Ocho películas recorren el ciclo de cine negro mexicano en el Centro Doctor Madrazo
Cineinfinito organiza 'Sombras en el trópico', con entrada gratuita, desde el próximo martes hasta mediados de agosto
Cine negro y México, una ecuación quizás poco conocida, es el eje de la nueva propuesta de la asociación Cineinfinito. Bajo el epígrafe 'Sombras ... en el trópico' este nuevo ciclo propone un recorrido por ocho películas esenciales de este «corpus oscuro y fascinante», producidas entre 1943 y 1955. El Centro Cultural Doctor Madrazo, como es habitual, se convierte en sede de este travelling monográfico reflejado en siete sesiones, una de ellas doble, que arrancan el próximo martes, día 29, con entrada libre.
La selección de películas clave del cine noir mexicano, una vertiente poco explorada fuera de sus fronteras, pero absolutamente singular dentro del panorama del cine latinoamericano de mediados del siglo XX. Lejos de limitarse a una copia del modelo norteamericano, el noir mexicano «supo construir una estética y una ética propias, profundamente marcadas por su contexto: un país en proceso de modernización, atravesado por desigualdades sociales, estructuras patriarcales y pasiones desbordadas», según subrayan desde Cineinfinito.
El término film noir, acuñado por la crítica francesa para describir cierto tipo de cine estadounidense de los años 40 y 50, encuentra en México un eco peculiar. Allí, se funde con el melodrama, la crítica social y la exploración de los márgenes urbanos y morales. Calles húmedas, cabarets, policías corruptos, mujeres fatales, obreros desesperados, dobles identidades, crimen y redención. «Todos estos elementos aparecen, pero pasados por el filtro del drama latinoamericano y la exuberancia de un cine que no temía al exceso». Desde 'Distinto amanecer', de Julio Bracho, una intriga política que transcurre en una sola noche, hasta 'Espaldas mojadas', de Alejandro Galindo, donde el noir se mezcla con el cine migrante, el ciclo traza una cartografía emocional y estética del noir mexicano.
'Salón México' y 'Víctimas del pecado', ambas dirigidas por Emilio Fernández, sitúan su drama en el mundo del cabaret, mostrando mujeres que sobreviven al borde de la ley en un entorno de violencia, deseo y explotación. Fernández, conocido sobre todo por su épica rural, encontró aquí una vía expresiva urbana, sórdida y desgarradora. Roberto Gavaldón, por su parte, aporta tres títulos que son joyas estilizadas del género: 'La otra', con un brillante juego de dobles femeninos y crimen pasional; 'La diosa arrodillada', probablemente la más erótica y decadente del ciclo; y 'La noche avanza', donde el mundo del deporte sirve como metáfora de la masculinidad tóxica y del fracaso existencial.
'Trotacalles', dirigida por Matilde Landeta -la única cineasta mujer de la llamada Época de Oro del cine mexicano- ofrece una mirada distinta: «Una protagonista trabajadora, marginal, en una historia de supervivencia femenina que se aleja del arquetipo de la femme fatale y señala la violencia estructural desde una perspectiva crítica y compasiva». Por último, 'Espaldas mojadas', de Alejandro Galindo, cierra el ciclo con una obra fronteriza en todos los sentidos: «Entre países, entre géneros, entre códigos morales». La historia de un jornalero mexicano que cruza ilegalmente a Estados Unidos adquiere una dimensión trágica y profundamente política. Este ciclo no pretende definir de forma cerrada qué es el noir mexicano, sino ofrecer una puerta de entrada a su universo: «Un espacio de claroscuros donde la fatalidad convive con la crítica social, el deseo con la culpa, la belleza con la desesperanza».
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