandes olvidados»

–Como músico, como actor, como escritor, como artista en definitiva, ¿cómo le ha afectado profesionalmente la crisis?

–Me ha afectado bastante. De momento toda la gira que teníamos prevista para comenzar este mes y que nos iba a llevar hasta septiembre tocando por nuestro país y presentado nuevas canciones y un nuevo proyecto está aplazada, lógicamente. Y además, cuando ya podamos salir del confinamiento, estará todo el tema de aforo en las salas... Es todo pura incertidumbre, así que estamos en ello. Habrá que reinventarse. Afortunadamente estoy con mis proyectos literarios, que no requieren como la música de contacto. Podremos salvar los muebles.

–¿Qué medidas cree necesarias para minimizar ese impacto en el sector cultural?

–No soy ningún gestor, soy cantante, actor, escritor... y gran bebedor de gin tonics. Ellos tiene que gestionar, para eso se les ha elegido y hay gente muy válida que estará planteando alternativas. Está claro que tienen que existir unas ayudas igual que existen para otros sectores. Y no ser de una vez por todas los olvidados, a pesar de mucha gente cuya bajeza moral está quedando retratada hablando de titiriteros como no indispensables.

–A puesto usted en marcha durante este confinamiento sus 'Aperitivos poéticos'. ¿Cómo surgió la iniciativa?

–Esto surgió el tercer día de confinamiento, un sábado. No toco la guitarra, que es un instrumento que no me he colgado jamás, para poder hacer conciertos dentro de toda esta oleada maravillosa de conciertos para el confinamiento. Decidí que otra de mis pasiones es la poesía, y que por qué no hacer una especie de programa, una suerte de espacio en el que poder mezclar tanto música como lírica y abrir así una ventana de comunicación con la gente, que es la que manda sus poemas y la que en definitiva construye el espacio. De eso surge la iniciativa, de la necesidad de aportar mi granito de arena al entretenimiento, que es muy importante, en contra de lo que dice la ultraderecha y gente que no debería tener tanta voz como lamentablemente tiene, que insulta de manera impune ala cultura de nuestro país. Tendrían que mirárselo o que quedarse en el zoológico. Ahí no tendrían problemas, comerían cacahuetes, que es lo que muchos de ellos deberían hacer.

–¿Cómo está siendo la respuesta de la gente?

–Esto nace como una necesidad de abrir una ventana lírica y fresca contra este momento de tedio, de incertidumbre y de continua necesidad. La serenidad está muy bien pero creo que también es necesario tener un momento del día en el que poder soltar toda la angustia en forma de verso, de verbo, de poema. La respuesta está siendo genial, es maravilloso ver que todo el mundo tiene una historia que contar, que todo el mundo tiene un Dostoievski dentro. Y no solo una historia que contar, sino la necesidad de contarla, y eso mola.

«Vamos a aprender a revisar nuestros objetivos y a priorizar más como sociedad»

–¿Qué está aportando esta situación excepcional, qué nos está permitiendo descubrir como sociedad?

–De alguna manera, con todo el dolor y todas las lágrimas que lamentablemente estamos derramando y que vamos a derramar, porque es una situación muy jodida, estamos perdiendo a gente... Hay un poso de luto brutal. Creo que nuestra primera salida va a ser de una agorafobia galopante, pero viendo el lado optimista creo que vamos a aprender a desviar un poco los objetivos y a priorizar un poco más como sociedad. De alguna manera ahora nos damos cuenta de lo importante que es tener una Sanidad pública fuerte, que tenga holgura para poder afrontar situaciones como esta. También nos damos cuenta de los importante que es tener una Educación pública fuerte, y de tener una medidas sociales fueres, porque cuando se recoge un país completamente desmantelado, cuando la sanidad ha estado en manos como las que ha estado es complicado sacarlo adelante, como la vista está en situaciones graves y terribles como las que estamos viviendo. Por eso creo que la gente va a priorizar y se va a dar cuenta de que hay escalones.

–¿Por qué la cultura es importante, máxime en estas circunstancias?

–Uno no puede parar ni de dejar de hacer cosas. Estoy terminando mi novela, de la que me queda muy poquito, la terminaré durante este periodo de confinamiento. También estoy terminando otro libro en colaboración con un artista asturiano, que es mi tatuador; estamos haciendo un tarot muy divertido con una cartas y unos textos lirico-festivos muy guays. En cuanto al tema musical estamos pensando con los chicos de la banda qué vamos a hacer cuando todo esto acabe, de qué manera vamos a poder continuar con los conciertos. Eso está un poco más a expensas de los calendarios, con esa incertidumbre que vamos a tener. Esos son mis planes ahora mismo. A mi el coronavirus no me pillará, pero una cirrosis... cerca. Tengo unas ganas enormes de volver a casa, de ver mi ciudad, mi mar, mi bahía... Tengo mucha nostalgia. Aupa Cantabria y aupa Santander.

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